DIAGNÓSTICO

El Covid persistente es una enfermedad crónica con una amplia gama de síntomas, muchos de los cuales no pueden esclarecerse con pruebas convencionales de laboratorio.

Las dificultades para detectar este mal han hecho que algunos médicos no tomen en serio a los pacientes o diagnostiquen los síntomas como psicosomáticos.

Sin embargo, investigadores han descubierto trastornos visibles en todo el cuerpo. Ellos calculan que del 10 al 30 por ciento de personas infectadas con coronavirus presentan síntomas a largo plazo, aunque aún se desconoce por qué algunos pacientes los desarrollan y otros no.

SISTEMA INMUNE

Parece que, a diferencia de los pacientes que se recuperan completamente tras el Covid, los pacientes con secuelas prolongadas tienen sistemas inmunitarios alterados.

Posiblemente sus cuerpos siguen combatiendo lo que queda del coronavirus.

Los investigadores descubrieron que el virus se propaga mucho durante la infección inicial y que el material genético viral puede permanecer incrustado durante muchos meses en tejidos intestinales, de los ganglios linfáticos y en otras partes del cuerpo.

SISTEMA CIRCULATORIO

Muchos pacientes con Covid persistente tienen dificultades para realizar ejercicio mucho tiempo después de la infección inicial y experimentan una reaparición de los síntomas cuando se activan.

Los primeros estudios indican que es posible que un mal funcionamiento del sistema circulatorio afecte el flujo de oxígeno hacia músculos y otros tejidos, lo que restringe la capacidad aeróbica y provoca intensa fatiga.

En uno de los estudios, los pacientes con síntomas de Covid persistente tuvieron respuestas imprevistas cuando se pusieron a andar en bicicleta.

Aunque su corazón y pulmones eran en apariencia normales, sus músculos sólo obtenían una parte pequeña de la cantidad normal de oxígeno de los vasos sanguíneos pequeños cuando pedaleaban, lo que reducía de manera muy notoria su capacidad para ejercitarse.

Estos hallazgos demuestran que estas personas experimentan problemas físicos sistémicos y no solo están ansiosas o fuera de forma, señala David Systrom, especialista en la fisiología del ejercicio del Hospital Brigham and Women’s.

CEREBRO

Incluso en casos leves de Covid se puede experimentar un deterioro cognitivo prolongado, que incluye disminución de la atención, de la memoria y dificultad para encontrar las palabras.

Avindra Nath, director clínico del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, indica que los problemas neurológicos a largo plazo derivados del Covid constituyen una crisis importante de salud pública.

Michelle Monje, neuróloga de la Universidad de Stanford, dice que aunque no se sabe bien con qué frecuencia el coronavirus penetra de manera directa en el cerebro, hasta las infecciones leves parecen provocar una inflamación considerable en el órgano.

Es posible que las infecciones desencadenen la activación excesiva de las células inmunitarias llamadas microglías de un modo parecido al proceso que puede contribuir a los problemas cognitivos durante el envejecimiento.

PULMONES

La dificultad para respirar es un síntoma frecuente del Covid persistente, pero los resultados de los estudios que se hacen a los pulmones —como rayos X de tórax, tomografías y pruebas funcionales— casi siempre son normales.

Mediante el uso de la resonancia magnética, investigadores británicos descubrieron indicios preliminares de daño pulmonar en un pequeño grupo de pacientes con Covid persistente no hospitalizados.

Las imágenes de su función pulmonar indicaban que la mayor parte de los pacientes captaba el oxígeno de manera menos eficiente que las personas sanas, incluso cuando la estructura de sus pulmones parecía normal.

Los investigadores buscan confirmar sus hallazgos con un grupo más amplio de pacientes.

Si los resultados se sostienen, algunas explicaciones posibles de la dificultad para respirar observada incluyen la presencia de microcoágulos en los tejidos pulmonares o engrosamiento de la barrera hematogaseosa o alvelocapilar que regula la captación pulmonar de oxígeno.

Con información de Josh Keller / The New York Times