¿Para quién es?

El aprendizaje online no es para todos.
Esta modalidad educativa está dirigida principalmente a personas interesadas en continuar su formación académica bajo esquemas más flexibles, en compaginar estudios con otras actividades, como el trabajo, en desarrollar habilidades digitales o en aprender sin importar el lugar donde se hallen.
Por ello, es considerada una alternativa viable para quienes cuentan con otras responsabilidades o buscan continuar su formación académica más allá de las aulas.

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Da libertad

La educación en línea no te limita a un aula o espacio físico. Esto permite tomar clases desde la comodidad de tu casa o hasta en un café, un parque, una cabaña o la playa. Sólo se requiere una conexión a internet estable y electricidad.
También facilita que personas con alguna discapacidad puedan acceder con mayor sencillez al nivel superior o que se aprovechen los tiempos libres para repasar o consultar los materiales de alguna asignatura.
Y, dado que es una modalidad disponible a nivel global, las personas interesadas pueden cursar programas impartidos por universidades en otros países o continentes.

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Es económico

El ahorro económico de estudiar un programa online no se limita a la matrícula.
Por un lado, los materiales de estudio suelen estar digitalizados o en versión web, lo que permite acceder a ellos sin necesidad de comprarlos, así como reducir costos por concepto de utensilios escolares (plumas, mochilas, libretas).
Y por el otro, evita que la persona se deba desplazar a un sitio determinado, de modo que también hay un ahorro de tiempo y de dinero en el traslado, de comprar combustible e inclusive de adquirir alimentos fuera de la casa. También se elude el tránsito.

Desarrolla habilidades

Los programas en línea facilitan la adquisición y el desarrollo de habilidades digitales gracias al constante uso de recursos tecnológicos asociados a su enseñanza y aprendizaje.
De este modo, los estudiantes se preparan para el mundo laboral y viven una transición más sencilla en caso de ocupar una vacante a distancia o híbrida.
La paquetería de Microsoft Office, las plataformas de comunicación digital y el trabajo colaborativo, así como aplicaciones son algunos ejemplos.
A lo anterior se suma la práctica constante para buscar, filtrar y segmentar información por la web.

Optimiza el tiempo

Existen personas con horarios, actividades, esquemas laborales u otras obligaciones que dificultan su aprendizaje en el formato presencial.
Para ellos, la educación online se vuelve una forma de seguir aprendiendo sin dejar de lado sus responsabilidades, pues permite a las y los alumnos elegir los días y las horas dedicados al estudio.
De este modo, el ritmo lo marca el propio estudiante con base en sus necesidades.
Quienes cuentan con un trabajo también pueden solicitar a sus superiores facilidades para continuar su formación, como tomar clases desde la oficina para después incorporarse a sus labores.

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Mejora la empleabilidad

La facilidad de acceder a cursos de vanguardia y de desarrollar habilidades digitales se traduce en una mejor empleabilidad.
El aprendizaje de software especializado, así como a trabajar en equipo y tener comunicación efectiva de forma remota son capacidades atractivas para empleadores.
De este modo, las personas con estudios online ven una ventaja al aplicar a nuevas vacantes o a aspirar a cargos de mayor responsabilidad dentro de su empresa actual.

Fuentes: UNIR, Aliat Universidades y Universidad Tecmilenio.

Edición: Abel Vázquez

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