
Con historias y motivos diferentes, pero un fin común: su bienestar, Begoña García, Juan Pablo Álvarez y Michelle Renaud, entre muchas otras personas que se van sumando día a día, descubrieron una práctica que les ha transformado la vida en distintos sentidos, pues algunos lograron recuperar su salud mientras otros han encontrado un espacio para conectar con ellos mismos y aprender a soltar.
Se trata de las inmersiones en hielo. Tras una crisis existencial, en 1995, cuando su esposa se suicidó, el atleta holandés Wim Hof empezó a desarrollar una serie de técnicas de relajación, autocontrol y autosanación que hoy se conocen a nivel mundial como el Método Wim Hof, el cual está basado en tres pilares: respiración, terapia de frío y compromiso.
El también conocido como “El hombre del hielo” ha sido objeto de diversos estudios científicos debido a que ha demostrado controlar su sistema inmune, ritmo cardiaco y circulación a través de la respiración; además, ha roto diversos récords relacionados con la exposición al frío, como correr descalzo medio maratón en el Círculo Polar Ártico o estar en un contenedor lleno de cubos de hielo durante más de 112 minutos.
A través de su método, enseña y certifica a instructores de todo el mundo para que controlen su cuerpo y mente y así logren cosas extraordinarias, por lo que se ha convertido en un boom.
Gélida Experiencia
BEGOÑA GARCÍA

Llegar a burn out por el estrés laboral fue uno de los mejores regalos de vida que Begoña García ha recibido, pues gracias a ello descubrió un camino que ha transformado sus días.
“Soy abogada penalista, mi gran pasión eran las causas perdidas, pero por un cúmulo de malas decisiones, me cambié a derecho corporativo y vivía en un estrés muy alto, estaba frustrada por haber sacrificado lo que me gustaba por lo que interpretamos como éxito profesional, y en esa época empecé a soñar con orcas, cada vez más recurrentemente y con sueños muy vívidos”, expresó Begoña García, amante de la fotografía.
“Empecé a buscar qué significaba y nada me hacía sentido, hasta que decidí tomarlo como un llamado, así que me volqué de lleno en este proyecto, e, investigando cómo acercarme a las ballenas, resultó que podía ser en Noruega”.
A partir de ese momento, Begoña García se entrenó en apnea, traje seco y otras técnicas que la pudieran preparar para esa experiencia que tanto anhelaba, hasta que alguien le habló sobre Wim Hof y así llegó al taller con Juan Pablo Álvarez y desde que se metió por primera vez a la tina con cubos de hielo, no dejó de hacerlo durante año y medio.
“Lo hice para entrenar a mi cuerpo a soportar las temperaturas bajas del mar y, a finales de 2019, pude cumplir mi deseo de nadar con ballenas y resultó que, en efecto, el viaje fue una experiencia que me cambió la vida porque me confrontó con todo lo que tenía que trabajar, desde la profunda ira con la que vivía hasta mis hábitos en ese entonces”, explicó quien actualmente hace inmersiones entre cuatro y cinco veces a la semana.

“Todo ha cambiado radicalmente desde que conocí el Método Wim Hof y pude estar con las ballenas, ha sido un poco de trabajo personal, cuidado, los hielos y esa vivencia”.
A su regreso de esa travesía, se dio cuenta que su cuerpo le pedía seguir exponiéndose a esas temperaturas y la gente a su alrededor comenzó a decirle que la veía cambiada, de una forma muy profunda, lo cual la llevó a certificarse como instructora con Wim Hof.
“Eso dio inicio a otro camino nuevo, profundo y muy gratificante que me ha abierto otras puertas increíbles, me he estado yendo a Canadá a meterme a lagos congelados; me parece que para procesos profundos, la respiración, sin duda, es lo que está sanando a la gente, pero el día que me metí a un lago así, entendí todo, porque al hacerlo en la naturaleza, de verdad, ves cómo tu cuerpo se conecta con todo, es una de las experiencias más lindas que he tenido”, dijo Begoña García, fundadora del Club del Hielo.
Actualmente, Begoña ha tenido 600 alumnos; sin embargo, se dio cuenta que no bastaba con enseñarles los tres pilares, porque a veces la gente se pierde en el día a día y deja de practicarlo, por lo que creó una comunidad de inclusión con personas con los mismos objetivos para que se reúnan en un espacio seguro a practicar y compartir sus procesos, cumpliendo dos reglas indispensables: que previamente hayan tomado el taller con un instructor certificado y que asistan vestidos de negro, ya que para ella la estética es muy importante.
“Las fotografías que tomamos detonan un proceso mental post inmersión muy poderoso que redondea un poco la experiencia”, agregó Begoña García, quien captura todas las imágenes de sus alumnos con Iphone.
“Aunque no va a ser fácil, en un futuro quiero llevar esta herramienta a las cárceles femeniles, aún está en proyecto, pero me encantaría porque estoy convencida de que puede ayudar a las reclusas a aliviar estados de enojo, ansiedad inflamación e, incluso, depresión, y cambiar sus vidas como ha cambiado la de tantas personas. Lograr esto le dará al Club del Hielo un sentido social, tan necesario y obligado”.



"Entrar al hielo me regresó a la vida, me quitó el aire y, al mismo tiempo, me obligó a reconectar con mi respiración. Fue sentarme en la incomodidad para observar, reconocer y sanar. Tomar el taller con Begoña marcó el inicio de un nuevo camino para descubrir de lo que estoy hecha”
PAMELA VÁZQUEZ, diseñadora gráfica e industrial
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UN MUNDO CONGELADO
JUAN PABLO ÁLVAREZ

Un piquete de garrapata le hizo ver a Juan Pablo Álvarez que algo no estaba bien con su estilo de vida y hábitos y lo acercó a lo que hoy es su profesión, pasión y misión de vida, pues gracias a ese acontecimiento y a la búsqueda de herramientas para ayudar a su cuerpo a sanar, comenzó a practicar el Método Wim Hof.
“En algún momento, en 2016, antes de ese evento, vi el documental sobre él y me pareció un personaje muy interesante y se me quedó grabado en la mente que me encantaría probarlo, y en marzo de 2017 es cuando empieza otro camino tras el piquete que me detonó una enfermedad autoinmune de inflamación en todo el cuerpo, el cual crecía y crecía, me provocaba sensaciones de malestar, dolor articular, muscular y de cabeza, insomnio, baja energía y fatiga crónica”, explicó el ingeniero industrial.
“Empecé a visitar a muchos médicos, buscar diagnósticos y doy con uno que tenía nombre y apellido: ‘lyme disease’, y al estudiarlo, me doy cuenta que puedo hacer más cosas que el tratamiento que me dieron, que eran 9 medicamentos, y me acordé del documental, por lo que volví a verlo con el cuestionamiento ‘¿esto puede ayudarme o no?’”.
Así es como decidió tomar el curso en línea que ofrece Wim Hof y empezó a hacer respiraciones, bañarse con agua fría y probar las inmersiones en hielo, lo cual prácticamente de inmediato le generó bienestar y lo ayudó a sentirse un poco mejor.
“Me adentro un poco más, lo practico con más conciencia y veo más y más beneficios, hasta llegar al punto que un diagnóstico que me habían dado de muchos años de antibióticos, termina en solamente un año. Al sexto mes del piquete, ya estaba más estable y atribuyo a que esta práctica me ayudó a que mi sanación fuera más rápido”, añadió Juan Pablo Álvarez, quien fue uno de los primeros instructores certificados en México.
Esa práctica constante más exponerse al sol por las mañanas, cambiar su alimentación a una nutrición más natural, sin azúcares, ni carbohidratos refinados, ni alimentos procesados, y conectar con la tierra, fueron el cúmulo de buenos hábitos que rápidamente transformaron su salud física y mental, lo que lo impulsó a compartir con más personas sus conocimientos y lo que a él le funcionó.
“Te das cuenta de la inmensa fuerza que tenemos internamente, cómo funciona nuestra propia naturaleza y cómo, por medio de alterar tu respiración y someterte al frío, hay soluciones. Yo me di cuenta de que el estilo de vida que tenía fue el que creó un cuerpo que dio una respuesta muy ineficiente ante aquel piquete, por lo que si yo alteraba algunas variables de manera natural, mi cuerpo podía sanar más rápido y encontrar el equilibrio”, añadió quien se entrenó directamente con Wim Hof y su equipo.

"EL MÉTODO ES CONOCIDO POR LA INMERSIÓN EN HIELO, PERO UNA VEZ QUE LO HACES, ENSEÑAS Y COMPARTES, TE DAS CUENTA QUE LO PODEROSO ES LA RESPIRACIÓN Y EL ESTAR EN UN ESTADO PRESENTE”.
Juan Pablo Álvarez

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Máxima Felicidad
MICHELLE RENAUD

El acercamiento de Michelle Renaud al Método Wim Hof fue gracias a un amigo que está en constante búsqueda de alternativas para ser más saludable y fue quien la invitó a escuchar y practicar las respiraciones, sin imaginar que después sería ella quien incitaría a todos los que la rodean a acercarse a esta práctica bajo su frase favorita: “Métanse a los hielos”.
“Nos juntábamos en un parque a hacer las respiraciones guiadas con un audio y después a correr, era eso más el agua fría en la regadera y sí noté cambios, pero leves. Después, en pandemia, empecé a hacer entrevistas en Instagram y buscando a un experto en algún tema, di con Juan Pablo Álvarez, pero para entrevistarlo, debía primero tomar el taller, así que fui y me encantó”, contó la actriz Michelle Renaud.
“Empecé a meterme una vez a la semana, pero no había entendido al 100 los beneficios, hasta que en enero me caí de un caballo, me lastimé los tobillos y costilla, pero tenía que seguir trabajando porque tenía una película y una novela a la vez, y como no tomo medicamentos, no quería desinflamantes, así que comencé a meterme diario a mi tina con hielos y sorprendentemente en el día podía aguantar tacones y todo sin dolor, entonces decidí hacerlo durante mañana y noche y no sólo dejó de dolerme, sino que me producía muchísima energía”.
Eso llevó a Michelle Renaud de la mano a experimentar otras aventuras, como practicar alta montaña, sin una preparación exhaustiva previa, lo cual le hizo ver que las inmersiones más allá de los beneficios a la piel y la salud, le generaban un estado mental óptimo gracias a la producción de oxitocina y dopamina.

“Decidimos subir el Pico de Orizaba y antes me metí a los hielos y fue sorprendente, tenía muchísima energía, no tuve problemas con la altura, las respiraciones me ayudaban a oxigenar más. Ahí me di cuenta que al hacerlo diario en mi casa, me estaba preparando para eventos mucho más excepcionales”, contó la también madre de un pequeño.
“Wim Hof dice que te vuelves un súper humano y la verdad, sí. Te ayuda mentalmente y he visto casos impresionantes, como una prima que estaba tomando un medicamento psiquiátrico y le habían dicho que sería para siempre, pero empezó a meterse a los hielos una vez a la semana y al poco tiempo me habló para decirme que su médico ya se lo había quitado”.
Actualmente, además de ser vegana, escuchar música durante el día y acudir a medicina natural, Michelle tiene claro que
las inmersiones le han ayudado a transformar su mindset, a estar saludable física y mentalmente y a fluir en la vida.
“Cuando estoy sola en mi casa, si me meto en silencio porque como el cuerpo cree que se está muriendo y activa todo el estado de sobrevivencia, cuando sales es como un renacer, así que me gusta repetir mantras o ideas para hacer una reprogramación neurolingüistica, pero cuando estoy con más personas, pongo música porque creo que es más fácil”, añadió Michelle Renaud, quien lo practica entre tres y cuatro veces por semana.
“En noviembre planeo ir a conocer a Wim Hof, pero más que certificarme para dar talleres, quiero conocer bien la técnica para que a las personas cercanas que es a quienes les comparto, poder hacerlo al 100, y a mi hijo, que me gustaría que Marcelo crezca con esta técnica en el inconsciente”.
Así se sumerge Michelle Renaud a los hielos
Un mundo congelado
Ellas son algunas celebridades que también realizan inmersiones en hielo por sus beneficios.
LADY GAGA
Para recuperarse después de un show y debido a su fibromialgia, la artista lleva una rutina que consiste en sumergirse en una tina con helos por 5-10 minutos, seguido de un baño caliente por 20 más y finaliza con un traje de compresión lleno de hielo por otros 20.
GIANLUCA VACCHI
El empresario se ha unido a la fiebre de los hielos, pues, de acuerdo a lo que publicó en su cuenta de Instagram, para él, 10 minutos al día pueden ayudar a elevar el sistema inmune, liberar proteínas de choque frío, reducir la ansiedad e infamación general, así como producir grasa parda que, a su vez, da otros beneficios.
MARITERE ALESSANDRI
En febrero, la conductora y madre de familia asistió por primera vez a un taller del Método Wim Hof y compartió en su cuenta que había sentido mucha paz después de sortear los primeros segundos.
CRISTIANO RONALDO
El futbolista también es fanático de la crioterapia e inmersión en hielos para recuperar sus músculos tras un partido o entrenamiento físico; además, lo alterna con la cámara fría que tiene en su hogar.
MARGARITA VEGA
Asistir a un taller de Wim Hof cambió la vida de la conductora, de acuerdo a lo que comparte en redes, pues le permitió conectar con su poder y salir de su zona de confort, por ello lo ha incorporado como parte de su rutina.
Ellos también se sumergen a los hielos

Bajo la guía de Begoña García, Gonzalo García Vivanco ha experimentado el generar noradrenalina y dopamina con las inmersiones.

Tras tomar un taller con Juan Pablo Álvarez, Ceci de los Ríos ha hecho de esta práctica parte de sus biohacks

Chely Lerdo de Tejada vivió la experiencia junto a su hija, Alejandra García, y Spiro 15º, bajo un método llamado Ice Health.

El deportista Gabriel Rojo de la Vega también incorpora sesiones en hielo para recuperarse y darse un espacio de meditación.