Antes de mudarse a su nuevo hogar en San Diego, Daniela Virués y José Miguel Bou tuvieron una boda de ensueño en Cuernavaca, donde reunieron a sus seres queridos para después partir a Estados Unidos.

La pareja se conoció en un bar en la Ciudad de México y duró casi cuatro años de novios, hasta que él le entregó el anillo de compromiso en el Orgánico Hotel Boutique.

“Ese día fue un momento mágico, único y, sobre todo, tan nuestro. Éramos sólo nosotros dos rodeados de pura naturaleza y felicidad”, comentó la diseñadora y publicista por la Universidad Janette Klein.

“De las cosas que más amo de José Miguel es que siempre él ve el lado positivo a todas las cosas, además de que saca lo mejor de cada momento”.

 

María Fernanda, Ricardo y Daniela Virués, José Miguel Bou, Consuelo Macías, Carina Balsa, Pablo y Ricardo Virués

 

Santiago y Ana Paola Bou, Ana Castillo, los recién casados, Carlos Gorozpe, Alejandra Bou y Rodrigo González

 

Alberto Martínez, los esposos y María Rodríguez

Después de recibir la bendición en la Parroquia de San Antonio de Padua, los 240 invitados acompañaron a los recién casados al jardín de eventos Piedra Alta, donde los enamorados abrieron pista al ritmo de “Enrédame”, de Fonseca.

“Me encanta lo dedicada y detallista que es con todo lo que hace”, expresó el novio.

Los consejos y buenos deseos hacia los novios no se hicieron esperar, en especial de sus padres, quienes les dieron tips para formar un matrimonio duradero y estable.

 

Mariana, Beatriz y Natalia Brun con Pablo Virués

 

Ana Elisa García, María José Martínez y María Inés Polanco, amigas de la novia

 

Gloria Andraca, María José Martínez, Alejandra y Ana Paola Bou, Daniela y María Fernanda Virués, Carina Balsa, Fernanda Navarro y Lorena Salgado

Por otro lado, de las más animadas en la fiesta fueron las damas de honor, quienes portaron vestidos en tonalidades azules y grises y apoyaron a la novia para que la celebración resultara más que perfecta.

“Les recomendaría que siempre recuerden eso, que busquen ser la mejor versión de ellos todos los días para impulsar al otro a que haga lo mismo, ya que es un círculo”, dijo María Fernanda Virués, hermana de Daniela.

“Su boda fue increíble, un recordatorio de que tenemos muchas cosas por las cuales estar agradecidos y celebrar”.

“Sin duda alguna, ha sido el mejor día de mi vida. Cada instante fue aún mejor que lo que siempre soñé, lleno de amor y felicidad; si pudiera, lo repetiría mil veces más”.

DANIELA VIRUÉS, novia