
Especialistas en economía y políticas públicas responden a las dudas y temores sobre los posibles riesgos para el País, a partir de las previsiones oficiales para el próximo año.
Gerardo Esquivel, ex subgobernador del Banco de México, descarta un problema de sostenibilidad de las finanzas públicas en el mediano plazo, mientras que Alejandro Werner, ex subsecretario de Hacienda; Jorge A. Chávez Presa, ex director de Infonavit, y Jorge Suárez Vélez, analista económico y político, advierten amenazas por el aumento en el déficit y la deuda pública para 2024.
Consideran que estos incrementos son innecesarios y dejan vulnerable al País ante cualquier perturbación interna o externa.
El próximo año el déficit público será de 5.4% del PIB, y la deuda pública alcanzará el 49% del ingreso nacional. ¿Esto es un peligro para México?

GERARDO ESQUIVEL
ALEJANDRO WEBER


JORGE A. CHÁVEZ PRESA
El próximo año el déficit público será de 5.4% del PIB, y la deuda pública alcanzará el 49% del ingreso nacional. ¿Esto es un peligro para México?
- Gerardo Esquivel
Según el Paquete Económico 2024, se estima que el déficit presupuestario crecerá de 3.3% del PIB en 2023 a 4.9% en 2024. Este comportamiento fiscal es indudablemente más laxo de lo observado en años previos, ya que entre 2019 y 2022 el déficit promedio había sido únicamente de 2.6% del PIB. El aumento previsto en el déficit resulta de una expectativa de menores ingresos (-0.4% del PIB) y de mayores egresos (+1.2% del PIB). Así, el mayor déficit previsto producirá un ligero aumento de la deuda pública en México, la cual llegará a ser 48.8% del PIB en 2024. Como se puede ver, incluso después del aumento del déficit propuesto para 2024, la deuda pública aún se mantendría en niveles razonables, ya que seguiría siendo de las más bajas dentro de América Latina y el aumento de los últimos años habría sido relativamente bajo (era 43.6% al cierre de 2018). Por ello, no considero que el déficit propuesto genere un problema de sostenibilidad de las finanzas públicas en el mediano plazo.
- Alejandro Werner
El aumento del déficit y del gasto es un error, sin embargo, no ubica a las finanzas públicas al borde del caos. Estos incrementos son innecesarios, pues la economía crece a tasas saludables y nos encontramos en pleno empleo. Este error no nos pone cerca de una crisis porque la deuda pública nacional no es elevada al compararla con la de otros mercados emergentes como Brasil, Colombia e Indonesia.
Asimismo, el financiamiento del aumento del déficit público podrá manejarse adecuadamente. Las Afores recibirán aportaciones mayores a las de este año como resultado de la reforma pensionaria realizada en 2020 y una fracción importante de estas se invertirán en títulos públicos.
Asimismo, el fisco cuenta con espacio para aumentar la deuda externa, tanto con inversionistas privados como con organismos multilaterales de crédito. Finalmente, las principales agencias calificadoras mantienen el grado de inversión para nuestra deuda soberana y el riesgo país es moderado y no ha aumentado.
- Jorge A. Chávez Presa
La fuerte expansión fiscal para 2024 debilita a la estabilidad macroeconómica, en un contexto donde Banxico ha decidido bajar la inflación. Esto tan sólo ya es un riesgo más, independientemente de quedar vulnerables ante cualquier perturbación interna o externa. El déficit del 5.4 por ciento y el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros de 48.8 por ciento del PIB para el Sector Público Federal en su conjunto1, suponen que la economía mexicana crezca 3 por ciento anual y las tasas de interés disminuyan.
El gobierno federal, comparado con otros países de la OCDE, recibió en Ley de Ingresos una aprobación de un endeudamiento por un billón 906 mil millones de pesos equivalente al 5.7 por ciento del PIB, el cual va en su mayoría a cubrir nuevo gasto recurrente sin respaldo de ingresos recurrentes, contrario a lo que manda la Constitución.
Esto será una herencia a la próxima administración federal. ¿Debe pensarse en una reforma fiscal profunda como alternativa? ¿Cómo hacerla?
- Gerardo Esquivel
Las reformas fiscales profundas siempre son bienvenidas desde una perspectiva económica-financiera, aunque son complicadas de implementar políticamente. En México llevamos décadas tratando de implementar una auténtica reforma fiscal. Inclusive algunas propuestas de reforma de alcance limitado se han enfrentado a enormes resistencias. Considero, sin embargo, que sería deseable buscar fuentes alternativas de ingresos para el mediano y largo plazo. Una opción interesante podría ser tratar de mejorar la recaudación del impuesto a la propiedad. Un buen rediseño del impuesto predial podría ayudar a fortalecer los ingresos de los tres niveles de gobierno. Otros posibles cambios podrían incluir una simplificación en la cobranza del ISR (menos declaraciones mensuales para un grupo importante de contribuyentes), una reducción en el número de tramos del impuesto, así como un aumento en las tasas marginales más elevadas. Esto podría dar lugar a una reforma fiscal verdaderamente progresiva.
- Alejandro Werner
El nuevo gobierno heredará el gasto primario más elevado de la historia, el cual presentará un crecimiento importante en el renglón de las pensiones.
El gasto y los resultados en salud, educación, atención a desastres naturales y seguridad pública se han deteriorado, por lo que será necesario invertir en estos rubros. Por ejemplo, el gasto público en salud en México se ubica alrededor de 3.2 por ciento del PIB, mientras que el promedio para América Latina es de 4 por ciento y el de los países de la OCDE de 8 por ciento.
El próximo gobierno tendrá el enorme reto de corregir el rumbo de las finanzas públicas para lo cual será necesaria una reforma fiscal importante. Esta reforma deberá enfocarse en un rediseño al impuesto predial que tiene un pésimo desempeño en nuestro país, la profundización del impuesto al carbón y la transformación de la tasa cero de IVA a exenta.
Asimismo, debemos hacer cambios importantes en el presupuesto para mejorar la eficiencia del gasto social. - Jorge A. Chávez Presa
Para mantener la relación deuda a PIB en 50 por ciento la próxima administración requerirá de un fuerte ajuste fiscal. El nuevo Estado de Bienestar (apoyos a adultos mayores, más otras becas), más subsidios a Tren Maya, AIFA, Dos Bocas, las pensiones, y mayor costo financiero, han impulsado una dinámica de gasto que sólo es sostenible con el respaldo de un aumento de ingresos recurrentes. Esto demanda una profunda reforma a la hacienda pública que abarque a los tres órdenes de gobierno. Para nuestra fortuna nuestra Constitución da el lineamiento para ello: “Son obligación de los mexicanos: … IV. Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como de los Estados, de la Ciudad de México y el Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes”. Esto significa que todos estemos en la formalidad. Requerirá de política de verdad para que todos los mexicanos a cambio de sus contribuciones reciban servicios públicos de calidad, empezando por el de seguridad.
El costo financiero de la deuda pesará ante los urgentes gastos en rubros sociales. El gasto social en pensiones y el costo de las megaobras, por ejemplo, también condicionan al presupuesto. ¿Está México condenado a un gasto restrictivo en los próximos años?
- Gerardo Esquivel
La situación fiscal en México enfrentará en el futuro cercano retos asociados a factores demográficos y epidemiológicos. El envejecimiento de la población presionará al alza el gasto en pensiones y en atención a la salud. En ausencia de una mejoría de los ingresos públicos, esto sin duda presionará a las finanzas públicas del país. Por el lado del gasto, el margen es ya prácticamente inexistente. La administración actual redujo el gasto corriente en forma importante y el espacio fiscal es estrecho. Un aumento importante en los ingresos tributarios ayudaría no sólo a reducir las presiones actuales sobre las finanzas públicas, sino que también podría permitir un cierto aumento futuro en el gasto público. Estos recursos podrían destinarse a mejorar la provisión de servicios públicos en temas como salud y educación, además de que también podría ayudar a financiar otros aspectos de un potencial Estado de Bienestar, como un seguro de desempleo y/o un Sistema Nacional de Cuidados.
- Alejandro Werner
México no está condenado a tener un gasto restrictivo en los próximos años. Sin embargo, para mantener la salud de las finanzas públicas y un buen acceso al financiamiento internacional para los sectores público y privado, el gobierno deberá hacer una reforma fiscal.
El gasto público en México no es elevado al compararlo con democracias con ingresos per cápita parecidos a los nuestros, por lo que resulta recomendable enfocarse principalmente en nuestra estructura tributaria. En el rubro de infraestructura, el próximo gobierno deberá enfocarse en proyectos que no puedan ser realizados por el sector privado y que tengan una rentabilidad social elevada.
Asimismo, las reformas al gasto público deberán mejorar su eficiencia y buscar las reasignaciones presupuestarias que hagan sentido para financiar las presiones de gasto en salud y pensiones producto del envejecimiento de la población. El atender el deterioro financiero de petróleos mexicanos será fundamental para evitar un problema financiero significativo para el país.
- Jorge A. Chávez Presa
El costo financiero ya viene pasando la factura desde 2022, porque desde 2019 esta administración ha recurrido con singular alegría al endeudamiento público, y las tasas de interés desde fines de 2021 empezaron a subir fuertemente por la política monetaria restrictiva que ha seguido Banco de México para reducir la inflación. En 2019 el costo financiero como porcentaje del PIB fue de aproximadamente 2 por ciento del PIB, en 2024 rebasará el 3 por ciento.
Si bien hubo endeudamiento más respetuoso que impulsó más la inversión física, el pago de intereses ha venido restando espacio al gasto destinado a cubrir el costo de los servicios públicos. De hecho la prestación de los servicios públicos se ha visto “ahorcada” por mantener la disciplina financiera y darle espacio a la expansión de los programas sociales y hasta 2022 sufragar el costo a los subsidios de las gasolinas. Ahora hay un “gasolinazo” tácito, pues los precios de los combustibles son menores en Estados Unidos.
¿Debe incrementarse la inversión privada como alternativa? ¿En qué rubros?
- Gerardo Esquivel
Lo que debe incrementarse es la inversión en su conjunto, tanto pública como privada y, dentro de esta, tanto la doméstica como la foránea. La inversión es el motor del crecimiento de cualquier economía. La inversión privada podría aumentar si se incrementara el financiamiento y si se mejorara el entorno de negocios. Lo primero implicaría que el sistema financiero en su conjunto pusiera a disposición del sector productivo mayores montos y en mejores condiciones de lo que hace actualmente. El tema del financiamiento es especialmente importante para el crecimiento y desarrollo de empresas micro, pequeñas y medianas. Esto, por supuesto, también implica un rol más activo para la banca de desarrollo del país. Por otro lado, el ambiente de negocios podría mejorar con reglas más claras, sin cambios discrecionales, con mejoras en la seguridad pública y con un mayor combate a la corrupción. Todo ello permitiría que las inversiones privadas pudieran realizarse en un entorno más favorable.
- Alejandro Werner
Para aprovechar las oportunidades que el contexto internacional está generando respecto a la atracción de empresas a nuestro país, la inversión privada debe incrementarse en varias áreas. Para lograrlo será importante generar un entorno regulatorio e impositivo estable y previsible.
Un sector que presenta un rezago importante en términos de inversión es la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica. Los aeropuertos, puertos y carreteras deberían también registrar un importante crecimiento en los próximos años.
La exploración y producción de petróleo y gas es otra área que necesita mayor inversión. Nuestro país también tiene el potencial de avanzar más rápidamente en la introducción de nuevas tecnologías por lo que este sector presentará un comportamiento muy dinámico en la próxima década.
Finamente, en una economía emergente de ingreso medio la mayor demanda de servicios de salud producto del envejecimiento de la población también representa un área que requerirá una inversión importante en el futuro.
- Jorge A. Chávez Presa
La inversión de los particulares debe incrementarse y ser complementaria a la que hace el Estado a través de sus tres órdenes de gobierno. Requiere de un ambiente propicio de seguridad y seguridad jurídica. Esto impulsaría un crecimiento económico sostenido vigoroso, mientras que los tres gobiernos con buenos servicios públicos y la cobertura adecuada en educación en todos los niveles, salud e infraestructura en agua pueden concentrarse primero en erradicar la pobreza extrema, y generar condiciones para reducir desigualdad con medidas dirigidas a población que padece de una de las carencias fijadas en la Ley de Desarrollo Social.
CFE requiere dedicarse a su responsabilidad exclusiva de generar electricidad nuclear, hidráulica y geotermia y asegurar la transmisión y distribución de electricidad. Pemex requiere sanear su operación para evitar pérdidas y mejorar la capacidad existente de la refinación. Los particulares tienen ventajas para desempeñarse en áreas de mayor riesgo como aguas profundas, y el Estado asegurarse de que pagarán los impuestos y regalías correspondientes.