La finca, ubicada sobre la Calle de San Felipe 630, fue construida entre 1850 y 1910, justo antes del inicio de la Revolución Mexicana. El inmueble era propiedad de Segundo Díaz, primo de Porfirio Díaz, quien luego la cedió a Migue Díaz, su hermano. 

Se le conoce como Palacio de las Vacas porque Miguel Díaz le dio varias vocaciones a la casa: fue una lechería que incluso albergó a vacas entre la imponente arquitectura. Los vecinos terminaron por rebautizar el inmueble como Palacio de las Vacas.

A lo largo de su historia, el peculiar recinto ha cambiado varias veces de propietario, se ha sumido en el abandono y ha sido desde la Primera Escuela para Mujeres en Jalisco, hasta carpintería, teatro y hay quien dice que hasta burdel.

Este palacio es conocido por su peculiar arquitectura, con influencias árabes y venecianas, por sus decorados, que incluyen 80 murales, algunos del reconocido muralista Xavier Guerrero Galván, que tiene evocaciones a escenas bíblicas y paisajes urbanos y rurales. La finca tiene una distribución que evoca a la arquitectura morisca y dos patios decorados con arcos también muy al estilo árabe español.

La casa tiene más de 20 habitaciones, 10 baños, cuatro jardines y una capilla. Tras años de abandono, en 1998, el palacio fue adquirido por el estadounidense John Davis, quien le dio nueva vida al recinto y rehabilitó su estructura. Tras la muerte de éste, en 2018, inició una nueva administración que le da distintos usos: hacen recorridos guiados, escenificaciones de temporada, sesiones fotográficas, eventos privados y ahora es sede de una experiencia dedicada a la saga de Harry Potter.

Información: Rebeca Pérez Vega. Fotos: Tomadas del Facebook de Palacio de las Vacas.