Es el segundo delito con el nombre más largo y tiene un castigo de hasta 2 años de cárcel. Con él se penaliza, entre otras conductas, fabricar, reproducir o publicar escritos o imágenes obscenas, así como invitar o promover la “explotación carnal” del cuerpo. El castigo se agrava si quien lo comete se vale de alguna relación de parentesco o autoridad sobre la víctima.
Y así está redactado uno de sus artículos:
“Quien obtenga de persona mayor de edad, material con contenido erótico sexual y sin su consentimiento lo divulgue original o alterado, se le impondrá una pena de dos a cinco años de prisión”.