Tras cumplir más de mil 500 requisitos en diferentes especialidades y después un minucioso proceso de dos años, el centro analítico de Laboratorio Médico del Chopo obtuvo la acreditación del Colegio de Patólogos Americanos (CAP, por su sigla en inglés).
Con este reconocimiento, señalan, el Chopo refrenda su capacidad de garantizar resultados precisos para contribuir a un diagnóstico certero.
La acreditación, que además evalúa la gestión de cambios ante la vertiginosa evolución en la medicina y la tecnología, la obtuvo el Chopo por primera vez en 2004.
Desde entonces ha renovado con éxito ese aval, que este año abarca sus especialidades de biología molecular, bioquímica, citogenética, hematología, histopatología y citología, inmunología, infectología y urianálisis, microbiología y parasitología, y toxicología.
En conjunto, las especialidades acreditadas comprenden más de mil 100 pruebas diferentes y significan que están a la altura de los estándares de instituciones estadounidenses.
Algunas de estas son la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA); la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), y las Enmiendas para la Mejora de Laboratorios Clínicos (CLIA), constituidos para velar por la atención y seguridad de los pacientes.
Refuerzan seguridad de resultados
Con la acreditación del Colegio de Patólogos Americanos (College of American Pathologists), el centro analítico de Laboratorio Médico del Chopo asegura la confiabilidad de los resultados que entrega en los más de mil estudios de análisis clínicos y en el 100 por ciento de las disciplinas ofertadas.



Impulsan cuidado de la salud
La acreditación que recibió el Chopo ahora respalda estudios innovadores como la gama de secuenciadores de nueva generación, la cual analiza mutaciones y duplicaciones que predisponen al paciente a desarrollar cáncer de colon, mama, ovario, próstata y pulmón en algún momento de su vida.
También destacan el microarreglo prenatal, para detectar irregularidades en el número y estructura de los cromosomas del feto; así como un test de concentración fecal de una proteína llamada calprotectina y una prueba inmunológica de sangre oculta en heces, los cuales se enfilan para ser el nuevo punto de partida en la detección de cáncer colorrectal y ciertas enfermedades inflamatorias intestinales.