POR AMOR A MI PAÍS

FRANCIA J. GIL VALDEZ


Debo admitir que desde que llegaron a mi casa a decirme que me había tocado ser de los elegidos para participar me emocioné, quizá porque siempre he sentido un fuerte compromiso hacia mi País y me siento plenamente identificada con la frase de “quien no sirve para servir, no sirve para vivir”, y sentía que era la oportunidad de aportar, aunque fuera un poquito en estas elecciones.
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Mi nombramiento llegó como “Segundo Suplente General”, lo que fue algo decepcionante (mi marido había sido presidente de casilla en unas elecciones anteriores), y a decir del personal del INE me dijeron: “si llegas el 6 de junio y tu casilla está completa, te puedes ir a tu casa”, aún así acudí a las capacitaciones y me apunté para llevar la hielera que usaríamos para el agua y los refrescos.

Llegué algo retrasada a la cita, no encontraba hielo ese día en las tiendas cercanas, pero como que me quedé con la idea de que igual si estaban todos solo esperaría la apertura de la casilla y me iría a mi casa, entonces no estaba tan apurada, sentía que con llegar con la hielera y el hielo estaría haciendo mi parte. Grande fue mi sorpresa al llegar y ver que solo 3 de los 6 funcionarios necesarios para la apertura de la casilla estaban presentes, por lo que pasé de ser segundo suplente a ¡primer escrutador!, en fin, me dije, “ya estamos aquí, manos a la obra”.

Armamos las urnas, las mamparas, sacamos el material que necesitaríamos mientras personal del INE y la presidenta buscaban entre la fila de nuestra casilla dos voluntarios para poder tener completa la plantilla y realizar la apertura. Afortunadamente las encontraron y pudimos realizar la apertura con un poco de retraso, ya que nos dieron las 9:00 de la mañana.

Cabe mencionar que desde las 7:30 am ya había gente haciendo fila afuera de la primaria donde se instalaron las casillas, por eso ahora entiendo que el más tardado es el voto mañanero, lo cual deja a los ciudadanos en la fila con una sensación de que se tarda demasiado la apertura, pero ahora que estuve del otro lado me di cuenta el porqué suceden estos retrasos.

Una vez que dimos inicio y que estaban los representantes de partido y, como ahora los protocolos de sanidad solo permitían el acceso a dos personas en la casilla, la fila no bajó como hasta casi las 11:00 am. He de decir que hubo casillas en las que todo el día tuvieron gente, nosotros (que veíamos apellidos de la L a la O) sí tuvimos algunos tiempos muertos, no muchos, pero sí hubo.

El calor era fuerte, lo que me llevó a agradecer que estuviéramos en una escuela, aunque fuera con un ventilador, pero al menos ayudaba en algo. En las casillas instaladas en parques cerca de mi colonia les tocó estar bajo los toldos, me imagino que para ellos fue todavía más agobiante el clima.

Hubo gente de todo tipo votando: señores de la tercera edad, personas adultas, jóvenes que era su primera vez, gente que se molestaba porque no aparecía en la lista porque se equivocaron de sección, gente que insistía que siempre había votado en esa escuela pero no se percataba que debido a que la sección creció se pusieron más casillas en otras colonias, gente muy amable que daba las gracias y un “Dios los bendiga” cuando terminaban de votar y pasaban a sellar su credencial y que les aplicáramos la tinta, gente que regresaba porque la tinta no se veía bien y la necesitaban como comprobante en su trabajo de que habían acudido a votar.

En lo personal me tocó aplicar la tinta, era realmente sorprendente que algunas personas les pintaba al más mínimo roce y algunas otras por más pasadas que le daba con el aplicador, nada más se veía muy leve, estuve tentada a hacerle un agujero al aplicador para batallar menos, pero uno siente que bajo la mirada de los representantes de los partidos todo te lo tomarán a mal, entonces pues me quedé con las ganas de perforar el aplicador.

Eso sí, cuanto chiquitín acudió con sus papás o abuelitos a votar, se fue con su marquita en el dedo, sentí que debía hacerlo para irles inculcando el valor de la participación, en cuanto les preguntaba: ¿le ayudaste a mamá a votar? volteaban hacia arriba a ver a sus papás buscando aprobación y en cuanto se las daban, aún si no contestaban a la pregunta, ponían felices su dedito para que fuera marcado.

Cuando nos dimos cuenta ya casi eran las 4:00 de la tarde, la mayoría de mis compañeros sintió que la jornada se nos había ido rápido, pero no teníamos conciencia de que lo bueno estaba por empezar.

A las 6:00 de la tarde, fuimos a ver si faltaba alguien en la fila que hicieron dentro de la escuela con los apellidos que nos correspondían para que acudieran a nuestra casilla (siempre había alguno que otro despistado), como no encontramos a nadie más, a las 6:09 dimos por concluida la votación.

Como primer escrutador me tocó participar en el conteo de los votos de la elección federal, hicimos la separación, mostramos a los representantes los votos que se anulaban para que todos estuvieran de acuerdo.

Lo más chistoso es que los votos nulos en los 4 conteos nunca fueron la misma cantidad, hubo quien decidió quizá expresar sus sentimientos en alguna boleta y votó solo por quien en verdad creyó. Otra cosa que noté al contar los votos es que yo recuerdo que en otras épocas, por ejemplo de mi mamá, votaban por un partido, ahora te das cuenta que votas por un candidato, no importa el color mientras creas que su propuesta es interesante, por lo que podías ver en los resultados que un color ganó en gobernador y otro diferente en ayuntamiento.

Debo decir que me asombra la capacidad del INE para preveer cualquier cosa que se presente, y me da un poco de tristeza el ver que casi la mitad de las boletas se quedan sin usar debido a que solo un poquito más del 50% de la lista nominal acude a votar. Si tomáramos conciencia de todo lo que se gasta de nuestro dinero para poder realizar unas elecciones limpias, quizá la participación sería mayor.

Me encantaría ver unas elecciones con participación del 80% de la población, quizá suene muy descabellado, pero sería maravilloso. Cancelar tantas boletas pesa, porque dejan que solo la mitad de la población decida quienes serán los gobernantes de nuestra comunidad. Entiendo que hay mucha gente que cree que las elecciones son un fraude, pero ahora que estuve del otro lado y vi el esfuerzo de la gente que participa, la calidad de los materiales que aporta el INE, el trabajo de los representantes de partidos, el trabajo de los CAE, de verdad les digo, tenemos una gran institución y debemos defenderla porque es el instrumento para disfrutar de la democracia con la que contamos.

Finalmente contamos los votos de las 4 elecciones, y se llenaron las actas, se tuvieron que hacer algunas correcciones en ellas, gracias a Dios el INE manda dos juegos, e incluso tuvimos que volver a contar las boletas de una elección porque los números no nos daban, finalmente pasadas las 10:50 pm, pudimos terminar los paquetes electorales y se fueron la presidenta y el primer secretario a entregarlos.

Cansada y hambrienta solo pegué los resultados de nuestra casilla al frente de la escuela y me retiré a la casa, sí, muy cansada, pero contenta de haber podido participar en el proceso y de darle mi voto de confianza al INE.

¿Que si lo volvería a hacer? ¡Claro que sí! Porque amo a mi País y amo servir a los demás.

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COMPROMETIDOS HASTA EL FINAL

LIZETTE GONZÁLEZ


Todo bien en mi casilla ubicada en San Pedro, sin incidentes violentos.
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– Traté de mantener mi nombramiento discreto, ya que supimos de gente que buscaba a los presidentes para “negociar”.

– En mi casilla aventajó Miguel Treviño como Alcalde de San Pedro y Samuel García como Gobernador.

– Casi el 59% de la población que me asignaron votó. Nos tocaron los apellidos Martínez hasta Rodríguez.

– Por fortuna los desacuerdos que se presentaron fueron menores gracias a la transparencias y eficiencia de todos.

– Nunca estuvimos sentados cruzados de brazos y fuimos una de las casillas con mayor afluencia por los apellidos que nos tocaron. Los sándwiches que llevé para mis funcionarios ni tuvimos tiempo de comerlos por atender la afluencia de votantes que fue continua, sin interrupción en mi casilla.

– Sin embargo, los protocolos sanitarios nos retrasaron el avance de la fila de votantes, aunado a que algunos votantes tomaron hasta 20 minutos para decidir detrás de la mampara de votación.

– El reconocimiento de los votantes fue inversamente proporcional a qué tan larga estaba la fila y cuanto tuvieron que esperar para votar.

– Tuve 2 protestas de representantes de partido que hasta los demás partidos se rieron por lo menores que eran.

– La contabilización muy transparente con numeración clara conforme íbamos terminando cada conteo. Todos tomando fotos de nuestros post-it de colores y escuchando mis instrucciones claras, respetando que nadie externo a los funcionarios podía meter mano y dirigiéndose conmigo directamente sin hacer escándalos.

– Agradecí sugerencias de algunos representantes de partido que se portaron a la altura, cooperando más que buscando fallas.

– Fui muy afortunada con mi equipo de casilla y con los representantes de partido que me asignaron.

– Regresé a mi casa a las 2:00 am después de entregar el paquete de boletas en el INE. Me escoltó el INE en carros separados.

– Mi mayor satisfacción fue cuando llegué al INE y entregué mis boletas con una sonrisa de oreja a oreja diciendo “Aquí están las boletas de la mejor casilla, la más eficiente, las más claras” y me contestan sin haber visto mi caja aún “¿San Pedro, cierto? ¡Por supuesto!”

– La remuneración económica que me entregó el INE decidí donársela a mi capacitador de INE, quien estuvo al pie del cañón, trabajando con nosotros con recursos limitados del INE. Se llevó mi admiración en lo personal y profesional. Ojalá el INE les proporcionara más recursos y se solidarizara con ellos. Espero no pierdan tan valioso talento en este hombre.

En verdad fue una satisfacción al final del día.

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‘FUE UNA EXPERIENCIA QUE ME GUSTARÍA VOLVER A VIVIR’

ANDREA GONZÁLEZ


Tengo 30 años y fue la primera vez que me tocó vivir esta experiencia. Desde que firmé de enterada y lo comenté con mis conocidos, la mayoría de los comentarios que recibía eran negativos, me decían que mejor no me presentara, que rechazara la función, que no sabía a lo que me metía ya que era demasiado trabajo, pero había algo en mi que me decía: “vive la experiencia”.
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Llegó el día y me pidieron estar a las 7:15 am en la primaria que me tocaba. Aproximadamente a las 7:40 am que abrieron comenzamos a instalarnos.

Lamentablemente no había podido asistir a las capacitaciones previas por lo que iba un poco desorientada, pues aunque había leído los libros, al momento de la práctica todo es diferente.

Algo que noté es que todos éramos “jóvenes” y pues obviamente sin experiencia, lo que hizo que todos estuviéramos nerviosos y con dudas provocando retraso en la apertura de la casilla, al punto que las personas de la tercera edad que estaban ya formados comenzaran a molestarse.

Eran las 8:40 am cuando abrimos la casilla, a como íbamos avanzando nos fuimos acoplando mejor y el proceso se hizo más rápido. Exactamente a las 6:00 pm cerramos la casilla, ya no teníamos fila de gente por lo que no hubo problema en eso.

Nuevamente se apoderaron los nervios de nosotros, pues comenzaba “el proceso importante”, teníamos a los representantes de partidos políticos ansiosos por saber resultados, tratamos de hacer todo lo más rápido posible, pero evitando cualquier error.

Ya que hicimos conteos seguimos con el llenado de actas. No veíamos fin a la papelería pues era mucha, alguna se repetía en varios formatos y entre todos nos estuvimos apoyando para hacerlo todo bien. A las 10:15 pm cerramos paquetes para ser enviados.

Llegué a mi casa cansada, acalorada pero satisfecha. A pesar de tener muchos comentarios negativos de mis conocidos por ser funcionaria fue una experiencia que sí me gustaría volver a vivir para mejorar en las cosas que nos fallaron por la inexperiencia y aportar ese pequeño granito de arena a un proceso tan importante para nosotros como mexicanos.

A todos los que rechazaron su función por no tener tiempo para eso o simplemente por flojera, creo que si queremos un cambio tenemos que empezar por nosotros.

Cambiar ese pensamiento que para cumplir como ciudadano no hay tiempo pero para irte a formar al cine, a la pizza, al estadio pueden pasar horas bajo el sol, lluvia, etc.

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‘A LA MERA HORA, NADIE QUIERE APOYAR’

JOSÉ A. GÓMEZ


Mi nombre es José Alberto Gómez Benavides y fui presidente de la Mesa Directiva de la Casilla Extraordinaria 1 de la Sección 1075 en Reynosa, Tamaulipas, durante la pasada jornada electoral. Esta fue mi segunda participación en unas elecciones, curiosamente bajo la misma función.
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Cuando la Capacitadora Asistente Electoral (CAE) del Instituto Nacional Electoral (INE) acudió a mi domicilio para invitarme a ser funcionario, de primera instancia dudé en aceptar debido a que pertenezco a un grupo vulnerable y no había sido vacunado contra el Covid-19 aún. Sin embargo, como ciudadano ejerzo mi derecho a expresar mi inconformidad con la labor de nuestros Gobernantes y me pareció incongruente rechazar dicha invitación. Más aún, la respuesta de la CAE -que era el primero en aceptar después de 14 invitaciones a vecinos de mi Fraccionamiento- terminó de convencerme.

Previo a la elección leí en tres ocasiones la “Guía para la y el Funcionario de Casilla” del INE y la “Información para la y el funcionario de casilla: Elecciones Locales” del Instituto Estatal Electoral del Estado de Tamaulipas, tomé el curso virtual “La Jornada Electoral” y acudí a un simulacro de la elección. Una noche antes, repasé ambos cuadernillos. Durante las Elecciones de 2009, el Partido Acción Nacional había impugnado los resultados de la casilla donde había sido funcionario y esta vez estaba decidido a evitar la frustración y el coraje que mi tiempo y mi esfuerzo hubieran sido en vano.

Desafortunadamente, durante la noche del sábado, un vecino tuvo un festejo hasta altas horas de la madrugada que me impidió dormir. Al sonar la alarma a las 6:00 AM, me sentía físicamente mal por la falta de sueño y todo lo que me ocasionó: presión arterial alta, dolor de cabeza, vértigo, etcétera. Pensé en llamar a la CAE para informarle que no podría, pero me di un tiempo para descansar y esperar a que pasara y así fue. Me comí rápidamente un sandwich, unas papitas, un refresco y salí de mi casa.

Llegué a la Casilla a las 7:10 AM. El domicilio aún estaba cerrado y abrieron hasta las 7:51 AM. La instalación de las casilla se demoró aún más debido a la limpieza y desinfección del lugar, a la impuntualidad de algunos funcionarios de casilla, a la solicitud de los Representantes de los Partidos Políticos de contar y firmar las 2,196 boletas (lo cual es opcional) y a las continuas interrupciones de Representantes del PRI y PAN cuyo nombramiento no pertenecía a mi casilla y exigían permanecer ahí cuando el límite por partido son dos únicamente. Así pues, a las 9:28 AM abrió finalmente la casilla.

En todo momento, se siguieron las medidas de prevención dentro y fuera de la casilla: uso de cubrebocas (careta adicionalmente para los funcionarios), gel antibacterial para funcionarios, representantes y votantes, sana distancia entre funcionarios y representantes y en la fila de votantes, desinfección de mesas, urnas, mampara y crayones, etcétera. Además, en todo momento solo se permitió el acceso a dos votantes al mismo tiempo a la casilla.

Previniendo altas temperaturas, alisté mi hielera con aguas, Gatorade y refrescos. La CAE nos llevó tacos de canasta para almorzar y un platillo de mole con arroz y frijoles para comer además de refrescos para acompañar los alimentos.

Sin embargo, desde las 9:28 AM en que declaré abierta la votación hasta las 6:31 PM en que anuncié su cierre, hubo flujo continuo de votantes por lo que me mantuve ocupado al grado que solo tomé una botella de Gatorade y una de agua que mi compañero Escrutador 3 me arrimó, no tuve oportunidad de comer, ni me dieron ganas de ir al baño en todo el día e incluso voté en mi lugar (solo me volteé para marcar mis boletas).

Alrededor de las 12:30 PM, tuve que suspender la votación debido a que los Representantes del PAN decidieron unilateralmente reubicarse exactamente a un lado de las urnas.

A las 6:00 PM, aún había 12 personas formadas por lo que solicité al Escrutador 2 ubicarse al final de la fila para definir el cierre de la votación. Sin embargo, simpatizantes de Morena que llegaron posterior a la hora de cierre marcado por la ley, exigieron votar y ante mi negativa empezaron a amenazarnos. De hecho, tuve que suspender en dos ocasiones el cómputo de los votos debido a los insultos que gritaban desde la banqueta.

Después del llenado de actas, la entrega de las mismas a los representantes de partidos políticos y la preparación de los tres paquetes electorales, se procedió a la publicación de resultados y finalmente a la limpieza del lugar. A las 11:08 PM me retiré de la casilla con un dolor de orejas debido al uso continuo del cubrebocas además de la careta y mis lentes… A decir verdad, ahora admiro mucho más al personal médico que tienen que usar todo su equipo de protección personal por jornadas mucho más extensas.

¿Por qué narré tan extensa mi experiencia? Por que es frustrante leer las quejas de los partidos políticos y de los ciudadanos sobre la elección.

Al día siguiente de la votación, el Comité del Partido Acción Nacional en Tamaulipas publicó un comunicado en donde, al denunciar “múltiples incongruencias” en el cómputo de los votos desacredita la labor de los Funcionarios de Casilla.

También los ciudadanos se quejan de la tardanza en la apertura de las casillas pero… a la mera hora, nadie quiere apoyar: nadie quiere perder un domingo de sus vidas por intentar que la democracia en este País avance. Es mas fácil despotricar contra el INE que aceptar la invitación a ser funcionario de casilla cuando los CAE realizan las visitas domiciliarias o incluso, cuando algún algún funcionario de Casilla acude a los ciudadanos formados de la fila para completar la Mesa Directiva.

Algunas amistades que también participaron como funcionarios de casilla no tuvieron la misma suerte que yo: los CAE, ante los múltiples situaciones adversas que resolver, no pudieron proveerles alimentos ni bebidas, pero eso sí: un partido entregó hamburguesas Carl’s Jr a sus representantes, al parecer en todo Reynosa.

Y aunque el pago fue de $500.00 pesos por parte del INE a cada funcionario, con gusto los cambio por un Domingo con mi familia que es lo que usualmente hago.

No fue grata la desvelada; no fue grato levantarme temprano en domingo; no fue grato lidiar con las quejas de representantes de partidos políticos o los insultos de ciudadanos que impuntualmente acudieron a votar; no fue grato estar 16 horas sin comer y terminar sudado y con las orejas adoloridas; no fue grato perderme la compañía de mi familia, pero fue gratificante no solo ejercer mi derecho al voto sino asegurar que el conteo de los votos emitidos en “las elecciones más grandes de la historia” fue llevado con veracidad.

Y sí, claro que lo volvería a hacer, porque nuestra democracia es incipiente y aún está en riesgo. Porque sueño con el día en que los ciudadanos acudan a votar libremente y no coaccionados por algún partido político mediante el obsequio de una despensa o amenazados con perder algún programa social o -peor aún- su empleo. Lo haré de nuevo porque aún creo en un futuro brillante para mi País.

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