CONSAGRADOS EN EL OLIMPO

Usain Bolt y Michael Phelps son nombres que evocan emocionantes competencias y récords mundiales. Y todavía más, pues son dos de las máximas figuras de Juegos Olímpicos de todos los tiempos por su desempeño en los escenarios donde fueron amos y señores.

El ex velocista y el ex nadador integran el selecto grupo de figuras históricas del olimpismo que brillaron además por la forma en que obtuvieron los resultados que hicieron vibrar a millones de espectadores en el orbe.

Phelps es el máximo ganador de oros y medallas en total en justas veraniegas, mientras que la rama femenil la ex gimnasta rusa Larissa Latynina ostenta ese honor.

Los Juegos de México 68 permitieron la consagración de algunos Dioses del Olimpo como el estadounidense Bob Beamon que se agenció el oro en el salto de longitud con récord mundial, plusmarca que fue batida hasta 1991, y la gimnasta checa Vera Caslavska, ganadora de cuatro oros y dos platas que, aunados a su carisma y belleza, le permitieron alcanzar el estatus de Reina de esos Juegos.

A continuación el Top Ten +1 de los deportistas históricos en Juegos Olímpicos para CANCHA, en el entendido de que otros pudieron ser considerados.

GOLDEN BOY

Michael Phelps es el deportista con más medallas de oro (23) y totales (28) en la historia de los Juegos Olímpicos. En una sola edición de Juegos, en Beijing 2008, subió ocho veces al podio de primer lugar.

El estadounidense confesó incluso antes del retiro, al terminar Río 2016, que sufría depresión porque la natación le había quitado incluso las ganas de vivir. Sin embargo, su estatus de multimedallista olímpico y mejor nadador de todos los tiempos en las piscinas olímpicas lo obtuvo a pesar de sus altibajos emocionales.

ARTÍSTICAMENTE RUSA

Aunque lejos de Phelps, la gimnasta rusa Larissa Latynina es la deportista con más metales amarillos de Juegos Olímpicos en la historia, con 9, a las que se suman 5 platas y 4 bronces cosechadas entre Melbourne 1956 y Tokio 1964.

De alguna manera demostró que una gimnasta podía ser multimedallista de oro en una sola edición de Olímpicos.

EL FINLANDÉS VOLADOR

Paavo Nurmi recibió ese apodo tras demostrar que un atleta escandinavo podía dominar diferentes pruebas del atletismo de pista y ruta al conquistar los oros en 1500 y 5 mil metros individuales, con récords olímpicos; 3 mil metros por equipos y el cross country individual y por equipos de París 1924 para convertirse en uno de los grandes atletas de toda la historia.

En total sumó 9 títulos y tres subcampeonatos entre Amberes 1920 y Ámsterdam 1928.

EL PRIMER TRITÓN DE ORO

La natación de Estados Unidos tuvo en Mark Spitz a su primera gran figura gracias a sus siete oros, cuatro en pruebas individuales y el resto en relevos, todos con récords mundiales en los Juegos Olímpicos de Múnich 72.

Spitz, con una discreta actuación en México 68, cosechó en total 9 oros, una plata y un bronce.

COMO DE RAYO AL OLIMPO

Las pruebas de velocidad en el atletismo de Juegos Olímpicos tienen un antes y un después con el jamaiquino Usain Bolt en la pista. El Rayo quedó eliminado temprano en los 200 metros de Atenas 2004 pero a partir de Beijing 2008 dominó las pistas olímpicas ya que es el único velocista con el triplete en la pruebas reina del atletismo, los 100 metros, así como en los 200 metros.

Bolt también tenía el triplete en relevo 4×100, entre Beijing 2008 y Rí0 2016, pero perdió el oro del relevo en China por culpa de Nesta Carter, quien arrojó positivo en un control antidopaje reanalizado y cuyos resultados se revelaron en enero de 2017.

"HECHA" EN MÉXICO

La gimnasta checa Vera Caslavska siempre fue una agradecida con México, de hecho se casó en la capital mexicana, sede de los Juegos de 1968 en los que ganó cuatro oros y dos platas que, junto con su elegancia y simpatía, le valieron ser considerada la Reina de esa justa veraniega.

En su trayectoria olímpica cosechó en total 7 metales áureos y cuadro plateados.

PODER RUSO

El ruso Vitaly Scherbo demostró en Barcelona 92 que un hombre también podía ser multimedallista de oro en gimnasia artística en una sola edición de Olímpicos al colarse seis, uno de ellos en equipo.

Aunque no volvió a subir a lo más alto del podio en una cita veraniega, Scherbo pasó a la historia como el deportista más destacado de esa edición de los Juegos. Después añadió cuatro bronces a su palmarés olímpico.

NADIE COMO NADIA

Quizá no se haya colgado tantos oros, pero la rumana, hoy estadounidense Nadia Comaneci, puede persumir haber sido la primera gimnasta en recibir la calificación perfecta tras una rutina en Juegos Olímpicos, en este caso en las barras asimétricas de Montreal 1976, resultado que la catapultó a la historia olímpica y mundial.

Nadia llegó como estrella a Moscú 80 pero no podo refrendar el título en ese aparato. Sin embargo, su lugar en el Olimpo ya lo tenía asegurado.

SALTO A LA ETERNIDAD

El 18 de octubre de 1968, el estadounidense Bob Beamon se consagró como deportista de todos los tiempos al ganar el salto de longitud de México 68 con récord mundial incluido, de 8.90 metros.

Beamon terminó por acabar con el mito de que la altura de al Ciudad de México afectaría a los atletas pues compitió sin mayores problemas dejando una plusmarca que prevaleció hasta el 30 de agosto de 1991.

No volvió a competir en unos Olímpicos pero su resultado en la cita mexicana le bastó para ingresar al Olimpo.

EL MÁS GRANDE

Una sola aparición en Juegos Olímpicos, en los de Roma 60, donde se proclamó campeón de los 75-81 kilos, así como su trayectoria como profesional bastaron para que Cassius Clay, mejor conocido como Muhammad Alí, fuera considerado como “El más grande” en el boxeo.

Su activismo a favor de los derechos civiles y su negativa a ir a la Guerra de Vietnam, por la que fue criticado por muchos en su país, le redituaron años después un cariño y reconocimiento desmedidos por los cuales fue designado para encender el pebetero de los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, llamados Juegos del Centenario. Su mal de Parkinson ya era evidente pero eso no le impidió cumplir con la encomienda.

PIES DESNUDOS

El etíope Abebe Bikila entró por la puerta grande al Olimpo al convertirse en el primer deportista de la denominada África negra en ganar un oro en Juegos, en Roma 1960. El fondista corrió descalzo el maratón y así cruzó primero la meta; cuatro años después refrendó su título y ahi terminó su cosecha de metales en citas veraniegas.

A fines de 1969 sufrió un accidente automovilístico que lo dejó cuadrapléjico y entonces ingresó al Hospital Stoke Mandeville, en Gran Bretaña, donde mejoró mucho para pasar su condición medica a parapléjico, misma que le permitió competir en el tiro con arco de los Juegos de Stoke Mandeville, el antecedente de los Juegos Paralímpicos.