A diferencia de otras migraciones, la comunicación con los ciudadanos de Europa Oriental ha sido difícil debido al idioma.
En el campamento, que aglutina a unas 25 personas entre niños y adultos, hay una o dos personas que saben inglés y han ayudado como traductores, pero no están presentes todo el tiempo.
Julia Shimento, rusa con nacionalidad ucraniana y con 22 años de residencia en EU, indicó que viajó desde Sacramento, California, para ayudar a sus compatriotas que están durmiendo en el suelo.