La celebración del Día del Orgullo Gay, uno de los diferentes nombres por los que se le conoce, surgió a manera de conmemoración de los disturbios ocurridos el 28 de junio de 1969 en Greenwich Village, Nueva York, los cuales marcaron el inicio del movimiento de liberación homosexual.
Tal acontecimiento consistió en una serie de manifestaciones contra una redada policial que hubo en el bar Stonewall Inn, siendo esta la primera ocasión en la historia de Estados Unidos en que la comunidad LGBT+ luchaba contra un sistema que perseguía a los homosexuales con aprobación del gobierno.
A raíz de esto, cada año, durante el mes de junio, los colectivos LGBT+ realizan una serie de eventos públicos para pedir tolerancia e igualdad para su comunidad, pues ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, sin importar su orientación o identidad sexual.
A propósito de esta fecha, los tapatíos Víctor Martínez, Palmira Martínez Gallardo y Luis Lozano aceptaron compartir sus experiencias de vida y, además de emitir un mensaje solidario para los demás miembros de la comunidad LGBT+, invitan a la sociedad a ser mejor a través del amor y el respeto para todos.

Luis Lozano

Tiene 36 años de edad y, desde hace seis, está felizmente casado con Juan Pablo Partida; sin embargo, su vida no siempre fue como lo es ahora, pues hace poco más de una década no fue algo fácil revelar su orientación a su familia y a la sociedad.
“Lo he sabido (que era gay) probablemente desde siempre, aunque aceptado, que es muy distinto, desde hace 14 años”, explica Luis.
“Muchas personas creen que esto es una moda o que nos hacemos, pues déjame decirles que así no es, yo me recuerdo con la misma atracción desde que tengo memoria, fueron años de no permitirme sentir, años de culpa, años de confusión, años tristes, hasta ese día que dije ‘no puedo más’ y comprendí que yo estoy primero que nadie”.
Su travesía comenzó cuando uno de sus hermanos encontró una nota de su entonces novio, y pensando que sería lo mejor para Luis, fue a decírselo a sus padres.
“Él sabía que no era fácil, teniendo unos padres como los nuestros, pero no le importó porque me conocía tanto que no quería verme sufrir como lo estaba haciendo”, platica.
“Yo sé que lo hizo por ayudarme a ser feliz y se lo agradezco todos los días, de no ser así, posiblemente otra historia estuviera contando o callando”.
Desde aquel momento y tras pasar una lucha por aceptarse, su vida cambió drásticamente para bien, y por ratos, para mal.
“Mi familia es legionaria y además somos 8 hijos, 17 nietos y 7 cuñados, y pues ya sabrán cómo fue al principio, para muchos fueron meses de conflicto, duelo y sentimientos encontrados, en cambio para mí y para otros fue completamente liberador, dejar de mentir fue fantástico… sentimientos de paz, tranquilidad y serenidad”, explica.
“Básicamente yo salí del clóset y mis padres entraron a él, una situación muy común en padres y familiares que no comprenden que esto sucede en todas y cada una de las familias, y que además no tiene nada de malo porque realmente nadie tiene la culpa de nada”.

De viva voz

Luis, hasta hoy, ¿qué ha sido lo más difícil?
No lo sé, lo que sí sé es que ha valido la pena, estoy al lado de una persona increíble, que me hace sacar lo mejor de mí, que impulsa cada sueño en mi mente, que me acompaña en las buenas y en las malas, y que además me ama tal cual como soy, y le doy gracias a Dios por darme ese tan increíble regalo.
Algunos amigos y familiares se fueron, pero los verdaderos se quedaron y con muchas más ganas, ellos también son mi motor de todos los días.

¿Con qué prejuicios tuviste que lidiar en tu vida?
El primero y posiblemente el único es la culpa, una palabra que por sí sola pesa, cala y deprime. Esa culpa que nos genera no llenar las expectativas de tus padres, esa culpa que la religión nos marca desde que nacemos, esa culpa que nos hace creer que estamos equivocados y que no tenemos derecho a amar, a sentir ni a vivir.
Es un proceso de creer en tus principios, con los cuales te educaron, y llevar una vida igual que cualquier otra persona, respetando y amando a tu prójimo, intentando hacer el bien en cada momento de tu vida, perdonando al que te ofende y sonriendo cada vez que sale el Sol.

Tiempo de reflexión

Amor propio
“Definitivamente es esencial lograr la aceptación de quienes somos y quienes realmente queremos ser. El saber que no estamos solos nos ayuda a pasar de la negación, por la ira, negociación, depresión, hasta lograr la aceptación, estando ahí todo es distinto”.

Urgencias a resolver
“Igualdad, en todos los sentidos, es la principal. Piensa en todas aquellas cosas que tú puedes hacer y yo no, esa será nuestra lucha”.

Enseñanza de la comunidad LGBT+
“Estar orgulloso de quienes somos, de levantar la voz y decir ‘ya basta’, de que no estamos solos en este camino y que siempre está alguien para darte la mano y decirte te amo”.

¿Por qué conmemorar este día?
“Para reafirmar el sentimiento de orgullo sobre las identidades, orientaciones sexuales y de género comúnmente marginadas y reprimidas, y para visibilizar su presencia en la sociedad y sus reclamos. En otras palabras es decirle a la sociedad ‘estamos aquí, no nos vamos a ir y somos parte de ti'”.

Consejo a otra persona LGBT+
“Primero les diría que identifiquen qué es lo quieren para ellos y que busquen su felicidad hasta alcanzarla, y también les diría que todo estará bien, que a pesar de que te cierren las puertas, alguien te dará la mano, y que es posible ser feliz y encontrar el amor de tu vida”.

Palmira Martínez Gallardo

Esta joven de 32 años conoció a Gaby, su ahora esposa, durante un viaje a la Ciudad de México; al poco tiempo de tratarse a distancia y verse ocasionalmente, decidieron ir por todo y comenzar una relación.
“Me regresé a Guadalajara, pero seguimos en contacto y después empezamos a visitarnos, ella venía o yo iba, hasta que platicamos de por qué no vivir juntas y ver qué pasaba”, comparte Palmira.
“Yo ya había vivido con una pareja para entonces, por lo que ya sabía qué era compartir el espacio, ideas y sueños con alguien. Al poco tiempo de vivir con ella dije ‘¡me caso!’, compré anillo y preparé todo para dárselo, hace ya seis años”.
La historia que hoy comparte Palmira está plena de amor y éxito, pero su vida no habría sido la misma si, por miedo al qué dirán, no hubiera aceptado abiertamente su orientación sexual.
“Honestamente, por como era mi familia, pensaba vivir con esto como un secreto, pero me cacharon besando a mi primera novia, así que ya no pude esconderlo y a partir de ahí acepté que era lesbiana ante mi familia y afronté lo que venía”, explica.
“Me tomó un tiempo llegar a lo abierta que soy actualmente, pero me ayudó hasta físicamente, porque entonces traía 10 kilos de más y a partir de que lo solté dejé ir mucha carga emocional y familiar”.

De viva voz

Palmira, hasta hoy, ¿qué ha sido lo más difícil?
Mi boda, ese día yo iba mentalizada a que mi papá no estaría ahí conmigo. Me estaban tomando las fotos previas a la ceremonia civil y… ¡llegó!, nos abrazamos muy fuerte y ambos lloramos.

¿Con qué prejuicios tuviste que lidiar en tu vida?
Cuando era soltera odiaba que los hombres fueran súper insistentes a pesar de que les decía que era gay, me decían que no podía ser gay porque era bonita, o que nunca había estado con un hombre de verdad, y más coraje me daba. También que mucha gente espera que por ser lesbiana seas muy varonil y tengas el cabello corto.

Tiempo de reflexión

Amor propio
“Simplemente es el primer paso, si no estás seguro, vas a ir por la vida sin reconocer lo que eres, el aceptarte te ayuda de formas que no te imaginas, como persona, como amigo, pareja, profesionista, y toda esa seguridad de quien eres te hará una persona auténtica, te hará más fuerte, y al final lo más padre es que serás un ejemplo para los demás”.

Urgencias a resolver
“Sé que es difícil, porque así como durante mucho tiempo se luchó por los derechos e igualdad de las personas de color, siento que ahora es la lucha por que nos vean normal a nosotros como gays, lesbianas, transexuales, etcétera, pero es importante que, seamos lo que seamos, nos abramos para que logremos que los demás nos vean ‘normal'”.

Enseñanza de la comunidad LGBT+
“Que no hay nada mejor que ser tú mismo y aceptarte como eres”.

¿Por qué conmemorar este día?
“Simplemente es parte de saber que hay de todo en este mundo y que nos debemos de respetar los unos con los otros. No es una revolución, es una lucha interna día a día para que nadie nos vea feo, nos insulte, nos rechace, o aún peor, que priven de la vida a alguien, y no para todos es fácil decirlo o ser quien es”.

Consejo a otra persona LGBT+
“Lo más importante es pensar en uno mismo, lo que a ti te haga feliz, lo que a ti te haga sentir plena o pleno. De verdad lo demás está de más. Duele que te rechacen, lo sé, me pasó, pero el tiempo lo cura todo. Tú eres feliz por la vida que eliges, si los demás te dan la espalda, créeme que los que más sufren son ellos porque se están perdiendo de tenerte en sus vidas y verte feliz”.

Víctor Martínez

Hace nueve años y medio inició una relación con Daniel García, con quien se casó legalmente en 2017 en Ciudad de México, pues no pudieron realizar el trámite en Guadalajara.
Víctor platica que de alguna forma siempre supo que le gustaban los hombres, sin embargo, los prejuicios en torno a la comunidad LGBT+ lo atemorizaban y le privaban de decirlo.
“Como muchos, viví con el miedo de salir del clóset, de quedarme solo, de que me corrieran de mi casa, así que tuve algunas novias”, comparte.
“A los 19 años salí del clóset con algunos amigos y familiares, y aprendí a vivir de nuevo, ahora en un tipo de secreto a voces, cuidándome de lo que la gente decía, que mis papás no se enteraran y así, pero poco a poco me fui armando de valor y al final a los 22 años lo dije a los cuatro vientos.
“La pregunta de cómo me fue es muy ambigua, no sufrí de maltrato por parte de familiares o amigos, pero sí vivía con comentarios tontos de mucha gente que agredía a mis amigos con frases como ‘no te juntes con ese joto que se te va a pegar'”.
Tras aceptarlo y compartirlo con sus allegados, Víctor pensó que se sentiría mejor consigo mismo de la noche a la mañana, pero no sabía que todavía le faltaba afrontar una crisis interna.
“Uno esperaría que dijeras que me liberé y viví pleno, pero no es así, es un proceso doloroso, complicado, en el que sientes que decepcionas a mucha gente, en el que te gustaría que las cosas no fueran así, pero con el tiempo aprendes a amarte y respetarte, y a que no te importe lo que los demás tengan que decir u opinar”, afirma.
“Yo, en mi caso particular, decidí que iba a contestar todas las preguntas que me hicieran, que iba a tratar de educar con el ejemplo. Decidí proteger mi vida y defenderla a capa y espada sin importarme nada ni nadie, suena egoísta, pero tuve que serlo porque en Guadalajara, en la sociedad en la que me desenvolvía, el mundo era manejado por el qué dirán y la religión”.

De viva voz

Víctor, hasta hoy, ¿qué ha sido lo más difícil?
Soy tremendamente afortunado, tengo una familia que me ama, grandes amigos, sobrinos, ahijados, papás que me quieren y respetan, a veces te vuelves intolerante a muchas cosas, como a preguntas de ¿quién es la mujer y el hombre en la relación?, ¿no te da miedo irte al infierno?, pero bueno, entiendo que todos tienen dudas, y nuestro trabajo es, hasta donde podamos y queramos, tratar de educar con amor y respeto.

¿Con qué prejuicios tuviste que lidiar en tu vida?
Estamos llenos de prejuicios, la gente cree que porque eres gay te gusta ponerte tacones o vestir de mujer, la gente cree que porque te gustan los hombres te gustan todos los hombres, la gente cree que si eres gay y están en un club deportivo o privado vas a ver a la gente desnuda, la gente cree que si adoptas a un hijo lo vas a volver gay, pero bueno, insisto, los prejuicios son de gente sin educación ni inteligencia.

Tiempo de reflexión

Amor propio
“Bueno, es un tema muy complejo, yo no puedo hablar por los demás, yo fui muy afortunado en general al salir del clóset, pero creo en definitiva que uno tiene que armarse de valor y aprender a amarse y respetarse para que los demás lo hagan.
“También creo que debemos de dejar a un lado el miedo al qué dirán, a pertenecer a una sociedad que no te acepta, ¿por qué quieres pertenecer a una sociedad que te hace menos?, ¿por qué quieres ir a la iglesia si hablan mal de ti?, yo creo que cuando aprendamos a valorarnos por quienes somos como seres humanos, sin sexo u orientación sexual, lo demás no importará”.

Urgencias a resolver
“Muchísimas, el matrimonio igualitario, condenar la discriminación en espacios públicos y privados, no fomentar el odio hacia la comunidad, tratar los crímenes hacia personas de nuestra comunidad como crímenes de odio, el derecho a una familia, etcétera”.

Enseñanza de la comunidad LGBT+
“No sé si la comunidad me ha dejado enseñanzas, he aprendido más de mi familia y amigos heterosexuales, ellos me han impulsado a amarme y respetarme, no es que la comunidad LGBT+ no haya hecho mucho por mí, pero creo que he aprendido mucho más de mis sobrinos, compadres, amigos, colaboradores y socios”.

¿Por qué conmemorar este día?
“A mí me encantaría que no existiera un Día del Orgullo Gay, me encantaría porque me gustaría que no tuviéramos nada por qué luchar, que viviéramos en una sociedad inclusiva, respetuosa y amorosa, pero no es así, este día y este mes existen porque nos falta mucho camino por recorrer, porque hay muchas cosas qué solucionar, porque tenemos que volver visibles los problemas por los que pasamos, este día es importante porque, mientras no nos vean y traten como iguales, no estaremos bien como sociedad”.

Consejo a otra persona LGBT+
“Me encantaría decirte que es fácil, pero no lo es, estamos muy acostumbrados a vivir en sociedades que nos hacen menos y nos ignoran o tratan mal, yo te digo que dentro de mis posibilidades trataré siempre de apoyar a mi comunidad.
“Estoy seguro que siempre hay alguien de confianza a quien pueden recurrir, pero si no, busquen ayuda, hoy hay muchos grupos en redes sociales que te escuchan, te ayudan y pueden defenderte, perdamos el miedo al rechazo, enfrentemos nuestra fobias, seamos fuertes de carácter, y las cosas se irán arreglando poco a poco, y lo más importante: nunca, nunca te quedes en donde no eres aceptado”.

Mensaje a la sociedad

"En mi opinión les diría que el respeto no es suficiente, el respeto genera tolerancia y la tolerancia nunca es aceptación. Solo aceptas cuando amas, y si amas logras trascender. Yo los convoco a buscar aceptarnos tal cual como somos, con nuestros defectos y virtudes, de esta forma tendríamos un México mucho mejor, un México más sincero y verdadero".
Luis Lozano
Interior Designer & Wedding Planner
"Si no te afecta no te metas... aún hay mucha gente que no está de acuerdo con que tengamos los mismos derechos, que busquemos tener una familia, incluso que tengamos oportunidades laborales. Nosotros como miembros de la comunicad LGBT+ tenemos que tener apertura a que la gente nos acepte o no, que la religión nos rechace a pesar de que creamos en ella, a que nos volteen a ver por ir de la mano de nuestra pareja, y a que nos digan que no somos 'normales', entonces si nosotros tenemos esa apertura, ¿por qué los demás no pueden para crear un mundo mejor y más empático los unos con los otros?"
Palmira Martínez Gallardo
Mercadóloga
"Yo creo que el mensaje más importante es 'trata a los demás como quieres que te traten a ti', dejen a un lado sus creencias retrógradas y abracen una mentalidad amorosa y de respeto, eduquen con el amor, enseñen a sus hijos a respetar y ser empáticos con los demás, amen mucho, amen sin control, y en el amor encontrarán siempre la respuesta a sus miedos".
Víctor Martínez
Promotor Cultural y Relacionista Público

Información: Jimena de la O. Fotos: Ángel Llamas. Locación: Casa Colomos, @casacolomosoficial.