A QUEMARROPA

Ángel fue asesinado a un costado de la barda de la ex Hacienda Copal, instalaciones que la Universidad de Guanajuato utiliza como parte de su campus de la División Ciencias de la Vida, en Irapuato.

El ataque no provino de un ladrón, sicario o enemigo personal, sino de un Policía Militar adscrito a la Guardia Nacional que, según las autoridades, actuó con incertidumbre y desconcierto.

La versión oficial, ofrecida por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Federal (SSPC), señala que junto con Ángel, otros dos universitarios, una identificada como Edith Alejandra Carillo, la cual resultó lesionada, y otro todavía sin identificar, también fueron atacados por el uniformado adscrito a la lucha contra el huachicol en la zona.

EL RECLAMO

Un día después del crimen en Irapuato, cientos de alumnos y profesores del Campus Ciencias de la Vida, que agrupa las carreras de Veterinaria, Agronomía, Energías Renovables, Alimentos, Agronegocios y Enfermería, se unieron con veladoras, aplausos, oraciones, pero también exigencias de justicia.

"Esta sede es un espacio donde nuestra comunidad estudiantil quiere y merece estar aquí, preocupada para estudiar, para llevar una vida universitaria, no para estarse cuidando que no la maten".

EL MIEDO COLECTIVO

Aunque no lo conocieron, Joceline Martínez y otro estudiante universitario estuvieron presentes a las 9:00 horas para exigir que no ocurra un crimen más contra la comunidad estudiantil.

Nuestra Universidad era el lugar donde estabamos felices, y ahora ni ahí estamos seguros, nos da mucho miedo, estamos unidos porque somos una sola comunidad, estamos conmocionados, lo que pasó no tiene nombre".

Ángel estaba sólo conviviendo, lo mataron, fue dentro de la comunidad, nosotros frecuentamos ahí por las prácticas, laboratorios, nos da miedo, incertidumbre, no fue un ladrón, fue un agente de la Guardia Nacional"

ÁNGEL, EL ESTUDIANTE

Lucía Rangel, madre del estudiante de 20 años, externó que se enteró del crimen porque una amiga de su hijo la visitó, así como también por la llamada de un profesor universitario.

Ella, junto con su esposo y su otra hija, de 14 años de edad, son originarios de Irapuato, donde Ángel le contó su meta de culminar la Licenciatura, estudiar una Maestría en Investigación y, después, seguir con el Doctorado.

Mientras tanto, el joven se hacía de recursos económicos trabajando artículos de piel durante sus tiempos libres.

Su grupo está muy consternado, estamos dolidos, si llegaron a conocerlo era un chavo increíble, muy alegre, era de apreciarse. Les agradecemos si le damos un segundo aplauso, nos acompañan un minuto de silencio y una porra para él, porque se lo merece".