Carmela Demorada

Hace ya tiempo (más de seis años) que la chef tabasqueña Gaby Ruiz le había echado ojo a la Colonia Roma. Carmela –el personaje ficticio que cobra vida en todos los proyectos de la chef–, se tomó su tiempo en llegar a este concurrido y codiciado barrio de la Ciudad de México. Pero, como reza el dicho: no hay plazo que no se cumpla y he ahí, demorada, pero arribó.

Como de costumbre, la cocinera hilvana en su menú una historia personal. Esta vez, los antojos de embarazo dictaron el destino creativo del espacio que conquista igual por su interiorismo, pleno de detalles que merecen apreciarse, que por su propuesta gastronómica.

“Carmela DeMorada está dedicado a Martina, mi hija, que acaba de nacer y que, gracias a los antojos férreos del embarazo, fue que surgió este menú. De chile, limón y lágrimas de alegría”, escribe Ruiz en la carta.

La propuesta conjuga combinaciones audaces y creaciones de aguda sapidez, como el ceviche de pescado al que la acidez del maracuyá regala singular brillo; la felicidad aterriza sobre la mesa en forma de pequeños tlacoyos de maíz azul que visten un guacamole con pistache; el jocoque arropa un risotto que resalta la sutil dulzura de un pollo con miel de mole.

Para abrir apetito conviene explorar su coctelería con destilados mexicanos, autoría del afamado mixólogo Mica Rosseau, o decantarse por una de las aguas frescas del día con el destello de las frutas de temporada.

Entre maderas, henequén de Yucatán, fibras de Morelia, piedra volcánica… la diseñadora de interiores Estefanía Araiza logra que este sitio sea también un deleite visual, un refinado homenaje a México y sus artesanos. Y Martina parece habitar esa cocina espaciosa y pulcra vestida de mosaicos rosas.

San Luis Potosí 134, Roma Norte
Lu a Sá de 13:00 a 23:00; Do de 13:00 a 19:00 horas
Cheque promedio $750
@carmelademorada

Somma Wine Bar

En medio de uno de los cuadrantes más gastronómicos de la Cuauhtémoc, aterrizó hace poco más de un mes este diminuto pero carismático wine bar. Entre racks con botellas y viniles, se abre espacio la tornamesa (los miércoles hay DJ), apenas unas seis o siete mesas y una barra que invita a contemplar, copa en mano, el trajín callejero.

La curaduría de vinos es obra de Pablo Mata, quien alguna vez fuera sommelier de Pujol y cuya trayectoria se respalda en una nutrida lista de certificaciones. Pero en este espacio, el experto despoja al vino de protocolos excesivos e innecesarios, lo aligera para que cualquiera pueda acercarse y disfrutarlo, por copa o botella, sin ser un gran conocedor.

La selección es bastante democrática, lo mismo hay opciones comerciales y bien conocidas por su buena relación precio-calidad que algunas joyitas descubiertas por el sommelier durante sus andanzas por restaurantes, bodegas, importadoras… casi 100 vinos en total. Priman en el listado franceses, españoles, italianos, mexicanos y estadounidenses, pero hay también etiquetas de Alemania, Argentina y una que otra de Austria, Australia, Georgia, Hungría y Chile. La cambiante oferta por copeo abarca blancos, rosados, tintos y espumosos.

Uno de los grandes aciertos de este novel wine bar es la ventanita del vino. Basta tocar la campana y responder a la pregunta “¿tinto o blanco?” para recibir una copa con la selección del día por tan solo 80 pesos. A veces se agradece esa parada rápida con la correcta y necesaria dosis de vino para volver a la realidad.

La carta para picar ofrece poco más de una docena de opciones sencillas, pero que casan bien con la gama para beber: papas trufadas, croquetas de prosciutto, plato de quesos, grilled cheese sandwich…

Río Lerma 159, Cuauhtémoc

Lu y Ma de 14:00 a 23:00 horas; Mi a Sá de 14:00 a 00:00 horas

Vino por copa de $80 a $270; por botella de $500 a $1,900

@somma.winebar

Koyi Sushi

Justo antes de cerrar 2023, apareció en una pequeña esquina de la Roma este japonés con un interiorismo sencillo, pero cálido, remarcado por las vetas de su mobiliario en madera y su loza exquisitamente seleccionada. Como en todo nipón que se precie de darle al producto el lugar que merece y dominar las técnicas detrás del corte de un pescado fresco o del perfecto bocadito de arroz aglutinado, la barra llama. No hay como ocupar un lugar en primera fila para ver el yanagiba deslizarse delicadamente sobre los ingredientes.

El chef David Portillo es un enamorado de la cultura y gastronomía japonesas, que acumula ya una década de experiencia en los saberes del sashimi y los nigiris gracias a su paso por restaurantes como Tori Tori, Rokai, Makoto y a las enseñanzas de maestros como Aoki, Yusuke Nishimura y Chiaki. Esta vez, su propuesta toma distancia de los purismos, para coquetear con guiños asiáticos y una que otra reminiscencia mediterránea.

La oferta es concisa, pero lúdica. Aunque los hay, se antoja alejarse de los clásicos y explorar creaciones como el sashimi bowl con kampachi y mantequilla de wasabi; el harumaki con otoro, shiso y takuan en hoja de arroz; las manitas de cangrejo tempura o los coke noodles sazonados con refresco de cola, gochuyang, jengibre, manzana verde, ajo hierbabuena, chile thai y ajonjolí.

Habría que destacar, también, que aquí el arroz no es cosa menor. Una de las obsesiones de Diego Patrón, socio del lugar, era encontrar el grano perfecto; corto, firme y aromático, su hallazgo brilla coronado con short rib, hongos salteados en unagui y yema de huevo curada en soya.

Para beber hay sake, coctelería con sello asiático, vinos naturales y una selección de té.

Cozumel 94, Roma, (55) 9244-1884

Ma a Sá de 13:30 a 22:30; Do de 13:30 A 18:00 horas

Cheque promedio: $750

@koyi.sushi

Isola

Se recorren las calles de Polanco y la fachada de este nuevo sitio roba cámara. En una casona señorial, con su arquitectura heredada de los tiempos de esplendor y un interiorismo con detalles de vanguardia, Isola aterriza desde Miami en la CDMX. El recién inaugurado restaurante lleva la firma de Jose Mendin, chef de renombre internacional –cinco veces semifinalista en los James Beard Awards–. quien apuesta por una cocina sin atajos y con ingredientes de primera.

Su propuesta culinaria, de aires italianos, pone los reflectores especialmente en la pasta fresca y está salpicada con las vivencias que el cocinero atesora al lado de su nonna. Entre los platos icónicos del lugar figuran los Isola arancini con queso taleggio, arroz arborio, mozzarella, pecorino, parmesano y ricotta; el tagliatelle alla bolognese con carne Wagyu estofada y pecorino añejo, y el tagliatelle taleggio fredo al que le va de maravilla un toque adicional de trufa.

El restaurante, perteneciente al grupo Sasori (el mismo detrás de Pubbelly Sushi), ofrece dos ambientes. Un salón, donde los comensales se sentirán envueltos por un lujo atemporal; entre manteles largos, rosetones, candiles y tapices la imaginación vuela hacia tierras florentinas o milanesas. Para escapar del bullicio citadino nada mejor que ocupar una de las mesas en el patio, rodeado de vegetación y abrir apetito con unas de las atractivas opciones enlistadas en su carta de cocteles.

Emilio Castelar 149, Polanco, (55) 1543-3875

Lu a Ju de 13:00 a 23:00 horas; Vi y Sá de 13:00 a 0:00 y Do de 13:00 a 22:00 horas

Cheque promedio: $900

@isolapolanco

Información: Nayeli Estrada
Fotos: Iván Serna, Karla Ayala y cortesía Isola
Edición y Diseño: Rodolfo G. Zubieta
Síguenos en @reformabmesa

DERECHOS RESERVADOS 2024