BISTRO & PUB CERVEZA ZORRA

Después de casi siete años de trayectoria, Cerveza Zorra ya tiene su punto de encuentro para darle largos tragos a sus fórmulas.

“Nosotros como gypsy brewing (cervecería gitana) no tenemos planta fija donde hacer nuestras cervezas, sino que las hacemos en diferentes cervecerías. Teníamos muchas ganas de tener un espacio donde pudiéramos compartir con la gente una experiencia de primera mano para que nos conocieran, tal como sucede en San Diego, California donde hay toda una cultura por la cerveza artesanal”, señala Francisco Aguayo, socio de la marca tapatía.

Son seis estilos los que suma su catálogo, entre ellas la de trigo, la Red IPA y la Rye Session IPA; pero sumadas a las 12 líneas de barril, ahora cuenta con invitadas, como las de Colablanca (GDL) y Hércules (Querétaro) que complementan su oferta, así como tres experimentales inéditas de la anfitriona: una bautizada como Smash Toronja, de aroma potente a toronja, ligeras notas florales y amargor firme; una tropical Milkshake Doble IPA y una Nelson Pilsner.

“A los estilos clásicos tratamos de darles un extra a través de las fórmulas y los adjuntos, o sea, esos ingredientes fuera de los básicos (agua, lúpulo, malta y levadura), como el cacahuate de nuestro producto más vendido: la Imperial Stout con cacahuate tostado. Zorra también sabe a innovación, experimentación y búsqueda de sabores nuevos. 

“Mi favorita experimental de ahora es la Nelson Pilsner. La Pilsner es la madre de la cerveza rubia y esta variedad que hicimos es más robusta en cuerpo y alcohol, tiene 6.8, pero está cocinada únicamente con el lúpulo Nelson, un amargor muy cotizado de Nueva Zelanda que tiene características aromáticas similares al vino blanco, notas florales y un ligero toque de frutos tropicales”, describe el diseñador gráfico que dio un salto a la elaboración de cerveza artesanal. 

Con la mira puesta en hacerle justicia a cada trago, al estilo del sofisticado maridaje de vino, el chef Carlos Espinosa (Tikuun) fue invitado a ser parte de la sociedad y diseñar el menú que agrupa delicias con toque contemporáneo, tal es el caso de las enchiladas de pato, el tataki de res curado en miso y las gyozas de camarón y curry verde.

 

Dónde: Diagonal Golfo de Cortés 4140, Col. Monraz. 

Cuándo: Martes a sábado de 14:00 a 0:00 horas; domingo hasta las 19:00. 

Cuánto: De 65 a 90 pesos va el rango de cervezas; 150 a 200 el de alimentos, y el ticket promedio es de 400 pesos.

Contacto: 333-809-7211.

BÚNKER BREW CLUB

Un testigo de la evolución de la Ciudad es el búnker que se construyó en los años 40 bajo la calle de San Jorge, en la Colonia Seattle, con la intención de servir de refugio por si la Segunda Guerra Mundial azotaba México; pero que en la actualidad sirve de plataforma para las microcervecerías que con tanto empeño hacen sus fórmulas. 

“El búnker lo construyó mi familia en 1945 por si llegaba la Segunda Guerra Mundial a México, dado las grandes probabilidades por nuestra proximidad con Estados Unidos. Se construyó pero nunca se usó, estuvo abandonado hasta que nosotros lo convertimos en un bar de chela artesanal”, argumenta el socio fundador, Guillermo Rivas. 

A 15 metros bajo tierra, su draft de ocho líneas en constante rotación, le da oportunidad a solo chelas artesanales, como las que ahora están conectadas: Lote Uno, de Ambulante; Lobita, de Cerveza Loba; y Stout de Olla, de Santa Sabina. Pero también con aguas nacionales, entre ellas Piedra Lisa, de Colimita (Colima); Hazy de Morenos (CDMX) y Portero Delantero, de Hércules (Querétaro); y hasta internacionales como la Óscar Blues de California. 

“Nos gusta apoyar las marcas locales y las cervecerías súper pequeñitas, literal a las personas que hacen chela en casa y hasta las grandes, como ahora Minerva que es la más grande de México. Tenemos una cerveza que curiosamente es la que más vendemos, se trata de Órbita, una chela de estilo Cream Ale súper bebible de cervecería Fractal, es de dos chavos que hacen chela aquí en GDL, y se vende más que la popular Piedra Lisa de Colimita”, agrega el tapatío. 

Pizza en cono de jamón serrano, champiñones, chile relleno, chicharrón y otros, pero también las papas bravas y la tabla de jamón curado y queso gouda, cheddar, crema y pan, se apuntan para acompañar cada elección lupulosa. 

Dónde: San Jorge 225, Col. Seattle. 

Cuándo: Miércoles a sábado de 16:30 a 1:00; domingo de 16:00 a 22:00. Previa reserva. 

Cuánto: 40 a 350 pesos cuestan las chelas embotelladas, 65 a 140 las de barril; 350 pesos es el ticket promedio por persona. 

Contacto: A través de Instagram, @bunker.brewclub. 

Tip: Una vez al mes hacen cata de tres chelas a ojos vendados. Síguelos en redes sociales para descubrir la próxima fecha. 

FORTUNA

A 30 minutos de la ZMG, rodeada de árboles de olivo y laurel, arbustos de romero y flores de bugambilias se encuentra la terraza de Fortuna, espacio anexo a la fábrica de la cerveza tapatía donde se puede degustar la experimental bautizada como Cantabeerto y las 11 de línea, entre ellas, la multipremiada Afortunada (Hefeweizen), California Ale (American Blonde Ale) y su singular Sake Ale, fórmula cocinada con malta de cebada, arroz y el lúpulo japonés Sorachi Ace que ya es parte de la familia.

Debido a la pandemia, los recorridos por la planta que iniciaron hace tres años tuvieron una pausa inesperada. Pero es justo esta semana que se acaban de retomar, permitiendo una vez más el acercamiento al proceso de la cerveza artesanal y sus 15 tanques de acero inoxidable, de hasta cinco metros y medio de alto, con capacidad de 5 mil a 10 mil litros cada uno, donde se da vida a sus refrescantes elixires. 

“Vimos que en Estados Unidos, la gran mayoría de las cervecerías tiene su tap room o lugar para degustar, pero aquí la gente no ha sido invitada a conocer el proceso cervecero. Nosotros invitamos a la gente a involucrarse más en cómo se hace una cerveza, para sepa porqué un estilo es diferente a otro y le nazca el interés de probar diferentes estilos, pero también adquiera esa cultura y amor cervecero”, argumenta Juan José Morales, socio fundador.

Conocer un poco más de los seis años de historia que suma la fábrica, la importancia de los granos, lúpulos y levadura, así como el paso a paso del fermento hasta llegar a la botella, es parte de la experiencia que concluye con la degustación de seis cervezas, de 150 mililitros cada una. La prueba extra cuesta entre 20 y 35 pesos. La duración aproximada es de dos horas. 

Dónde: Carretera Guadalajara-Nogales 4380, Zapopan.

Cuándo: Agenda tour al 331-350-9365.

Cuánto: 250 pesos por persona, en tour grupal de más de seis personas. En el caso de cupos más pequeños es necesario cotizar. 

Tip: La cita previa es requerida para conocer sus instalaciones. 

Aquí también hay draft:

  • Minerva (Periférico Sur 4250, col. Periodista / 333-682-0474)
  • Colablanca (Calzada Norte 14, interior 06, Ciudad Granja / 331-1571533)
  • Craft (Av. Tepeyac 497, local 4, col. Chapalita / 333-201-2238)
  • El Puesto Ambulante (Juan Manuel 1562, col. Americana)
  • Umho (Gregorio Dávila 76, col. Villaseñor / 333-334-1013)
  • Patán (Morelos 1281, col. Americana / 332-175-5087)
  • Gulden Draak Bierland (Pedro Moreno 1274, Col. Americana / 333-826-4753)

Información: Viridiana Muñoz. Fotos: Emilio de la Cruz.