La historia del whisky japonés comenzó a principios del siglo 20, influenciada por la apertura de Japón al mundo tras el período Edo, cuando la nación estaba completamente aislada.

En 1868, con el inicio del período Meiji, las fronteras japonesas se abrieron, lo que permitió al país explorar y adaptarse a las tradiciones globales, entre ellas, la producción de destilados.

Registros históricos mencionan que los primeros escritos sobre whisky datan de 1405, por lo que la tradición de esta bebida de origen japonés es relativamente joven, con un siglo de historia. En este lapso, destacan dos figuras clave: Shinjiro Torii y Masataka Taketsuru.

Uno de los precursores del whisky japonés fue Shinjiro Torii, fundador de House of Suntory. A finales del siglo 19, inspirado por el auge del whisky en Escocia y Estados Unidos, Torii decidió traer esta tradición a Japón. Para ello, viajó a Escocia con el objetivo de aprender los secretos de la destilación. Este proceso llevó dos décadas, hasta que, en 1923, se inauguró la primera destilería japonesa en Yamazaki, cerca de Kioto"

Los tres pilares principales

La filosofía detrás del whisky japonés busca crear un destilado de calidad, que refleje los principios de la cultura nipona: el “wa” (armonía con la naturaleza”, el “monozukuri” (artesanía meticulosa) y el “omotenashi” (hospitalidad). Estos tres pilares permitieron a los japoneses perfeccionar su producción, utilizando el agua natural de la región de Yamazaki, reconocida por su complejidad y sabor.

“Las destilerías de House of Suntory no solo replicaron las técnicas escocesas, sino que adaptaron procesos innovadores. Por ejemplo, en la destilería de Yamazaki, ubicada entre el monte Tennozan y el Otokoyama, donde se unen tres ríos, el agua es rica en minerales, lo que aporta complejidad a la bebida. En la destilería de Hakushu, localizada en los Alpes japoneses, el agua es mucho más ligera, ya que se encuentra en las primeras etapas de su ciclo y aún no ha acumulado minerales”, explica Rodolfo.

Un aspecto distinto en la destilación japonesa es el uso de la turba, aprendida de Escocia, pero adaptada al gusto japonés, para crear un whisky ahumado más delicado. Esta mezcla de tradición y adaptación ha llevado al whisky japonés a posicionarse como uno de los más apreciados en el mundo.

Por otro lado, Masataka Taketsuru, un joven japonés que estudió Química en Escocia, aportó la solidificación a la industria en Japón. Así, con la visión de Torii y el conocimiento técnico de Taketsuru, Japón comenzó a crear whiskys que no solo rivalizaban con los escoceses, sino que también ofrecían un perfil único e influenciado por la tradición nipona.

Roble mizunara

Es utilizado en el envejecimiento de algunos whiskys. Este roble es conocido por sus grandes propiedades, que aportan sabores distintos. El uso del mizunara es una característica que distingue a los whiskys japoneses, dándoles un perfil de sabor exclusivo.

Recomendaciones para disfrutar el whisky japonés

  • La forma más común es a temperatura ambiente, lo que permite apreciar su complejidad y sutilidad.
  • También se puede tomar con hielo, que ayuda a suavizar el destilado, especialmente si se prefiere una experiencia más fresca.
  • Se recomienda darse un tiempo para saborearlo, notando las diferencias en cada trago.
  • Se disfruta mejor en una copa pequeña de cristal.

El whisky japonés tiene una filosofía detrás de su creación: sutil, refinado y complejo. No se trata solo de beberlo, sino de disfrutar una experiencia que involucra todos los sentidos"

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