
Desechados en calles y banquetas, los cubrebocas o mascarillas se están convirtiendo en un nuevo problema de basura y de contaminación en el área metropolitana de Monterrey, donde amenazan hasta con tapar los drenajes.
EL NORTE constató en diferentes puntos de la zona metropolitana que estos artículos abundan en calles, banquetas, alcantarillas, registros telefónicos y pasillos del transporte público.


Estos desechos se suman a otros como las bolsas de frituras y botellas de plástico, que obstruyen alcantarillas o terminan en ríos.
Pero, lejos de terminar, la acumulación de cubrebocas en las calles pudiera aumentar debido a que en Nuevo León, así como en todo el País, se mantiene vigente su uso obligatorio por la pandemia causada por el Covid-19.

De hecho, a nivel mundial existe preocupación por las mascarillas debido a que están invadiendo los vertederos y océanos en diferentes países.
En junio del 2020 la organización no gubernamental de Francia, Operación Mar Limpio, alertó que los desechos sanitarios del Covid-19, como cubrebocas, máscaras y guantes, ya habían llegado a los océanos.



“Pronto se corre el riesgo de que haya más máscaras que medusas en las aguas del (Mar) Mediterráneo”, publicó la ONG.
También en el 2020, cuando inició la pandemia, la bióloga Raquel Briseño, de la UNAM, advirtió que los guantes y cubrebocas representarían un problema adicional a la contaminación.


“Los residuos del material que se utiliza para protegernos de la Covid-19 deben ser tomados en cuenta como un elemento adicional a la contaminación de los océanos”, alertó en esa ocasión.

