Aunque hay dudas sobre la fecha exacta del inicio de su construcción, los cronistas de Tlaquepaque coinciden que el Centro Cultural El Refugio terminó de construirse poco antes de 1885 como un hospital y capilla bajo el impulso de fray Luis Argüello y administrado por las monjas Josefinas.

Este recito de estilo colonial tiene una superficie cercana a los 10 mil metros cuadrados. Su nombre original era Casa de Salud Josefina, pero las monjas de esa orden religiosa dejaron su administración en 1935 y a partir de ahí cambió su nombre a Hospital El Refugio. Así permaneció hasta 1979, pero en los últimos años el espacio cayó en decadencia y fue abandonado, hasta que en 1983 fue adquirido por el Ayuntamiento de Tlaquepaque.

El Refugio ha sido centro para distintos relatos y leyendas. Se dice que en los pasillos del viejo edificio se aparece una monja, de las que atendían el hospital anteriormente, incluso hay testimonios, según documenta el propio Ayuntamiento de Tlaquepaque, que indican que se han escuchado voces, que incluso se han oído que se cierran las puertas o se rompen vidrios.

“Se tiene un registro – hasta ahora, porque cada día aumentan – de cuatro docenas de testimonios de visitantes que juran por su fe, o que la vieron o que la oyeron, o que la sintieron. Mas todo eso, no pasa de ser, una personal percepción del más allá”, se expresa en el sitio oficial del Municipio.

De lo que sí hay constancia es que tras comprar el recinto, el Municipio encontró el espacio casi en ruinas, con los jardines crecidos y plantas enredaderas en los muros, con las fuentes y paredes deterioradas. 

En 1984, se hizo un proceso de recuperación arquitectónica para habilitar el centro cultural, recuperar su estructura original con sus fuentes de corte octogonal, sus pilares y cúpulas, así como sus patios y amplios salones, que ahora albergan el Museo de Cerámica Pantaleón Panduro y el Centro de Oficios Ángel Carranza, así oficinas municipales. El recinto se ubica en la calle Donato Guerra 160, esquina con Prisciliano Sánchez.

Información: Rebeca Pérez Vega
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