El juez Jesús Alberto Chávez Hernández negó por ahora la orden de aprehensión que la FGR había solicitado contra Sánchez Ortega al considerar que la única prueba para acreditar una acción concertada entre Aburto (único detenido) y este presunto ‘segundo tirador’ es el dicho de una mujer que no es fiable, pues cambió su testimonio 25 años después.
La declarante Leticia Ortiz, compañera de trabajo de Aburto en una fábrica de plásticos, en Mesa de Otay, declaró en 1998 que éste fue visitado tres veces en su centro de trabajo por un sujeto al que describió para un retrato hablado.
En 2023, la Fiscalía del Caso Colosio citó a la misma Ortiz para una diligencia, le mostraron dos fotografías, una de ellas de Sánchez Ortega, y esta vez aseguró sin duda alguna que fue él quien visitó a Aburto en la fábrica antes del magnicidio.