ATRAPAR PAISAJES

El País está colmado de fotogénicos sitios como bosques, desiertos, valles, volcanes, islas y montañas. Podrías, por ejemplo, madrugar e ir a Xochimilco para abordar una trajinera –lejos de tumultos y fiestas– y cazar un bello amanecer.

De igual forma está la alternativa de practicar turismo carretero y lanzarte a la Sierra Gorda Queretana, te conmoverás con las panorámicas que atrapes desde el Mirador Cuatro Palos.

COMPRAR ARTESANÍAS

De barro negro y de rojo. Elaboradas con chaquiras, paja, popotillo y papel maché y otros materiales. Por favor, en lo que queda del año apoya a los artesanos mexicanos y regala un alebrije, un árbol de la vida, un textil, o bien, una pieza de vidrio soplado o plata. Harás feliz a a muchas familias mexicanas.

VALORAR NUESTRO PATRIMONIO

México presume varios sitios que son Patrimonio de la Humanidad; la mayoría son de carácter cultural, pero también hay naturales y mixtos. San Miguel de Allende es tan sólo una de las Ciudades Patrimonio.

Por otro lado, también hay sitios que por la riqueza de sus ecosistemas, su valor científico, histórico, educativo y recreativo; así como por su flora, fauna y belleza son considerados Parques Nacionales. Por ejemplo, el Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl.

PROBAR DELICIAS

Tanto mexicanos como extranjeros gozan de ir a los tianguis y mercados, donde hay flores, verduras y frutos. Una tendencia es trazar una ruta visitando desde a las grandes cocineras tradicionales hasta prestigiosos restaurantes.

Por cierto, siempre hay un buen pretexto para brindar por nuestra tierra, así que puedes seguir la Ruta del Vino, la del Mezcal o la del Tequila. También es tiempo de brindar y decir ¡salud! con bacanora, sotol, raicilla, charanda y cervezas artesanales, entre otras bebidas.

VISITAR POBLADOS Y PLAYAS

Si hablamos de pueblos los hay en encanto, también están los fantasma y ya son 132 los que conforman el listado de Pueblos Mágicos. Piérdete en las calles de sitios como Taxco, Malinalco o Real de Catorce, entre otros.

Por otro lado, si hablamos de playas: están las bañadas por el turquesa del Mar Caribe; las del Mar de Cortés tienen un toque del desierto. Están las llenas de algarabía en el Golfo de México y las del Pacífico, que regalan bellos atardeceres como los de Playa Zicatela.

ESCUCHAR, MOVERSE Y REÍRSE CON LA GENTE

Observar la Danza de los Viejitos o la del Venado. O moverse al ritmo del Jarabe Tapatío, la polka norteña, el son jarocho o un danzón. Y admirar a los concheros, a los chinelos, a los parachicos y a los voladores de Papantla son otras formas de rendir un homenaje a nuestros País.

Y, si hablamos de amabilidad la lista es interminable. En tu próximo viaje, nunca dejes de agradecer, conmoverte y corresponder a la hospitalidad y sonrisa de cada ser que habita en esta nuestra hermosa República Mexicana.