CURAZAO: Caribe entre historia y color
Al sur del mar Caribe, a 65 kilómetros de la costa de Venezuela, Curazao combina herencia colonial holandesa con paisajes tropicales y una identidad única. Su capital, Willemstad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, deslumbra con casas coloridas y puentes flotantes.
En verano, la isla es ideal para recorrer calas escondidas como Playa Kenepa o sumergirse en arrecifes accesibles desde la orilla. Curazao también seduce con su mezcla de idiomas, música y una gastronomía que refleja su diversidad cultural. Barrios como Pietermaai invitan a pasear entre murales y cafés bohemios.
Además, la isla tiene más de 60 sitios de buceo y aguas transparentes todo el año. Aquí, el verano se vive entre historia, mar y una energía auténtica que hace que cada día tenga algo nuevo por descubrir.
TOMA NOTA
El Carnaval de Verano de Curazao, que se celebra a mediados de agosto, es una explosión de música, trajes y tradición caribeña. Aunque menos masivo que el de febrero, permite vivir la cultura local con cercanía y autenticidad.
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ST. BARTS: verano con acento francés
Ubicada en las Antillas Francesas, al este de Puerto Rico, San Bartolomé (Saint-Barthélemy en francés), conocida como St. Barts, es sinónimo de exclusividad relajada.
Este pequeño rincón caribeño combina la estética europea con paisajes de postal, donde playas de arena blanca como St. Jean, Saline o Gouverneur invitan a desconectarse del ruido. Por lo general, la isla es tranquila y permite disfrutar de su elegancia natural sin las aglomeraciones de temporada alta.
Gustavia, su capital, ofrece boutiques de lujo, cafés con vista al puerto y una gastronomía que mezcla sabores caribeños con técnicas francesas. Ya sea que elijas explorar sus calas escondidas, navegar en catamarán al atardecer o deleitarte con un platillo de mariscos frescos frente al mar, cada rincón de St. Barts está diseñado para vivir el verano como si fuera un secreto bien guardado entre mar y estilo.
TOMA NOTA
No dejes de visitar Shell Beach, a sólo unos minutos a pie desde Gustavia. Su nombre proviene de la cantidad de conchas que cubren la orilla. Es ideal para una tarde tranquila con esnórquel y una copa de rosé en el bar Shellona, que ofrece una de las mejores vistas al atardecer.
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SANTA LUCÍA: aventura entre volcanes y playas
Situada entre Martinica y San Vicente, en el Caribe oriental, Santa Lucía es una isla montañosa que parece hecha para viajeros que buscan más que sol y mar. Los Pitons -dos imponentes conos volcánicos- son su emblema natural y el punto de partida para experiencias que van desde el senderismo hasta baños en aguas termales.
En verano, sus jardines botánicos, cascadas escondidas y selvas tropicales se llenan de color. Las playas de arena negra en Soufrière, los resorts eco-chic en la costa sur y la navegación en la resguardada Marigot Bay ofrecen opciones para todos los ritmos.
La isla también celebra su identidad criolla con festivales, música y una cocina llena de carácter. Santa Lucía es ese destino donde la naturaleza no es fondo, sino protagonista, y donde el verano cobra vida en cada sendero y ola.
TOMA NOTA
Programa una visita al Sulphur Springs Park, conocido como el único volcán que se puede visitar en auto del mundo. Ahí puedes darte un baño de barro volcánico y agua caliente natural. Tu piel lo agradecerá y tendrás una de las postales más singulares del viaje.
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ARUBA: bajo cielos despejados
A 25 kilómetros al norte de Venezuela, Aruba se presenta como una isla confiable para los amantes del sol. Con más de 300 días despejados al año, esta joya del Caribe neerlandés garantiza playas espectaculares y experiencias al aire libre. Eagle Beach y Palm Beach son solo el inicio: esnórquel, paddleboard o yoga al amanecer son parte de sus opciones.
En el Parque Nacional Arikok se pueden explorar cavernas, formaciones rocosas y miradores que parecen sacados de otro planeta. Oranjestad, su capital, mezcla lo colonial con lo moderno entre tiendas, museos y restaurantes frente al mar.
Aruba es perfecta para quienes desean un verano activo, con deportes acuáticos durante el día y cenas relajadas en la arena al caer la tarde. Sus paisajes y hospitalidad la han convertido en uno de los destinos favoritos del Caribe.
TOMA NOTA
Si deseas evitar multitudes, visita Baby Beach, al sureste de la isla. Sus aguas poco profundas y transparentes la hacen perfecta para familias y principiantes en esnórquel. Lleva sandalias: la arena puede calentarse bastante al mediodía.
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