PECES GIGANTES
La totoaba es el pez más grande del Alto Golfo de California, único en la región. También es conocida como corvina blanca, curvinas, roncadores o tambores por su habilidad de producir sonidos con su vejiga natatoria.
Es un pez muy longevo, pues llega a vivir de los 25 hasta los 50 años de edad. Además, puede medir hasta 2 metros de longitud y pesar más de 100 kilogramos.
Se trata de una especie carnívora que durante su adultez consume cangrejos grandes y sardinas. Su periodo de reproducción es entre marzo y junio.
VALE SU PESO EN ORO
Las grandes vejigas natatorias de este pez endémico alcanzan en China un valor de hasta 60 mil a 85 mil dólares por kilogramo, donde se consumen como un manjar en sopa.
Además de ser un platillo gourmet, a la totoaba se le atribuyen diversas propiedades afrodisiacas y curativas.
En el tráfico ilícito de la totoaba se encuentra inmiscuido el crimen organizado por las grandes ganancias que se perciben.
MODUS OPERANDI
En embarcaciones menores, de alrededor de 7 metros, se extienden redes con palangres, que son cordeles largos y gruesos, del cual cuelgan otros más finos que tienen anzuelos en sus extremos.
En alta mar se extrae el buche o vejiga natatoria, la cual es utilizada por el pez para flotar, y el resto del cuerpo es arrojado de vuelta al mar.
Los muelles de embarque y desembarque han sido localizados en Sonora y en Baja California, el resto son campos pesqueros a bajaderos a lo largo de 300 kilómetros de costa.
La Profepa infiere que en las comunidades pesqueras el resto del proceso se realiza en casas particulares en pequeñas cantidades, para luego ser transportadas a ciudades cercanas.
AL BORDE DE LA EXTINCIÓN
La pesquería de la totoaba fue una de las más importantes en el País y dio origen a los asentamientos humanos de Puerto Peñasco y Golfo de Santa Clara en Sonora y San Felipe en Baja California.
Factores como la pesca excesiva, pesca incidental de ejemplares jóvenes por las redes camaroneras, la pesca incidental de preadultos por las redes tiburoneras, así como las alteraciones de su hábitat de desove y crianza (Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado) la llevó al borde de la extinción.
Los primeros intentos para proteger a la especie de la pesca ilegal datan de 1940, pues en esa década se registró el récord de captura comercial de la totoaba con 2 mil 261 toneladas.
Está declarada como especie en Peligro de Extinción por la NOM-059-SEMARNAT-2010, Protección ambiental-Especies nativas de México de flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo y especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio.
VAQUITA MARINA, DAÑO COLATERAL
La vaquita marina, debido a sus bajas tasas reproductivas y la mortalidad derivada de la pesca incidental, la han colocado en las listas de especies en alto riesgo.
Su captura no intensional se ha realizado durante décadas mediante el uso de redes agalleras de pesca ilegal para la extracción de la totoaba, pues ambas habitan en la parte alta del Golfo de California, donde se estima que habitan tan solo 40 ejemplares.
Los pescadores clandestinos utilizan redes de enmalle ilegales de gran longitud, mayores a los mil metros, las cuales tienen una nula selectividad, por lo que varias especies de mar, como los delfines, tortugas y las vaquitas marinas mueran atrapadas al no poder alimentarse ni acercarse al exterior para respirar.