VALLE DE GUADALUPE.- Imposible hablar de vino mexicano y de ésta, su región más emblemática, sin hacer referencia a una bodega pionera cuyas etiquetas se atesoran en la memoria de muchos como las primeras en sus cavas y copas.
La de Domecq es una historia de matices, altibajos, reinvenciones… cuya evolución le permite mostrarse hoy como un vinícola donde historia y abolengo convergen con calidad e innovación.
Orgullosa de su legado y su presente, Bodegas Domecq recibió, el jueves pasado, a decenas de invitados –viticultores, amigos, distribuidores, enólogos, sommeliers y periodistas– para celebrar sus primeros 50 años en el vino mexicano.
Cata con chocolates, recorrido por la bodega y el museo, comida entre vides, cena de gala, nuevas etiquetas, tragos en la terraza y video mapping en los viñedos dieron forma a una jornada de celebración plena de detalles y sorpresas.
Fiesta por todo lo alto
A mediodía, ataviados de blanco y con sombrero, los 200 convidados al festejo vivieron buena parte de las experiencias enoturísticas que han convertido a Bodegas Domecq en un referente para todo visitante del Valle de Guadalupe.
La jornada dio inicio con cata de vino y chocolate; especial furor causó, por su originalidad y mexicanidad, la dupla de Chateau Tinto y bombón de pasilla mixe.
Al recorrido por el museo y la bodega le siguieron una foto conmemorativa captada por el dron y una comida protagonizada por insumos locales en medio del viñedo.
El momento climático llegó junto con el cielo estrellado. Por la noche, la bodega recibía nuevamente a sus invitados, ahora en atuendo de gala, para ofrecer una cena en la cava subterránea.
Mesas imperiales vestidas con velas y flores blancas, música en vivo interpretada por Arcano, menú de cinco tiempos orquestado por el chef Vicente Torres, vinos de la línea Vasija y nuevas etiquetas, enmarcaron el apogeo de la celebración, que concluyó con un espectacular video mapping en los viñedos.
De cara al futuro
Durante la cena de gala, se develó su más reciente creación un Pinot Noir perteneciente a la colección Reserva Magna, en maridaje con un timbal de hongos, camarón y trufa.
No podía faltar, por supuesto, el vino conmemorativo, un Nebbiolo 2017, de barricas seleccionadas, también Reserva Magna, edición 50 años.
Pero las novedades embotelladas fueron sólo una pequeña muestra de lo que la vinícola tiene proyectado.
“Hemos puesto en marcha un programa de inversión de 100 millones de pesos para reforzar tres pilares de Bodegas Domecq. El primero, la plantación de 20 hectáreas de viña en el Valle de Ojos Negros; el segundo, la dotación de la bodega con tecnología plenamente actualizada, y el tercero, un plan 360 grados para reforzar la comunicación.
“Hemos puesto en marcha un programa de inversión de 100 millones de pesos para reforzar tres pilares de Bodegas Domecq. El primero, la plantación de 20 hectáreas de viña en el Valle de Ojos Negros; el segundo, la dotación de la bodega con tecnología plenamente actualizada, y el tercero, un plan 360 grados para reforzar la comunicación.
Mauricio González-Gordon, Marqués de Bonanza y Presidente de Gonzáles Byass y Casa Pedro Domecq
Conversación con el enólogo
En la sala de barricas, entre ánforas del siglo 16 traídas desde La Mancha, Alberto Verdeja nos habla sobre la filosofía, las raíces y el porvenir de la bodega que lo ha visto crecer durante 23 años en el quehacer del vino.
“Domecq llegó con toda la inspiración de buscar condiciones en cuanto a clima, suelo, cercanía con el mar –estamos a 30 km del Pacífico–, y encontraron una joyita a nivel de terroir”.
Alberto Verdeja, enólogo
“Hemos visto una construcción de marca desde el 72, con diferentes etiquetas que fueron formando también el gusto de los consumidores mexicanos. Hay mucha gente que me dice que su primer vino fue un Domecq”.
Alberto Verdeja, winemaker en Casa Pedro Domecq
Desde 2012, año en que tomó el mando enológico de la bodega, Verdeja ha tenido la soltura de proponer y experimentar. Uno de los proyectos que lo hace sentir más orgulloso es precisamente Vasijas, pues guardó durante años el deseo de fermentar en esas ánforas.
“Fue una ilusión desde el día en que llegué a la bodega, esas vasijas representan para mí el mejor modo de hablar de la innovación y creatividad, de la libertad de ejecutar que hoy tengo”.
Enfocada en la calidad más que en el volumen, la bodega recortó su producción de 14 a 6 millones de litros. Y el mercado les ha dado la razón, pues 2021 ha sido, a decir de Mauricio González-Gordon, el mejor año de Bodegas Domecq en la última década: sus vinos premium crecieron casi 60 por ciento
Congruente con un futuro sostenible, en sus vinos de alta gama Alberto busca consolidar propuestas de terruños peculiares y apostar por tirajes menores para disfrutarse a cuentagotas.
Si se mira con atención la sala de barricas, se descubren experimentos aquí y allá. Verdeja está en constante investigación y documentación de los múltiples factores en bodega que influyen el resultado.
“Me gusta pensarme como un hombre de ciencia, porque detrás de todo hay una teoría que se comprueba. Estoy jugando con muchas variables. No sería lógico mostrarlas por escrito, pero sí probarlas porque me ayudan a entender dónde vamos a posicionarnos”.
“En los momentos de calma hay que sentarse, como el filósofo, a pensar hacia dónde podemos ir. Estoy experimentando cosas que probablemente en 10 o 15 años estaremos probando”.
En la otra cara de la moneda, el enólogo no pierde de vista etiquetas ya consolidadas, como Chateau Domecq –que acumula 40 años en el mercado mexicano y diversas medallas–; no voy a pensar en hacer 15 cajas, dice, porque hay mucha gente enamorada de la marca y hay que tenerle respeto.
“Los mexicanos beben cada vez más vino, tenemos una tendencia de crecimiento a doble dígito y eso probablemente se mantenga y se sostenga. Vemos a un mexicano orgulloso de sus productos, que bebe vino mexicano”.
Sin embargo, hacer que el consumidor entienda al vino mexicano como parte de su cultura, que se atreva a romper paradigmas y servirse una copa con su gastronomía local y cotidiana, sigue siendo parte de los retos que Alberto vislumbra en el futuro cercano.
Línea del tiempo
2016
Grupo Emperador y González Byass adquieren en conjunto el negocio de brandies y vinos al que devuelven el nombre de Casa Pedro Domecq.
Genealogía enológica
A lo largo de su historia, son varios los renombrados expertos en el quehacer del vino quienes han estado detrás de las etiquetas de Domecq:
Alberto Verdeja, de 2012 a hoy
Sebastián Suárez, 2005 a 2012
Jose Luis Durand, 2000 a 2005
Ronald McClendon, 1994 a 2000
Camilo Magoni, 1972 a 1994
numeralia
50 años en el vino mexicano
6 millones de litros la producción anual
12 etiquetas de vino en su portafolio actual
100 medallas acumuladas, desde el año en que se tiene registro (1997)
200 invitados a la fiesta
408 botellas descorchadas durante los festejos
LOS NUEVOS
Reserva Magna edición 50 años
Nebbiolo 2017 seleccionado de las mejores barricas, para la cena se maridó con costilla en mole coloradito.
Reserva Magna Pinot Noir
Cosecha limitada del Valle de Ojos Negros, botellas numeradas. Se armonizó con timbal de hongos, camarón y trufa.