El origen de las palomas mensajeras se remonta a la Edad Media. En la Primera y Segunda Guerra Mundial fueron de vital importancia ya que era una forma de comunicación segura y discreta. Estas aves llevaban los mensajes entre sus patas. Uno de los palomos mensajeros que pasó a la historia fue Káiser, pues participó en ambas guerras mundiales.
La Colombofilia es la afición de criar, cultivar y entrenar palomas mensajeras. Bélgica es la cuna de la Colombofilia. Las palomas mensajeras son de líneas especiales. Algunas de éstas son de razas como Jan Aarden, Delbar, Sion, Sootjens, VanDyck, Wouters. En un palomar hay especies que por varias generaciones se han reproducido como resultado de la unión de dos palomas de linaje.
Los parejas de palomas se forman en diciembre y para finales de enero ya tienen pichones. Los padres de las crías cuidan y alimentan a sus hijos hasta los 20 días de nacidos y después los pichones son llevados al área de vuelo donde se inicia su adiestramiento.
A los ocho días de nacidas, cuando todavía están al cuidado de sus padres, las aves son anilladas con la fecha de su nacimiento (registradas). No se realiza antes porque la anilla podría salirse de la pata.
Las aves son llevadas al palomar de vuelo donde aprenden a orientarse. Toman el sol y comienzan a tener confianza para así poder iniciar con las sueltas que son a partir de los 25 días de su nacimiento. Las sueltas van de los 20 minutos a una hora, con tres a cuatro sueltas de un kilómetro al iniciar y, paulatinamente, hasta llegar a los 70 y 140 kilómetros en un punto de suelta alejado de su palomar.
Los pichones escogen su percha o paradero cuando son separados de sus padres (para ser llevados al área de vuelo), y es donde comienza la querencia a su palomar. Si alguna otra ave se para en su percha, lo obligan a moverse.
En el área de descanso están separados por hembras y machos, y es un lugar ventilado con buena iluminación y espacio por si quieren volar.
Previo a uno de sus dos vuelos de entrenamiento al día, las palomas toman un poco de sol y ya saben que se acerca la hora de salir, ya que son rutinarias para la toma de sus alimentos, realizar sus vuelos y demás actividades.
Las cestas del palomar son especiales para que la paloma salga y entre sola durante las prácticas de vuelo: las primeras a las 7:00 horas, de 50 minutos a una hora 20 minutos; y a las 17:00 horas vuelan de 50 minutos a una hora, para después volver a tomar agua y comer.
Las palomas salen a volar en parvada y regresan de la misma forma a su palomar con el tiempo exacto de vuelo, como si trajeran un cronómetro, o bien por escuchar el sonido del silbato de su pastor.
Jorge Álvarez es entrenador de palomas. El pastor o entrenador es quien está al cuidado de ellas y se encarga de limpiar el espacio de éstas, alimentarlas e hidratarlas. Además les proporciona el sistema preventivo de medicación y supervisa los vuelos de entrenamiento. Las palomas están familiarizadas con su palomar, su pastor y el silbato con el que las llama para que regresen del vuelo o para comer.
Las palomas comen dos veces al día (son 34 granos por comida, basada en diversos granos como milo, trigo, cártamo, maíz, chícharo, nabo y ebo). Además, les dan agua preparada con probióticos, multivitamínicos y toman medicamentos preventivos para contar con un palomar sano. Esto es parte importante de su entrenamiento para participar en los vuelos a distintas distancias.
Las competencias de distancias tienen dos fases: para palomas adultas, de marzo a mayo, con nueve carreras que van de los 200 a los mil 100 kilómetros; y de pichones, de octubre a noviembre, con seis carreras que van de los 180 a los 480 kilómetros. Hay un derby en el que participan las mejores palomas. Son siete vuelos de 580 kilómetros. Las aves traen la anilla que se les coloca a los ocho días de nacidas y el chip de las competencias.
Las palomas que van a competencia tienen un preparación previa a su enceste para el viaje a donde será la suelta. Éstas toman baños con sales especiales que les proporcionan hidratación y relajamiento.
Las dos tinas que se colocan para el baño de las palomas se dejan hasta que todas deciden ir a asolearse, en señal de que éste ha terminado. Después, las aves permanecen junto a sus palomas y pichones, si es que los tienen, para estrechar los lazos y motivarse para volver a su palomar sin importar la distancia a recorrer.
Llegado el momento del enceste, las palomas son llevadas a uno de las cuatro agrupaciones que hay en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) donde se concentran las palomas participantes. Conforme las competencias van incrementando la distancia, hay menor número de participantes por el grado de dificultad que representa. En la ZMG hay alrededor de 2 mil colombófilos.
Una paloma puede vivir de 16 a 20 años. Las palomas que van a competencias desconocen la distancia a recorrer y sólo tienen en mente volver a su palomar. Deben sortear diversos riesgos como ataque de aves, el clima, disparos de cazadores, cableado o estrellarse en algún lugar. Es por eso que en las competencias de distancias largas no todas las palomas vuelven y algunas regresan heridas.
Las aves que participan tienen un estricto control de registro y se corrobora que el chip coincida. También son rigurosos con los horarios para el enceste de las palomas (que son colocadas de manera aleatoria entre hembras y machos).
Carlos Valle Menchaca, dueño del Palomar Tenerife & Gonzalo Sánchez (que tiene 11 años), y está a cargo de Jorge Álvarez, comentó que las palomas son revisadas por un veterinario especializado cada ocho días durante todo el año y, en tiempos de competencias, la revisión es dos veces por semana para mantenerlas en estado óptimo.
Rigoberto Castellanos del Toro (a la derecha) apoya en el programa de salud y alimentación de las palomas. Por su parte, Carlos Valle Menchaca (al centro) y el entrenador Jorge Álvarez (a la izquierda), coinciden en el amor que tienen por las palomas y su dedicación a la Colombofilia que se ha convertido en uno de sus complementos de vida. Desde que tenían entre 8 y 11 años de edad tuvieron acercamiento con estas aves y estuvieron a cargo del cuidado integral de las mismas. Esto creó un sentido de responsabilidad a temprana edad que los ha forjado como personas.
Información: Maricarmen Galindo Fotos: Maricarmen Galindo Síguenos en Twitter: @muralcom