Sweet dreams

Con 19 años de edad, Carla Albarrán sabe que para alcanzar sus sueños y convertirse en actriz, debe ser constante y disciplinada, por lo que se prepara para conseguir su propósito.

Aunque asegura que pretendía estudiar Negocios, pues su familia ha destacado en ese ámbito, pronto descubrió que lo suyo es el escenario, así que entró a la Loyola Marymount University, en Los Ángeles, donde cursa el segundo semestre de la carrera de Actuación.

Todo empezó cuando estaba en sexto grado, hice The Beauty and the Beast, me la pasé muy bien, estaba con niños mayores y todos me arroparon mucho, me enseñaban qué hacer y uno que otro truco, fue cuando en realidad me clavé en esto”.

 Desde entonces, participó en obras escolares y su mayor motor fue su familia, que la alentó a entrar a esta universidad, pues la apoya en sus decisiones y a perseguir sus ambiciones.

Debido a la pandemia, la joven ha tomado clases de manera online, por lo que se conecta desde Miami para atender sus obligaciones escolares, pues, aunque en un principio su idea era mudarse a Los Ángeles, no ha podido realizarlo debido a que el dormitorio del campus está cerrado.

 “No ha sido lo que esperaba porque he cursado todo por Internet, no es la experiencia que pensaba, sin embargo, mis maestros son demasiado buenos, enseñan las materias de forma increíble, así que los cursos resultan divertidos”, expresó.

 “Si los alumnos están vacunados, en agosto reanudarán todo en persona, lo cual me emociona mucho, pues no sólo es entrar de lleno a lo que quería estudiar, también viviré sola y es una aventura muy nueva para mí”.

 Sobre esta temporada, confesó que la aprovechó para encontrar nuevas pasiones, por ejemplo, trabajar en una compañía de startups y también se convirtió en beauty blogger.

Un amigo me pidió de favor que le diera mi opinión sobre una app, poco a poco encontré cosas y le mandaba todo lo que se podía mejorar, les gustó mi participación y me contrató”.

Sobre su blog, dijo que ella misma diseñó su página web a manera de portafolio sobre sus proyectos escénicos, pero decidió agregarle un espacio para escribir y, al preguntarle a sus seguidores qué querían leer, la mayoría coincidió en tips de belleza, lo cual tanto sus padres como hermanos aplaudieron.

 Además de su nucleo familiar, otra persona que la impulsa en su preparación es su abuela, Susana Palazuelos, reconocida chef que, afirma, ha hecho de todo para que triunfe.

Cualquier cosa que necesite, ella siempre está ahí, me presenta con personas importantes de la industria a la que me quiero dedicar para que platique con ellos y entre al medio con mayor facilidad; nunca los hubiera conocido si no es por ella, hace de todo para que yo crezca. La adoro”.

Y sobre sus figuras a seguir, se encuentra su tío, Roberto Palazuelos, quien siempre ha representado un pilar en su crecimiento.

Mi ejemplo es él porque aparte de que es actor, siempre me da los mejores tips, me auxilia en todo, al igual que mi tío, Eduardo Wichtendahl. Los dos son los que me recuerdan que debo seguir mis sueños”.

Y es así como la familia de Carla representa su fuerza, por lo que cada vez que puede, viaja a México, pues entre los valores que le inculcaron se encuentra el amor por los suyos.

Sus grandes amores

Los pilares de la futura actriz la acompañan en todo momento y ella disfruta del tiempo que pasa junto a ellos.

En mayo de 2019, su tío Roberto Palazuelos viajó a Estados Unidos para ver su actuación en la obra “Kiss Me, Kate”, y el actor compartió en redes que quedó impactado con su talento.
Sus tíos, Ivette Ortiz y Eduardo Wichtendahl, le demuestran su cariño y la impulsan siempre a alcanzar sus metas.
Cada que tiene oportunidad, junto a sus papás, Ricardo y Carla, visita a sus abuelos, Mario Wichtendahl y Susana Palazuelos, quienes viven en Acapulco.
Carla es la menor de sus hermanos, Susi y Ricky, de quienes es inseparable, pues, aunque vivan en distintos lugares, todo el tiempo están en contacto a través de la tecnología.