El Premio a la Trascendencia Empresarial fue entregado a Julio García Briseño por el empresario Jorge Gutiérrez Topete, hijo de Carlos Gutiérrez Nieto (q.e.p.d.).
Al recibirlo, el homenajeado expresó las siguientes palabras:
“Buenos días, déjenme decirles que si no me dio infarto el sábado en el partido del Atlas, yo creo que me va a dar hoy con tantas emociones, con tantas muestras de cariño, con esta forma de Coparmex de reconocer a su servidor”, bromeó don Julio.
“Como le decía a Carlos (Villaseñor Franco) cuando me habló, no tengo palabras para agradecer este reconocimiento que me honra en lo más profundo de mi corazón, porque además me motiva a seguir adelante, a echarle más ganas, a participar más en la sociedad. Muchas gracias, don Carlos; muchas gracias, Coparmex.
“Quiero comentarles brevemente que cuando me habló Carlos, yo inmediatamente le llamé a mi señora y me dijo ‘este es un regalo para toda la familia’, y efectivamente, Copamex, amigos y amigas: este es un regalo para todos nosotros, para toda la familia que aquí me acompaña, mis tres hijas, desde luego mi esposa, mis nietos mayores, mis yernos, y también quien forma parte de la familia, Las Hermanas de María, esa obra extraordinaria de la cual comentaré un poco posteriormente, pero antes quiero referirme a una persona que yo admiré mucho y que fundó este premio, a don Carlos Gutiérrez Nieto, muchas gracias, Jorge, y también al recuerdo de tu querido padre aquí en el corazón, por esa gran labor que hizo como ser humano.
“Una de mis hijas me decía ‘¿por qué no nos platicas de dónde nace este espíritu de servicio que siempre nos has enseñado?’, y le dije ‘tienes razón’, voy a recordarlo brevemente, si me permite, señor Gobernador: mi padre era muy generoso, él desde chico con su ejemplo me mostró lo que era hacer cosas buenas, también los hermanos maristas, yo estuve con los Boy Scouts y una frase de ellos era ‘haz una cosa buena diaria’, una obra buena diaria, por alguna razón se me quedó muy grabado ese mensaje y creo que da muy buen resultado.
“Pero algo que a mí en lo personal me ha cimbrado en la vida, en hacer el bien, es conocer el ejemplo de Las Hermanas de María, de la Villa de los Niños, ellas respondieron ante un llamado en la segunda visita de su Santidad Juan Pablo, en 1990, cuando visita Chalco en el Estado de México, y su Santidad se queda impresionado al ver esa pobreza en Chalco, y pide a los empresarios que hagan algo, eso fue el día 7 de mayo de 1990; dos días después en Durango, me tocó estar en Durango, su Santidad, dirigiéndose a los empresarios, nos da otra cumbre, ¿y por qué?, se acordaba precisamente de esa situación que había visto en Chalco, una pobreza impresionante, y la primera institución que reacciona ante esa prontitud de su Santidad fue precisamente la Villa de los Niños, se funda en Chalco un año después, el 5 de septiembre de 1991.
“Yo sí quisiera pedirles un aplauso para Las Hermanas de María que me acompañan el día de hoy, porque han hecho una labor extraordinaria en estos casi 30 años, más de 20 mil jóvenes han salido de sus instalaciones siendo gente de bien, de origen pobre dentro de los más pobres, en donde se les brinda durante cinco años absolutamente todo, para mí este ha sido uno de los ejemplos de mayor trascendencia en mi vida, la labor que hacen Las Hermanas de María a favor de los más desprotegidos, el señor Gobernador nos ha hecho favor de estar varias veces ahí, incluso muchos de los aquí presentes han estado ahí en la Villa de los Niños. Se tiene actualmente casi 6 mil entre Chalco y aquí, en Acatlán de Juárez; en Acatlán de Juárez tenemos poco más de 3 mil niños, y repito, son pobres dentro de los pobres, pero eso no quiere decir que no se les dé lo mejor de lo mejor, y por eso salen como gente de bien.
“Yo termino, además de agradeciéndole a Dios el que me haya permitido recibir este premio, recordar esa máxima que me decía mi padre: ‘el que no vive para servir, no sirve para vivir’, muchas gracias de todo corazón”.