Cuando el verano se despide y la tierra se tiñe de tonos dorados y rojizos, Escocia se convierte en todo un espectáculo. Ahí, el otoño no es solo una estación, sino una experiencia sensorial: brumas matinales, hojas secas y cielos que cambian con la misma intensidad que el viento.

Con castillos centenarios y valles salidos de leyendas celtas, este rincón del Reino Unido invita a reconectar con la naturaleza y con uno mismo.

Edimburgo, con su mezcla de arquitectura medieval y georgiana, es el punto de partida ideal para una escapada de temporada. Pasear por el Old Town, recorrer los jardines de Princes Street o subir al Arthur’s Seat -la cima más alta del Holyrood Park- permite contemplar el contraste entre la piedra antigua y los árboles encendidos. Octubre y noviembre revelan un rostro más íntimo: calles con menos turistas, cafés acogedores, y museos como la Galería Nacional o el Real Mary King’s Close, que sumergen al visitante en historia y atmósfera.

A solo una hora al oeste, Glasgow ofrece otra experiencia: creativa, vibrante e inesperada. Considerada la capital cultural de Escocia, esta ciudad combina parques con una energía contemporánea que se percibe en sus galerías, murales urbanos y conciertos en vivo. El Kelvingrove Park, junto al museo homónimo, se convierte en un corredor de hojas doradas donde el arte y la naturaleza se funden en cada paso. Al atardecer, caminar por el río Clyde o perderse en el West End revela un lado más contemplativo de esta metrópoli.

Sus cafés independientes, librerías antiguas y restaurantes invitan a una pausa sin prisa. Esta estación se disfruta con sopas caseras, panes artesanales, tartas calientes y whisky reconfortante. Las destilerías locales abren sus puertas con recorridos inmersivos, mientras la escena artística late con festivales, teatro y exposiciones que reflejan el carácter moderno de la ciudad.

El otoño escocés es una oda a la contemplación: una estación donde la belleza se mide en destellos sobre colinas y hojas que caen entre el silencio. Para quienes buscan despertar sus emociones, este es el momento perfecto para descubrir un país que sabe acariciar el alma.

Toma nota

Para aprovechar al máximo la temporada en Edimburgo, lleva ropa en capas y una chaqueta impermeable: el clima cambia con rapidez. Sube temprano al Arthur’s Seat para ver la ciudad envuelta en bruma y luz dorada. No olvides tu cámara para capturar los jardines de Princes Street cubiertos de hojas: es un escenario muy fotogénico. Disfruta un té o whisky junto a la chimenea en pubs históricos y reserva con antelación las entradas para museos.

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