Belleza guatemalteca
La bella ciudad de Antigua, Guatemala, destaca por su colorido, su historia y el entorno natural que la abraza. Además de su riqueza cultural y nutrida oferta en cuanto a hospedaje y gastronomía, también destaca por su bagaje cultural y religiosos. Hasta ese destino llegan quienes desean testificar –alguna vez en la vida– el fervor con el que se realizan las fiestas en torno a la Semana Santa.
Es tal la importancia de estos festejos en toda Guatemala, que la Semana Santa ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. En la celebración confluyen raíces cristianas, costumbres ancestrales y manifestaciones de fe, lo que permite observar la fusión de la cultura y el misticismo. No falta el olor a incienso y corozo, los colores vivos de las alfombras, la música y la vestimenta. Todo propicia que también sea considerada de interés turístico tanto para nacionales como para extranjeros.
En Antigua, por ejemplo, las calles son cuidadosamente adornadas por cofradías que, con pétalos de flores y trozos de fruta, elaboran kilómetros de “alfombras” que tapizan la ciudad. Posteriormente, diversas procesiones marchan rumbo a la vieja Catedral de San José cargando figuras de Jesús y la Virgen.
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Con toque sevillano
La celebración de Semana Santa en Sevilla, una de las tradiciones más antiguas y reconocidas de Andalucía, es organizada por corporaciones secretas llamadas Cofradías Penitenciales.
De las alrededor de 70 sociedades que desfilan por las avenidas de Campana, Sierpes y Constitución, la Hermandad del Silencio, fundada en la cuaresma de 1340, es la más famosa. Su indumentaria se reconoce por la túnica negra que cubre el cuerpo de sus miembros, así como un capirote de más de un metro de altura que sólo debe revelar la mirada grave de su portador.
Las procesiones suelen comenzar en la capilla de cada hermandad, y de ahí se dirigen hacia Santa María de la Sede, catedral sevillana. Los penitentes (o nazarenos) van avanzando bajo la vigilancia de los “diputados de tramo”, cuya misión es mantener el orden de la procesión. Cada cofradía lleva a cuestas esculturas de Jesús y de María elaboradas en madera, conocidas como “tramos”, que se decoran con flores de azafrán.
La Semana Santa de Sevilla se celebra desde el siglo 16 y su fama es universal. Alrededor de 50 mil personas se visten de nazarenos para desfilar en las procesiones que se organizan.
Resulta muy conmovedor escuchar las saetas: las canciones flamencas que la gente canta a capella desde los balcones en honor a las imágenes.
La madrugada del Viernes Santo es el momento más importante de la Semana Santa de Sevilla. Esa noche salen algunas de las imágenes más veneradas como el Jesús del Gran Poder, la Macarena, la Esperanza de Triana o el Cristo de los Gitanos.
En todo momento se hacen presentes el colorido, el arte y, sobre todo, la devoción.
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Tradición potosina
La conmemoración de Semana Santa se considera la celebración litúrgica más importante de la localidad, y hay razones de sobra para ello. Agrupados en 28 cofradías, más de dos mil fieles suelen reunirse al toque de un clarín en la Plaza del Carmen para iniciar una marcha solemne y silenciosa, únicamente iluminada por los cirios que portan.
Inspirada en las procesiones que se realizan en Sevilla, España, esta marcha es encabezada por la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, la cual es cargada por más de 40 personas. Los toques de tambor, aunque monótonos, sirven para inyectarle dramatismo a una de las postales potosinas más recordadas.
La procesión culmina cuando entra al Templo del Carmen la Cofradía de La Soledad, cerca de la media noche, poniendo fin a un evento de casi cuatro horas de duración.
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Taxco: Todo un legado
Famosa a nivel mundial por las impactantes imágenes que la caracterizan, las procesiones que se realizan en esta ciudad guerrerense datan del siglo 16 y son de las más populares en el País.
Aunque desde el lunes previo al Viacrucis se realizan, las procesiones del Martes Santo son las que más revuelo causan. En ellas es posible ver encapuchados encadenados que cargan hatos de espinos, flagelantes que se azotan con “disciplinas”, una especie de fuetes hechos con crines de caballo y clavos, y las ánimas, que portan cirios que se derriten en sus manos.
A los encruzados se les identifica por el rollo de ramas (de 2.5 metros de largo y 50 kilos en peso) espinosas que cargan sobre los hombros y atan a sus brazos, lo que hace sangrar su cuello y espalda. Los flagelantes, por su parte, cargan una cruz de madera, de 3 metros de alto y 6 kilos de peso, y llevan en una mano el instrumento flagelante con el que se laceran la espalda.
Los días grandes también tienen actividades y representaciones importantes, como las escenas del lavatorio de pies o el juicio y crucifixión de Cristo.
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www.sectur.gob.mx/gobmx/pueblos-magicos/taxco-guerrero/
www.taxcolandia.com/festividades/semana_santa/penitencias.php#gsc.tab=0