Una sólida herencia

Lanzada desde el garaje de Bezos, Amazon tiene hoy un valor de más de 1.7 billones de dólares en bolsa y sus ingresos fueron de 386 mil millones en 2020. Es un grupo tentacular, que va del comercio en línea a la informática en la nube, pasando por la inteligencia artificial y la producción de películas.

“Bezos es un líder que promueve el cambio”, afirma Darrell West, del centro de innovación tecnológica de Brookings Institution. “Ha impulsado numerosos servicios que la gente tiene ya incorporados, como hacer compras en línea, pedir cualquier cosa y que se la entreguen al día siguiente”, destaca.

Bezos conservará un rol clave en la empresa que fundó hace 27 años y se mantendrá como presidente ejecutivo de su consejo de administración.

Deja la gestión diaria de su empresa para pasar más tiempo dedicado a sus otros proyectos, como la sociedad Blue Origin —que hará su primer vuelo de turismo espacial el 20 de julio con Bezos a bordo. También es dueño del diario Washington Post y ha dicho que quiere dedicar tiempo y dinero a la lucha contra el cambio climático.

Si bien ha sido celebrado por las múltiples innovaciones que cambiaron completamente sectores económicos enteros, también ha sido vilipendiado por ciertas prácticas comerciales con tendencia a deshacerse de la competencia o por el tratamiento de los asalariados.

El instinto Bezos

“(Bezos) tiene el instinto para dar con aquello que va a funcionar”, estima Roger Kay, analista de Endpoint Technologies Associates.

La empresa ha superado a sus rivales al decidir durante los primeros años reinvertir todas las ganancias en su crecimiento, recuerda Kay. Una estrategia que puede haber dejado perplejos a los inversionistas pero que ahora parece completamente lógica, destaca.

Para Bob O’Donnell, de Technalysis Research, Bezos no fue el primero o el único en la ola del comercio en línea, pero lo comprendió y ha trabajado para mejorarlo.

El jefe de Amazon principalmente ha comprendido la necesidad de construir las infraestructuras, con su vasta red de camiones, depósitos o aviones, destaca O’Donnell.

“Muchas otras empresas no se dedicaron a invertir dinero en ese trabajo ingrato tras bastidores”.

También hizo suya la suerte de su empresa: incluso tras haber cedido a su exesposa una parte de sus acciones en Amazon tras su divorcio, Bezos tiene actualmente unos 200 mil millones de dólares, según Forbes.

¿Víctima de su éxito?

Bezos se va en un momento en que Amazon, que emplea a más de 800 mil personas en Estados Unidos tras haber visto a su actividad despegar aún más durante la pandemia, enfrenta numerosas críticas de parte de los defensores de los trabajadores y los reguladores.

Amazon destaca que ofrece un salario mínimo de 15 dólares la hora y otras ventajas, pero los críticos denuncian regularmente la obsesión con la eficacia aún a riesgo de tratar a los trabajadores como máquinas.

En su última carta anual a los accionistas en abril, y tras conocerse un intento de sindicalización en un depósito del grupo en Alabama, Bezos reconoció que la empresa debía mejorar para sus empleados y prometió que Amazon se convertiría en “el mejor empleador de la Tierra”.

Pero inquietos por la influencia creciente de los gigantes de la tecnología en sectores enormes de la economía, los reguladores estudian medidas que podrían llevar a desmantelar parcialmente Amazon.

Amazon podría entonces convertirse en “víctima de su propio éxito”, dice Roger Kay. Pero aún si el grupo debe dividirse en varias entidades, cada una de ellas prosperaría en su propio mercado, predice.

“Puedo imaginar fácilmente un escenario en el que la suma de esas entidades se muestre superior al conjunto unificado. Los accionistas no deben sufrir”.

Jassy, un pionero de Amazon

El nuevo CEO de Amazon ha sido un lugarteniente de confianza de Bezos desde los primeros días del coloso de la web, pero está asumiendo el control de una empresa que enfrenta un nuevo escrutinio por su creciente influencia en múltiples mercados.

Andy Jassy tenía solo 29 años cuando se unió a Amazon en 1997, tres años después de que Bezos comenzara un entonces negocio modesto en su garaje de Seattle.

Con una graduación MBA en la mano, Jassy dejó la prestigiosa Harvard Business School el primer viernes de mayo de 1997 y comenzó en Amazon el lunes siguiente.

La llegada de Jassy se produjo justo antes de que Amazon emitiera una Oferta Pública Inicial (OPI) de acciones a 18 dólares y enumerara a la empresa como una simple “librería en línea”. Hoy sus acciones se cotizan por alrededor de 3 mil 500 dólares.

Jassy ha jugado un papel clave en la ambiciosa diversificación de la empresa. En particular, ayudó a fundar Amazon Web Services (AWS) en 2003 y lo ha manejado desde entonces.

Los servicios de computación en la nube proporcionados por AWS no son particularmente conocidos por el público en general, pero se han convertido en una de las divisiones más rentables de Amazon, dominando el mercado mundial por delante de otros gigantes como Microsoft y Google.

Desafíos y recompensas

“Creemos que esta sucesión fue bien planificada y anticipamos una transición sin problemas”, dijo Standard & Poor Global Ratings (S&P) en una nota de analistas. “Jassy tiene una sólida trayectoria”, destacó.

Jassy, un amante de la música y las películas y copropietario de un equipo de hockey profesional, ha sido descrito como más accesible que Bezos, sin dejar de estar profundamente inmerso en los detalles que rodean la división de la nube.

Como nuevo jefe, recibirá una generosa bienvenida: un paquete de pago de 10 años que incluye 61 mil acciones de Amazon por valor de más de 200 millones de dólares, según la cotización del cierre del viernes.

La pregunta ahora es si el enorme grupo continuará en su curso actual o cambiará hacia nuevas direcciones. Es demasiado pronto para saberlo, pero en el podcast Disruptive Voice, Jassy rindió homenaje a su mentor Bezos como un pensador profundo con una rara combinación de habilidades técnicas y empatía por los consumidores.

Al igual que Bezos, enfrentará desafíos abrumadores en medio de crecientes cuestionamientos a Amazon sobre el dominio y la distorsión del mercado, ya que el grupo no solo vende sus propios productos, sino que establece las reglas sobre cómo otras empresas venden los suyos en su plataforma.