Los inscritos apreciaron el volverse a juntar a celebrar después del concurso, pues el año pasado, debido a las restricciones sanitarias, sólo se desarrolló la justa.
“Habíamos estado mucho tiempo sin velear y sin regatas grandes, entonces, tener la comida fue muy agradable y el Club fue un gran anfitrión para todos los presentes”, expresó el arquitecto Jorge Murrieta, quien zurcó el lago vallesano en un Santana 20.
Asimismo, el comodoro del Club Náutico Avándaro compitió con una tripulación de cuatro integrantes, con quienes destacó en el encuentro deportivo.
“Es una clase muy amigable y tiene mucha competencia; el desempeño de la tripulación muy bueno y tuvimos la suerte de ganar la regata”, comentó Murrieta.