El trayecto no fue fácil debido a la presencia de humedad y las curvas en cada uno de los cinco tramos, lo cual se transformó en un desafío para los participantes, inclusive, tuvieron que detenerse, ya fuera por averías o percances, pero, al final, todos lo disfrutaron y llegaron al puerto con la mejor actitud.
“Las dos primeras etapas estuvieron muy padres y rápidas, pudimos alcanzar a otros competidores, cosa que fue peligroso, pero lo sorteamos bien”, describió Miguel Granados, quien iba a a bordo de un clásico Porsche 911 de 1974.
“Después del servicio vino la parte complicada, un tramo largo y resbaloso, donde tuve un accidente el año pasado y quedan las memorias, entonces tuve mucho cuidado”.