El uno para el otro
¿Imaginan encontrar el amor en la casa de al lado? algo similar pasó entre Roberta Vallina y José Alejandro Bours, quienes, además de tener amigos en común, eran vecinos, por lo que coincidir en esta vida era prácticamente cosa del destino.
Sin imaginar lo que les depararía el futuro, los dos jóvenes se conocieron para no separarse más, pues primero iniciaron una relación el 13 de abril de 2019, la cual culminaría en boda dos años más tarde.
Poco más de un año bastó para que el empresario de la industria de alimentos le propusiera matrimonio a la diseñadora de joyas, ya que mientras esperaban la llegada del 2021, él le pidió que fuera su esposa.
Fue así que este mes, la pareja se casó, después de planear el gran día durante un largo tiempo; eligieron la ciudad natal de Roberta, Chihuahua, para el enlace, al que asistieron familiares y amigos de ambos, listos para desearles lo mejor en esta nueva etapa.
Ataviada en un ajuar de Ivory Bridal Atelier, que adquirió en Houston, Texas, la novia llegó al Santuario de Nuestra señora de Guadalupe, en el que caminó hacía el altar para encontrarse con su entonces prometido, quien se emocionó al verla llegar, esperando con ansias que el presbítero Paulo Medina los uniera para toda la vida.
Posteriormente, los ya esposos celebraron su unión junto a los cerca de 350 invitados, con una recepción en el rancho La Pradera, donde disfrutaron de un banquete especial y mucha música, primero por parte de Le Funk, grupo originario de Jalisco, y, posteriormente, de Manuel Carbajal.
A lo largo de la celebración, algunos de los asistentes tuvieron la oportunidad de capturar los mejores momentos con cámaras desechables que les fueron asignadas.
Con el amor en el aire, mucha emoción y nada más que buenos deseos de sus seres queridos, los recién casados gozaron de tan especial ocasión, sólo antes de partir a su luna de miel, la cual inició en la Riviera Maya para, posteriormente, continuar por destinos como Turquía y África.
TOP 1
TOP 2
TOP 3
Algunos de los invitados tuvieron la labor de ser el alma de la fiesta, encargándose de que las copas de los demás no estuvieran vacías.
