Felipe Muñoz, un joven nadador de 17 años, se adjudicó el oro en los 200 metros pecho en una Alberca Olímpica Francisco Márquez que registró sobrecupo y que lo consideró entonces héroe nacional.
“El Tibio” Muñoz estremeció a México el 22 de octubre de 1968 al aportar el primer oro para la delegación anfitriona, y la tercera medalla para el País.
Muñoz siguió la estrategia de su entrenador, Ronald Johnson, para cerrar en el momento justo, en una piscina que fue considerada entonces la más rápida y moderna del mundo, tocar primero y propiciar que el Himno Nacional se escuchara por primera vez en una instalación olímpica mexicana.
El mexicano relegó al segundo lugar al ruso Vladimir Kosinsky, recordista mundial de la prueba, y al tercero al estadounidense Brian Job, quienes eran los favoritos. Felipe cronometró 2’28″7 y la plusmarca del orbe del ruso era de 2’27″4. Es hasta el momento el único campeón olímpico que tiene México en la natación.