Como ocurrió en el juicio contra Joaquín Guzmán Loera en 2018, Tirso Martínez Sánchez, conocido como “El Futbolista” o “El Tío”, es un testigo de la Fiscalía, ahora en el proceso contra el ex Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, por sus presuntos nexos con el Cártel de Sinaloa.

El narcotraficante, detenido en Guanajuato y extraditado a Estados Unidos en 2014, fue uno de los testigos citados desde el 24 de enero, segundo día del juicio que se lleva a cabo en Nueva York.

En su segundo día de testimonio, Martínez Sánchez aseguró que varias toneladas de cocaína del Cártel de Sinaloa fueron enviadas de México a Estados Unidos por medio del tren y salían gracias a la protección que García Luna brindaba a Ismael “El Mayo” Zambada y El Chapo Guzmán.

Según “El Futbolista”, entre 2001 y 2003 fue responsable del envío por tren de toneladas de cocaína, la cual era camuflada recubriéndola con plastiacero, y que reportaba a Vicente Carrillo, quien le dijo que no se preocupara pues “El Mayo” tenía compradas a autoridades de todos los niveles de Gobierno.

TESTIGO CUESTIONADO

Debido a que en su primer día de testimonio, Tirso Martínez se refirió al tráfico de drogas en forma general y a su participación a finales de los años 90 del siglo 20 y principios de éste sin referirse a García Luna, el juez Brian Cogan pidió a la Fiscalía valorar la pertinencia de su participación.

Como la Fiscalía insistió, “El Futbolista” ha declarado durante dos días en el juicio contra el ex mando policiaco, de hecho en la jornada del 25 de enero se sumó a los testimonios de cuatro agentes antidrogas y un narcomenudista.

¿POR QUÉ EL FUTBOLISTA?

Tirso, "El Futbolista" (der.), testigo en el caso de García Luna

Martínez se ganó el apodo de “El Futbolista” debido a que, para lavar dinero en México fue dueño de equipos de futbol profesional en las ciudades de Querétaro, Celaya, Irapuato, La Piedad y Mérida.

El operador del Cártel de Sinaloa empezó en 2002 a frecuentar los palcos de directivos de la Federación Mexicana de Futbol y de equipos del Bajío, en especial de la entonces Primera División “A”.

Para 2004, el sinaloense fue visto departiendo con el entonces presidente de esa división, Enrique de la Garza, y el joyero Kléber Mayer, dueño del club Irapuato.

LOS PRIMEROS SEÑALAMIENTOS

Antes de revelarse ese encuentro con federativos, el diputado federal priista Wintilo Vega Murillo pidió investigar a Martínez Sánchez por la sospecha de que él y no Kléber Mayer era el verdadero dueño del Irapuato.

En aquellos años, “El Futbolista” ya era buscado por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos por operar el ingreso de 76 toneladas de cocaína a ese país entre 2000 y 2003.

DE TRABAJADOR DE COBRANZA A TESTIGO

Para 2007, “El Tío” ya era prófugo de la justicia estadounidense, tras presentarse cargos por tráfico de cocaína en su contra en una corte federal de Nueva York, y siete años después, el 2 de febrero, fue detenido con fines de extradición en León, Guanajuato.

“Yo sólo soy un trabajador de cobranza administrativa, no entiendo por qué me arrestan”, dijo a los agentes federales que lo detuvieron.

En 2015, ya extraditado, declaró a la justicia de Estados Unidos todo lo que negó en un principio: que había sido dueño de los equipos de futbol profesional Venados de Yucatán, Reboceros de La Piedad, Querétaro, Celaya e Irapuato.

Martínez Sánchez sostuvo que compró al club Venados por entre 600 y 700 mil dólares, a los Reboceros por 2.2 millones de dólares y que en 2004, vendió el club La Piedad en 10 millones de dólares, con una ganancia neta de 4.

Un año después, el sinaloense, por quien el Gobierno de Estados Unidos llegó a ofrecer una recompensa de 5 millones de dólares, se declaró culpable ante una corte en Nueva York, tras una negociación con el Departamento de Justicia que lo comprometió a delatar a otros narcotraficantes.

OTROS NEGOCIOS

Sergio Hugo Bustamante, el testigo que denunció por lavado de dinero a Juan Collado, declaró a la Fiscalía General de la República que en 2002 la Caja Libertad compró a “El Futbolista” el equipo Gallos Blancos de Querétaro en 7 millones de dólares.

Quienes aparecieron como nuevos dueños fueron los empresarios Jorge y Alejandro Vázquez Mellado, según Bustamante, entonces presidente de Educación Cooperativa de la Caja Libertad.