Ante el avance en la vacunación Chile permitió la reapertura de gimnasios, iglesias, centros comerciales, restaurantes y hasta casinos. Incluso cuando los expertos pidieron precaución, el Gobierno se aferró a su plan de reabrir las escuelas el 1 de marzo.
A medida que la gente empezaba a moverse y a consumir con mayor facilidad, los médicos empezaron a preocuparse, sobre todo porque el gobierno no disponía de un sistema eficaz de rastreo de contactos.
“Esta situación la veíamos venir”, dijo Claudia Cortés, especialista en enfermedades infecciosas que dicta clases en la Universidad de Chile y ha estado tratando pacientes con Covid-19 en una clínica privada de Santiago. “Más de cuatro millones de personas se movieron a lo largo del país, lo cual hizo que la infección, que estaba concentrada en lugares grandes, se distribuyera por todo el país”.