1. Iluminación

La luz natural es capaz de mejorar la productividad, memoria y concentración en los espacios de trabajo, enfatiza la neuroarquitectura.

2. Color

Antes de elegir los tonos para muros, interiorismo y muebles de la oficina es importante que investigues un poco acerca de la psicología del color.

Cada tonalidad tiene un impacto directo en el comportamiento de los usuarios del espacio, en las decisiones que toman y en las emociones.

Este impacto puede ser positivo o negativo.

3. Ruido

Lo ideal es contar con un espacio que ofrezca diferentes tonalidades acústicas que brinden dinamismo.

Por lo que se deben evitar áreas muy silenciosas o muy estruendosas que lleguen a generar sensación de estés o ansiedad.

A través de la altura de los techos y el uso de paneles acústicos crea zonas para cada actividad, por ejemplo, para hablar por teléfono o para concentrarse.

4. Temperatura

Este factor afecta procesos como la percepción y la memoria, además de que modifica las emociones.

La temperatura ideal en los espacios dedicados para trabajar se encuentra entre los 20 y 23 grados centígrados.

5. Materiales

Procura conectar a las personas con elementos de la naturaleza.

Para esto puedes optar por mobiliario y acabados de madera, lanas y piedras.

Desarrollarse en ambientes que evoquen a la naturaleza trae beneficios físicos y mentales para el usuario de determinado espacio.

6. Distribución

En caso de que el espacio sea amplio trata de generar áreas abiertas y que se adapten a distintas dinámicas.

De esta forma fomentas el trabajo colaborativo y la conexión entre varias personas.

Esta es una manera de reducir el estrés e incrementar la productividad.

Fuente: Facultad de Arquitectura de la UANL