Una de las cirugías estéticas más practicadas a nivel mundial es la de aumento de senos; sin embargo, no es esto lo que en años recientes ha puesto el foco en este tipo de procedimientos quirúrgicos, sino la llamada Enfermedad por Implantes Mamarios o BII, por sus siglas en inglés, que engloba síntomas sistémicos. El cirujano plástico Carlos Cárdenas y la médico funcional María Patricia Restrepo dan su opinión sobre este síndrome, y Michelle Renaud, Regina Marco y Kitzia Mitre comparten su experiencia tras realizarse una explantación.

MICHELLE RENAUD

POR SU HIJO

Fue tras nueve años de tener implantes mamarios que Michelle Renaud decidió quitárselos, principalmente, por su hijo y su salud.

“Cuando me los puse, fue por inseguridades, las cuales nunca se fueron”, dijo la actriz.

“A los ocho años con ellos, empecé con moretones súper grandes en las piernas; de hecho, me llegaron a internar para ver si no era lupus o leucemia, y un acné imposible de quitar con tratamientos y medicamentos”.

Fue gracias a ese problema en la piel que llegó con un cirujano, quien, en la exploración, le dijo que en un seno no se palpaba el implante.

“A la semana, me los cambiaron y mi cara mejoró, pero sólo unos días; además, una ‘boobie’ quedó más arriba que la otra y no estaba feliz, y una noche, soñé que tenía veneno en el pecho”, dijo la mamá de un pequeño de 4 años.

“Desperté, me puse a investigar y encontré a una chava que se había explantado y contaba su caso y dije: ‘wow, tengo todos los síntomas’, como cansancio crónico y mareos”.

"Me engañaron, me dijeron que eran lo más seguro y resultó que no. Si hubiera sabido del BII, no me los hubiera puesto jamás”.

Sin embargo, el punto decisivo para Michelle fue cuando leyó una declaración de la FDA que alertaba sobre una relación entre un tipo de cáncer y el material de estos cuerpos.

“Al contarle a mi papá, me dijo: ‘cuando diagnosticaron a tu mamá, tenía un implante explotado y el silicón regado, y siempre he creído que eso lo originó’. Para mí, fue un shock, obvio ningún doctor lo explicó, pero fue nuestra deducción y pensé en mi hijo, no quería que viviera lo mismo que yo, por eso decidí explantarme”, aseguró.

“Pasé por dos cirujanos que me dijeron que era una moda y que no existía, que sólo me los cambiara y ya, hasta que llegué con uno que me explicó que hay muchos testimonios”.

Tras someterse al procedimiento, el médico detectó silicón esparcido y las cápsulas de los implantes pasados, lo que explicaba la continuación de sus malestares, por lo que limpió todo y, a los tres días, Michelle comenzó a notar cambios benéficos en su cuerpo y piel.

Desde entonces, decidió compartir su historia y mensaje de amor propio, pues muchas de sus seguidoras son de 14 o 15 años, edad en la que ella comenzó con la idea de operarse.

“Hoy me siento contenta conmigo misma, creo que es un tema de maduración y que quizá muchas pasamos por esas inseguridades, pero cuando vas creciendo y te das cuenta de lo que realmente tiene valor, es más fácil soltar el físico”, añadió la influencer.

“Te puedo decir que me gustó mucho más plana, nunca había tenido tanta seguridad como ahora”.

KITZIA MITRE

FELIZ Y PLENA

Fueron cuatro cirugías plásticas las que tuvo que pasar Kitzia Mitre debido a los implantes mamarios, pero hoy puede decir que está perfecta de salud y feliz con su cuerpo.

“Hace 10 años me operé porque tenía unas bolitas que estaban creciendo en una de mis ‘boobs’ y el médico me puso implantes sin mi aprobación y quedé mal, uno se me iba al hombro; después, me volvió a operar y quedé peor, ningún doctor quería tomar mi caso”, contó la diseñadora industrial.

“En la segunda, usaron unos de pésima marca y calidad, y empezaron a ‘sudar’. De hecho, en la tercera, fueron 12 horas de trabajo y anestesia en lo que me limpiaban porque tenía el tejido lleno de silicón, asqueroso”.

La tercera intervención fue con otro especialista y, aunque el procedimiento y el material fueron mejores, Kitzia continuaba con problemas en la piel y tenía un área necrosada derivada de la suma de procedimientos, por lo que en mayo de este año aprovechó una intervención ginecológica para pedirle a su actual cirujano plástico que la explantara.

“Tomé la decisión de hacerme una histerectomía porque tenía varios miomas que me estaban dando muchos síntomas y busqué a alguien que tomara el caso para hacer una cuarta y última operación”, añadió la mamá de Peter y Mar Checa.

“Carlos Cárdenas es quien me pone botox y tratamientos faciales desde hace cinco años y él me reconstruyó y me dejó perfecta”.

“Estoy feliz de no tenerlos, mi recuperación fue muy buena, cero dolorosa y sólo estuve dos días en el hospital”.

El consejo que Kitzia comparte con quien esté pensando en implantarse, es que investigue otras opciones, como la lipotransferencia.

"Pude sí haber tenido BII, tuve muchas migrañas, empecé con problemas de tiroides y resistencia a la insulina. Las dos primeras cirugías fueron pésimas, pero acepté las cicatrices y seguí con mi vida hasta ahora que tomé la decisión”.

REGINA MARCO

EN BÚSQUEDA DE SU BIENESTAR

Si algo caracteriza a Regina Marco es su constante búsqueda de bienestar físico y espiritual a través de yoga, disciplina que enseña, y de otras herramientas y técnicas, por ello, cuando comenzó a mostrar algunos síntomas sistémicos en su cuerpo, tuvo un foco rojo muy notorio.

“Ya había tenido un nódulo hipertiroideo autónomo, por eso perdí la mitad de la tiroides, tenía bajones energéticos, dolores de cabeza y, un día, una amiga, Paulina Ustaran, me escribió y me dijo: ‘Regi, estoy viendo todo el tema de los implantes, no sé si tengas, creo que sí y creo que tienes todos los síntomas, te lo dejo para que cheques’. Lo leí y me hizo todo sentido, me quedé en shock”, dijo la maestra de meditación.

“Decidí tomarlo con calma porque la explantación es un proceso bastante duro, después llegó el Covid y como que no quise abrir esa caja de pandora, había una parte de negación, pero seguí sufriendo por mi salud”.

Fue hasta que llegó con la doctora María Patricia Restrepo que, tras realizarle algunos estudios de microtoxicidad celular, los resultados mostraron una inminente intoxicación.

“Yo no le había contado nada a propósito y cuando me dijo: ‘hay que ver qué está pasando, porque no me hace sentido si vives en Valle de Bravo, meditas, comes sano, no entiendo de dónde está sacando tanta toxicidad tu cuerpo’, y en eso pensé: ‘los implantes’”, añadió Regina,
quien periódicamente organiza retiros espirituales
a diferentes partes de México.

Uno de sus principales miedos previo al procedimiento quirúrgico era no volver a gustarse; sin embargo, con apoyo de su terapeuta, sesiones energéticas y de acupuntura, además de la preparación que tuvo con la médico funcional a través de suplementación y alimentación, el camino fue más sencillo.

“Desde que empezó la pandemia me ha quedado más claro que quiero mi cuerpo lo más sano y fuerte que se pueda, pero claro que me preocupaba, porque tenía 15 años con ellos, porque cuando decides ponértelos, es porque hay algo en ti que no te gusta y pones un curita y parchas el problema, pero esa insatisfacción y falta de aceptación se traslada a otro lado y cuando decidí explantarme, regresé 15 años atrás a esa parte que no aceptaba”, comentó.

“Sí fue un proceso duro, sobre todo el primer mes, pero cada vez siento mi cuerpo mucho más fuerte, resiliente. Me fue muy bien y agradezco profundamente a la doctora porque preparó mi cuerpo, ya que es un procedimiento fuerte, el bisturí llegó a estar al grosor de una hoja de papel de mi pulmón, porque los tenía debajo del músculo”.

A raíz de su experiencia, Regina vio la necesidad de comunicarlo y hacerlo público porque, considera, es muy importante que las mujeres entiendan el proceso que implica cuando deciden implantarse.

“Salir de eso es un proceso complejo físico y psicológicamente, deben tener en cuenta que por lo menos son dos cirugías, y la segunda es muy ruda”, expresó quien comparte en su cuenta de Instagram herramientas para trabajar la parte mental.

“Me hicieron una explantación ‘en bloc’, súper importante que sea así, y una mastopexia para poder reconstruir. Volví a quedar bastante plana, como era, pero con buena forma”.

"A quienes están pensando en ponerse implantes, les diría que investiguen sobre explantación y que dejemos de pensar que sólo le da a algunas que tuvieron mala suerte y que pongan su salud antes”.

CARLOS CÁRDENAS

En 2019, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) dio a conocer riesgos relacionados con los implantes mamarios, como contractura capsular, infecciones, ruptura o desgarres, dolor de senos, infecciones e, incluso, el linfoma anaplástico de células grandes (BIAALCL), un tipo de linfoma de Hodgkin o
cáncer del sistema inmunitario.

A pesar de que cada vez más mujeres en el mundo exponen sus testimonios en redes sociales tras sufrir problemas físicos y mentales asociados a la BII, aún existe poca evidencia científica y estudios al respecto para el diagnóstico.

“Es un término con el que algunas pacientes describen una serie de síntomas, como cansancio, pérdida de pelo, dolor de cabeza, escalofríos, hipersensibilidad a la luz, rash cutáneo, ansiedad, falta de concentración, alteraciones de sueño, neurológicas y hormonales, depresión, entre otros, los cuales, se cree, pudieran estar relacionados con la presencia de estos cuerpos”, comentó el doctor Carlos Cárdenas.

“Al día de hoy, no es un término médico y en este momento se carece de evidencia científica suficiente para emitir opiniones contundentes sobre el tema”.

Entre los posibles problemas que enlista la FDA, destacan los desgarres en la cubierta, lo cual puede generar una intoxicación por metales pesados y neurotóxicos implícitos en el silicón.

De acuerdo con el miembro de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (AMCPER), el incidente de ruptura es de, aproximadamente, entre 9 y 11 por ciento, y se estima que más de la mitad de los casos se puede deber a un error médico durante la introducción.

“Cuando se insertan, generan un tejido fibroso llamado ‘cápsula’, y, cuando uno se rompe, si el silicón permanece dentro, se llama ruptura intracapsular; si sale hacia el resto de la mama, es extracapsular”, dijo.

“Las intracapsulares pueden pasar desapercibidas, por eso es importante hacerse ultrasonido mamario por lo menos cada tres años; sin embargo, cuando la ruptura es extracapsular, la posibilidad de sintomatología es mayor y se debe retirar ‘en bloc’ (con la cápsula generada)”.

DESPEJA TUS DUDAS

Qué tan frecuente es que el cuerpo rechace los implantes?
Su relleno y cubierta están hechos de silicón grado médico, los cuales tienen un muy alto nivel de tolerancia, por lo que un rechazo es sumamente raro, pero cuando sucede, puede activarse el sistema inmune y presentarse síntomas relacionados al Breast Implant Illness.

¿Cada cuánto se deben cambiar?
No existe un periodo reglamentario. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) presentó, en 2011, un reporte que menciona que a los 10 años, un 20 por ciento de las pacientes habrá requerido algún procedimiento de revisión. Yo recomiendo que, si no se tienen síntomas, la apariencia de la mama es adecuada y sus estudios de imagenología de control están sin alteraciones, podríamos cambiarlos cada 20, pues el material sufre desgaste y después de este tiempo el riesgo de ruptura es mayor.

¿Hay algún tipo de implante prohibido?
No existe una recomendación contundente, pero sabemos que el linfoma anaplásico de células grandes se presenta, en una muy baja probabilidad, en quienes tienen o han tenido unos de cubierta texturizada, por lo que muchos estamos migrando a los de cubierta lisa.

Una paciente que desea explantación, ¿es candidata a lipotransferencia?
Si la explantación fue secundaria a una infección o linfoma, no sería candidata

MARÍA PATRICIA RESTREPO

DESDE LA ÓPTICA DE LA MEDICINA FUNCIONAL

De acuerdo con la médico funcional María Patricia Restrepo, partiendo de que todos los cuerpos son distintos, no se puede hablar de síntomas generales para saber si una mujer está teniendo la Enfermedad por Implantes Mamarios.

“La regla general es que muchas empiezan a tener síntomas sistémicos, es decir, relacionados con varias partes del cuerpo; sin embargo, la mayoría de los que empiezan a reportar están asociados con una hiper reactividad del sistema inmunológico y se puede manifestar de diversas maneras, como falta de energía, dolores en articulaciones y músculos, mente nublada, alteraciones hormonales, problemas de la piel, intolerancias alimenticias, diversas infecciones vaginales e inflamación en el organismo”, expresó la también química funcional.

A pesar de que los implantes no son los únicos responsables de elevar la toxicidad en el cuerpo, la originaria de Colombia explicó que sí pueden tener una carga importante debido a un goteo de micropartículas.

“Anteriormente, se creía que eran cuerpos inertes, que no interactuaban y que eran para siempre, pero el sólo hecho de que más del 50 por ciento de mujeres muestra cápsulas alrededor de éstos, es prueba de que sí hay una relación y se activan células inmunológicas”, añadió la fundadora de Keat, una línea de caldos y alimentos basados en química y medicina.

“También en Europa han hecho algunos estudios en los que se muestra que todos, con o sin ruptura, tienen goteo y liberan partículas de silicón a los ganglios y al resto del cuerpo, lo cual es un foco inflamatorio”.

Sin embargo, en su experiencia, no todas las pacientes que se han implantado generan la misma carga tóxica ni tienen la misma reacción, pues también, en gran medida, depende de la tolerancia inmunológica.

Por otro lado, la especialista considera que todos los seres humanos deberían prestar más atención a sus órganos encargados de llevar a cabo procesos de desintoxicación, pues hoy en día se está expuesto a una carga muy alta.

“Nunca son sólo los implantes. Eliminar del todo las toxinas no es muy realista, pero cualquier cuerpo extra o toxina, natural o sintética, puede ser un área de oportunidad”, dijo la egresada de The Institute for Functional Medicine.

"En varios países, y en la ciencia, se recomienda que ninguna mujer con riesgo o condición autoinmune tenga implantes, sin importar si son de solución salina, de silicón, texturizados o no”.

DESPEJA TUS DUDAS

¿Cómo saber si se está muy intoxicado?
Primero, conocerse, realizarse exámenes de laboratorio de sangre y, una vez que ubiques en qué punto estás, mirar qué fuentes de toxicidad tienes alrededor.

¿Hay alguna forma de prepararse para la explantación (retiro de implantes)?
Trabajar en la relación consigo misma, asegurar un buen revestimiento digestivo y disminuir la permeabilidad a través de consumo de vegetales orgánicos y caldos; además de medir niveles de vitamina D, porque se sabe que si está bajito, es un
estresor significativo para el sistema inmunológico, y, por último, dormir bien.

En tu opinión, ¿el retiro de implantes siempre debe ser ‘en bloc’?
Los expertos en el tema son los cirujanos plásticos, pero la mayoría que yo he consultado coincide en excavar y hacer una limpieza del área para no dejar parte del tejido que pudiera generar una hiper reactividad en el sistema inmunológico; sin embargo, es un área donde aún no hay tanta información, pues no existen patrocinios grandes para hacer estudios sobre el tema. Hay para ponerlos, pero no para quitarlos y dejar de consumirlos.

¿Existe alguna forma de revertir el daño por toxicidad?
Una vez que ya se detectaron problemas ocasionados por intoxicación, no importa donde estés, siempre puedes dar un paso a mejorar. Creo que todos necesitamos activar ese sistema de desintoxicación natural del organismo de manera proactiva. Hablando de los implantes, aunque quedan partículas en el cuerpo, se pueden activar las vías de eliminación. Es necesario y muy importante trabajar mucho con el hígado, que es un órgano clave en esta tarea, además de alimentarnos bien y mantener el cuerpo en movimiento constante para ayudarlo a que sude.