FUE UN DÍA ‘DIFERENTE’

PATRICIA ORTEGÓN


No sabía que sería funcionaria de casilla (cosa que sí me gustó) y el plan era tener un domingo de levantarme tarde porque mi marido se iría de presidente de casilla y sólo iría a votar, terminar de ver series con palomitas, hot dogs, pero bueno. El plan cambió al faltar representantes en la casilla y nos ajustamos.
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Lo interesante llegó después.

Toda la jornada electoral fue muy buena. En los momentos en que no había gente, la plática de mil cosas era agradable entre los representantes de partidos, funcionarios de casillas y su servidora, que si los niños, que si las ofertas, que si la serie de Luismi y el último podcast de Yordi, etcétera, hasta que una dijo “ya vieron que están poniendo en el Face problemas de que se robaron urnas”, etc, etc, y ahí dije: “ya no quiero ser primera dama de esta casilla” (acuérdense que mi marido era el presi) y bueno terminamos de contar y todo el rollo del final de la jornada como a las 10 de la noche.

Ahí todo bien hasta que al salir de la casilla un tipo baja de un coche y pregunta en tono intimidante por el presidente de casilla y dije: “ay, nanita”, y decidimos meternos nuevamente y pedir custodia para dejar los paquetes en las oficinas electorales y posteriormente el presidente decide irse y yo pedir a mi hija y yerno que acudan por mí. Y en eso vemos que arranca el presidente y el tipo atrás de él.

El presidente ve que se acercan patrullas (muy rápida respuesta realmente) y detiene el auto y el tipo también; los policías hablan con ambos y piden al presidente siga su camino y se quedan cuestionando al tipo unos momentos y nosotros en otro coche sólo observando y pues se van las patrullas tras checar muy bien al tipo y este nuevamente va tras el presidente (quizá ya sólo siguió el rumbo y ya no tras él directamente). Gracias a Dios dejó los votos y regresó a casa sano y salvo.

De ser un día de palomitas pasó a ser un día de rápido y furioso.

Moraleja: siempre deja paréntesis abiertos en tu plan de día, adentro de esos se pueden presentar algunas cosillas.
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UN GRAN HONOR

ROMÁN MARRUFO


Mi agradecimiento a los secretarios y escrutadores ya que hicieron muy buen trabajo durante todo el día en la casilla contigua 7 de la sección 0491, en Escobedo.
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Fue un día sin incidentes ni accidentes, así que también mi respeto al personal del INE y CEE; en mi caso fue muy expedita la recepción de los paquetes electorales del Proceso Electoral Federal 2020-2021 y del Proceso Electoral Local 2020-2021. Un gusto saludar a mis vecinos que atendí ese día en la casilla.
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PRESIDENTA POR UN DÍA

MARÍA ORTIZ


Eran las 7:30am, estaba puntual a la hora que me habían citado en la escuela de la Colonia Lindavista, en Guadalupe. Tenía muchas emociones encontradas, pero estar a la altura del reto era lo que más me tenía en alerta. Cuidar el voto de mis vecinos, que no me invalidaran la casilla. Después de eso surgían las dudas: ¿llegarían todos mis compañeros? ¿y si se van a ¿mitad de la jornada? ¿recordaría correctamente el protocolo y las actividades? Haría todo para que nuestro esfuerzo contara. De ahí hasta las 7:58am que llegó mi última compañera de la mesa directiva, el corazón lo tenía alterado, apachurrado.
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¿Qué pasaría si daban las 8:15 am y no estábamos completos? ¿qué nos dirían los vecinos?, cuando llegué ya había personas formadas en la fila. La presión era enorme, ya querían ejercer su derecho al voto. Estando todos completos nos pusimos manos a la obra. Armar la casilla, sacar las boletas, sacar las actas y contar todas las boletas.

De fondo, los representantes de los partidos, ya llegué, ya me voy, no tengo mi pin, no me prestan el baño, no hay agua. Sí, no había agua en la colonia el mero día de la elección, por eso mis compañeros habían tardado en llegar.

Seguimos contando, no nos cuadraban el número de boletas del último paquete. Tenemos que contar de nuevo. De fondo una vecina…”No están cumpliendo con el horario, ya tenemos una hora esperándolos, hay adultos mayores afuera en el sol”. Tiene razón. A lo que respondí: “Tenemos aquí desde las 7, tengo que seguir un protocolo”.

Mientras pensaba “¿cómo le hacemos para contar 3,012 hojas dos veces, sin equivocarnos, desempacar todo, mostrar urnas vacías, atender a los representantes de partido y todo en menos de 20 minutos para que a las 8:30 ya estén votando?

Ese momento se me hizo eterno. Al fin nos dio bien el conteo de las boletas. Grito lo más que puedo “a las 9:11am damos inicio a la votación!” Ahora sí, vámonos de corrido al cabo para la 1 pm baja el flujo. El capacitador nos había comentado que después de esa hora no llegaría casi nadie. Cual va siendo mi sorpresa que no habíamos parado y ya casi eran las 2 pm. Sin descanso ¿alcanzará la mesa a votar? ¿alcanzaré a comer?

Llega mi papá a votar y con comida. Me tomé 20 min. Comí la mitad de una hamburguesa y fui al baño. El resto de la mesa cooperando, saludando a los vecinos.

No conozco a mis vecinos. ¿Por qué no conozco a mis vecinos?

La mejor parte cuando pasaban rápido los adultos mayores, las personas con niños o con muletas o con debilidad visual. Todos comprendían. Todos entendían. Se llegó las 6 pm. Comento en voz alta “¡Ya nadie puede entrar!” 6:08 pm se cierra la votación. Ya teníamos más de 10 hrs sin parar. Seguía lo más interesante: contar los votos.

El conteo de votos debe ser simultáneo. Todo muy bien, todo en orden, sin incidentes. Para las 8:30 pm terminamos de contar votos. Sólo nos falta terminar el protocolo. Ya casi acabamos. Sólo queda llenar las actas que restan: acta de la jornada, de escrutinio, de clausura, de incidentes por cuatro y las lonas que van afuera. Todas deben ir firmadas por toda la mesa y los representantes. Bolsa de lista nominal, bolsa de votos nulos, bolsa de votos válidos, bolsa de boletas sobrantes, bolsa para poner todo lo anterior. Bolsas que no cierran y no caben. Todo debe ir adentro para después cerrar los paquetes. Todo por cuatro. “¡Ahora me queda claro lo de la elección más grande!” 10:13 pm terminamos. 15 hrs de actividad continua. Aproximadamente 447 vecinos votaron, el 59% de participación vs. el 52% a nivel nacional.

Me sentí satisfecha. “¡Lo logramos!” Me voy a mi casa pensando que el tribunal no nos invalide la casilla como la elección anterior en la Alcaldía de Guadalupe.
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CREO EN UN MÉXICO MEJOR

LORENA ELIZABETH BENÍTEZ


Fue un día muy importante para mí y todos los mexicanos que tuvimos oportunidad de ejercer nuestro derecho a votar.

Me tocó estar como funcionario de casilla. Cuando me dijeron que si quería participar la verdad me sentí entusiasmada con la idea, y acepté de inmediato, me tocó ser presidente de la casilla de mi sección electoral, llegué alrededor de las 7:20 de la mañana y junto con mis compañeros preparamos todo.
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Empezaron las votaciones y la fila no bajaba, ya cuando nos dimos cuenta eran las 6:00 p.m., hora del cierre e inicio del conteo de votos, momento que se alargó hasta las 00:35 al ser muchos votantes. De un total de 743 electores de la lista nominal de mi casilla a cargo votaron 689 (casi el 93%); se cerraron los paquetes electorales de la casilla básica y las contiguas y fuimos a entregarlos. Después de una fila de dos horas entregué mis paquetes electorales a las 2:45 am, llegué a mi casa a las 3:00 am.

Cansada, con hambre (no pude comer nada en todo el día, ni un dulce), súper acalorada, pero con una enorme satisfacción.
Mucha gente nos dió las gracias por haber dedicado un día completo a hacer lo que hicimos, también mucha gente nos recordó a “nuestras queridas madrecitas” por lo tardado de las filas, otras al darse cuenta que alguno de ellos se había equivocado de sección para votar también nos recordó a “nuestras progenitoras”. Con más ganas nos gritaban enfurecidos, pero a pesar de todo eso… valió la pena.

Me quedo con la satisfacción de poner mi granito de arena y con mi ejemplo enseñarles a mis hijos a ser congruentes y tener conciencia civica, que si tanto nos quejamos a veces de lo mal que están las cosas, pero cuando nos piden apoyo respondemos con un “no puedo”, “no quiero”, “es muy cansado”, etc. pues, no estamos muy bien.

¿Que si volvería a repetir la experiencia? Sí y ojalá y algún día les toque a mis hijos hacerlo.

Porque todavía creo que puede existir un México mejor.
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