
No importa si es en la escuela, el trabajo, alguna clase extracurricular o pasatiempo, aumentar tu productividad te permitirá maximizar tu aprendizaje y aprovechar el tiempo invertido en cada actividad.
Y si bien algunos individuos parecen ser más proclives a esta capacidad, existe la posibilidad de incorporar hábitos y rutinas cotidianas con el fin de desarrollarla, asegura la Point Loma Nazarene University.
“La productividad de un individuo está estrechamente ligada a su energía mental y a su sentido de motivación, tanto interno como externo”, indica la institución educativa en territorio estadounidense.
“Aunque no todas las actividades diarias puedan guardar un profundo significado personal, las investigaciones sugieren que mantener la concentración en objetivos más amplios a largo plazo puede estimular el impulso y la energía necesarios para abordar responsabilidades cotidianas más mundanas”.
Las distracciones tecnológicas, la falta de descanso, el perfeccionismo, el estrés y la ansiedad, así como la escasez de motivación y de recursos son factores que pueden mermar el desempeño diario, agrega el centro educativo.
Crea un listado de actividades

La aglomeración de pendientes sin una jerarquía definida puede resultar abrumador. Por ello, es recomendable iniciar con un listado de todas las actividades a realizar durante el día.
La enumeración debe ser realista y contener los datos más relevantes de los pendientes, es decir, debe estar formada por un número concreto de actividades y metas que sí se pueden efectuar, ejecutar o completar durante la jornada y debe incluir las fechas límite de cada uno.
Esto te permitirá tener un mejor control de las asignaciones terminadas, en las que se está avanzando y las más próximas a entregar.
“Sin la capacidad de ver las tareas de un vistazo, es fácil sentirse abrumado y estresado al tratar de recordarlo todo. Y una vez que no cumple con una fecha límite, las cosas pueden empeorar rápidamente, lo que puede conllevar a más problemas e incumplir con otros plazos al intentar ponerse al corriente”, precisa la Johnson & Wales University, también en EU.
“En el otro extremo del espectro, tener una lista de tareas pendientes excesivamente larga es igual de abrumador”.
Para lograr esto, se puede emplear el calendario del teléfono, la computadora u otras aplicaciones, tales como Google Calendar, Outlook, Calendly y Cozi: se crean eventos por cada pendiente y a cada uno se le establece un tiempo determinado. Las alertas asociadas permitirán identificar cuando esté por agotarse el tiempo, precisa la Point Loma Nazarene University.
Los planificadores o los calendarios escritos son alternativas viables.
Apégate a tus tiempos

Algunas actividades pueden demandar más tiempo del planeado, pero si dicha situación se vuelve la norma, será necesario identificar en qué se está invirtiendo más tiempo y buscar la mejor estrategia para minimizarlo sin que afecte la calidad del trabajo, señala The University of Sydney.
+ Mucha investigación: las búsquedas exhaustivas pueden volver inagotables sin los límites apropiados. Puedes detenerte si detectas que ya tienes las ideas principales del tema y las suficientes de apoyo para cumplir con la extensión solicitada.
+ Mucha planeación: si bien la planificación es crucial para esbozar un buen proyecto y no dejar cuestiones de lado, hacerlo de forma minuciosa puede ser contraproducente. Recuerda que existe la posibilidad de reestructurar conforme se avanza en el proyecto.
+ Mucha corrección: la edición puede convertirse en una actividad acaparadora de tiempo, por ello, lo ideal es corregir detalles una vez se tiene el primer borrador concluido y hacer una última revisión antes de entregar.
+ Muchas distracciones: las redes sociales, los dispositivos electrónicos y el afán de realizar varias actividades al mismo tiempo son algunos de los principales distractores si no se cuenta con el cuidado apropiado. Procura apagar o mantenerte alejado de estos y enfocarte en una o un par de actividades como máximo.
+ Mucho trabajo: saturarse de trabajo puede mermar tu capacidad para prestar atención. Opta por tomar descansos cada determinado tiempo y recompensarte por cada objetivo concretado. Escuchar música, salir a caminar, charlar con otros, tomar una siesta, comer un snack, ver un rato la televisión o navegar por internet son algunas posibilidades.
Conócete bien

Así como no todas las personas trabajan igual, existen algunas que son más productivas en diversos lapsos del día.
Identifica en qué momentos te es más fácil concentrarte, te sientes con más energía y consideras mejor el avance de tus pendientes.
Si no dispones de la flexibilidad para ajustar tus horarios de trabajo, puedes aplicar la regla de los dos minutos para avanzar en tus asignaciones: si una tarea se puede dar por terminada en menos de dos minutos, realízala inmediatamente.
Una vez concluidas dichas labores, pueden enfocarte en los pendientes más difíciles.
Ten una vida balanceada

Las actividades fuera de la escuela y el trabajo también influyen en la productividad.
Descansar al menos siete horas diarias, realizar ejercicio constantemente y llevar una dieta balanceada son hábitos que mejoran el estado físico y mental, lo que implica una mejor concentración y más energía para realizar pendientes.
Fuentes: Azusa Pacific University, Birmingham City University, Johnson & Wales University, Point Loma Nazarene University y The University of Sydney.
Información: Abel Vázquez
Edición: Ana Gabriela Rezc
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