En 1995, cuando el capo fue detenido en los límites de Jalisco y Nayarit, tras un accidente aéreo, su hijo Rogelio Palma tenía apenas un año de edad. Hoy tiene 27 y prácticamente toda su vida ha visto a su padre tras las rejas.
En todo ese tiempo, Rogelio se ha construido una imagen de su padre a contra corriente de lo que las autoridades han señalado y la prensa publicado. Ahí, donde lo ubican como un criminal, él habla de un padre amoroso. Donde lo catalogan como un reo peligroso, él ve a un hombre noble y generoso.
Lo define como una persona reservada que tiene muy pocos amigos y con una fortaleza ante la adversidad.
Él es una persona muy fuerte, muy amorosa, muy dedicada a su familia, para él lo primero es su familia, es una persona muy sincera, muy honesta, es una persona muy noble, es de las personas que se quitan la camisa por dártela".
Si tiene un sandwich, o lo que tenga en la boca, y ve que tú no tienes nada en tus manos, te lo da, muy generoso, muy bondadoso y noble, prosiguió luego de una rueda de prensa que ofrecieron los abogados de “El Güero” Palma.
El joven asegura que su padre ha ayudado a mucha gente y están muy agradecidos con él.
Él siempre cuando ha estado en sus manos y ha podido, los ha apoyado de una forma u otra, ya sea emocionalmente o una ayudadita, a como se puede".
Con tono de frustración, Rogelio dice que la historia se repite cada vez que su padre va a quedar libre, como pasó el pasado cuatro de mayo.
“Esto ya nos las han hecho no una ni dos ni tres, yo creo que unas cinco veces. Hemos tenido la ilusión de poder verlo y de abrazarlo y de una, pues, algo pasa y no sé por qué, no sabemos el motivo, pero algo siempre pasa y no permite la salida de mi papá”, dijo.
“Ya lo estábamos esperando, ya queríamos darle un abrazo, comer con él, platicar con él, verlo (con) una vestimenta normal, ofrecerle un plato de comida digno, porque se lo merece”.
“El Güero” Palma estará arraigado en el Centro Federal de Investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) por lo menos hasta el 15 de junio. Cumplido ese término, la Fiscalía puede determinar su consignación ante un juez, ampliar su arraigo por otros 40 días o dejarlo en libertad.