SUS PRIMERAS CUCHARADAS

Desde su nacimiento, los bebés comienzan a nutrir su flora intestinal con la leche materna. Aunque  proporción y variedad cambian con los meses, los alimentos que promueven la salud intestinal son primordiales en los primeros años.

“La Organización Mundial de la Salud hace énfasis en que los mil primeros días son vitales para la salud. Este periodo marca el ADN con modificaciones llamadas epigenéticas: el gen programa nuestra salud y el riesgo futuro de padecer enfermedades. La alimentación es determinante para esa programación del genoma”, detalla Mariangela Conconi, doctora en bioquímica.

“La lactancia es importante no sólo para formar anticuerpos, también hace que la mucosa intestinal se genere y permite la interacción correcta con el sistema inmunitario: 60 por ciento del sistema inmune está en el estómago”.

Diversos estudios sugieren que la falta de bacterias intestinales benéficas deriva en defectos cognitivos, mielina defectuosa y ausencia de una buena barrera hematoencefálica, esa que impide la entrada de otras bacterias al cerebro.

El consumo de probióticos en etapas tempranas ha demostrado reducir el riesgo de enfermedades neuropsiquiátricas. Es bueno darles kéfir y yogur natural durante esta ventana de tiempo".

Por lo menos hasta los seis meses, la leche materna es la mejor aliada de una buena microbiota, pero ese conjunto de microorganismos se alimenta de fibra (soluble e insoluble) y polifenoles, que se encuentran en verduras y frutas. Importante proveerlas a la dieta con todo y cáscara para gozar por completo de sus aportes.

“En México, muchos niños no comen verduras, porque no se les inculcó desde pequeños. Están acostumbrados a la comida ultraprocesada que, entre otras sustancias, tiene emulsificantes que arrasan con la mucosa intestinal”, sostiene Mariangela.

De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, a partir de los seis meses, los bebés deben incorporar sólidos –fruta, proteína, vegetales y granos–, a su dieta. Vitaminas A, B, B12, D y ácidos grasos Omega 3 son algunos de los nutrientes esenciales para un sano crecimiento.

“El Omega 3 es vital para el desarrollo del cerebro y las neuronas. Se encuentra en las nueces y sobre todo en los pescados, especialmente en el salmón”, agrega Conconi.

PROTEGE SU INTESTINO Y DESARROLLO

Probióticos: encuéntralos en lácteos fermentados, como yogur natural y kéfir.

Polifenoles: estas sustancias antioxidantes se hallan en frutas y vegetales.

Fibra: son fuente de ella las pieles de frutas y verduras, y legumbres.

Proteína: su ritmo de crecimiento la exige de buena calidad, con aminoácidos esenciales (de origen animal).

Carbohidratos: tubérculos, cereales y legumbres aportan energía.

Vitamina D: el cuerpo la producirá con un bañito de sol.

Vitamina A: una papilla de zanahoria es la mejor fuente.

Vitamina B6 y B12: su aporte viene de la proteína animal (carnes).

EN PRO DE LA NUTRICIÓN

Algunos tips e ideas para aportar los nutrientes necesarios:

🔴 Estructura el día con tres comidas –desayuno a las 9:00; comida a las 15:00, y cena a las 20:00– más cuatro tetadas de seis onzas de leche materna (6:00, 12:00, 18:00 y 22:00).

🔴 Prepara cereal fortificado con frutas para el desayuno. Cuece las frutas con cáscara y agrega en forma de papilla.

🔴 No descartes las cremas de verduras cocidas durante la comida.

🔴 Otra opción es cocer trocitos de molleja de pollo, zanahoria, chayote y un puñito de arroz en agua, para una papilla de consomé de pollo. Para disminuir aroma y sabor de las vísceras, remójalas en un poco de leche.

🔴 Después de las 18:00 horas, evita la fruta. Restringir los azúcares ayudará a que el bebé tenga un sueño más apacible.

🔴 Para la cena el cereal fortificado es ideal.

Textos: Nayeli Estrada
Edición: Alejandro Vizzuett
Imágenes: Karla Ayala y archivo
Síguenos en @reformabmesa