Sin A
Celedonio Junco de la Vega (Matamoros, 1863-Monterrey, 1948)
El Sol en el cenit tiene esplendores; / tiene hermosos crepúsculos el cielo, / el ruiseñor sus trinos y su vuelo, / corriente el río, el céfiro rumores. // Tiene el iris sus múltiples colores; / todo intenso dolor tiene consuelo; / tienen mujeres mil pecho de hielo, / y el pomposo vergel oliente flores. // Tienen sus religiones los creyentes; / tiene mucho de feo ser beodo; / tiene poco de pulcro decir mientes. // Todo lo tiene el que lo tiene todo / y tiene veinte mil inconvenientes / escribir los sonetos de este modo.
Ameneofis IV. Adoración al Sol de Federico Cantú.
A Don Quijote
Nemesio García Naranjo (Lampazos, 1883-Ciudad de México, 1962)
IV
La verdad, como el Sol, en su Levante / y en su Ocaso, es espléndida y hermosa; / mas, ¡ay!, en su cenit, por luminosa, / es también como el Sol, cruel y quemante. // ¡Crepúsculos que duran un instante, / durar siglos debieran! ¡Qué dichosa / sería una existencia nebulosa / pasada en un amanecer constante! // ¡Pobre Quijote!, ¡tú no conociste / crepúsculos tan bellos! Descubriste / de un golpe el Sol de la verdad; su fuego / consumió en un instante tus quimeras; / ¡y fuiste entonces como un ciego / que se halla entre la luz de mil hogueras!
Autorretrato, Enrique Cantú
Crepuscular
Juanita Soriano (Nueva Orleans, 1918-San Salvador, 1984)
El Sol, casi olvidado en el ocaso, / de un tierno rojo de final de estío, / sobre la tarde gris, un desvarío / semejó demostrando su retraso. // Ya sin lumbre en el aire, fue un paso / una actitud singular desvío / sorprendió ver que descuidado y frío / vagara en el crepúsculo al ocaso. // Nadie lo distinguió. La tarde entera / tenía ya una palidez viajera / como cuando la luna se levanta. // Pero él, modesto, no anunciaba prisa… / Un celaje extendía su sonrisa / y una garza de nubes, su garganta.
Cuadriga al Sol, Federico Cantú
El Sol...
Julieta Renee (Monterrey, 1941)
El Sol calcinante / quema en la tarde / la soledad de las calles / y horadan el silencio / los pájaros con su canto / Los árboles / sonríen afables / al franco Sol / que con sus áureos ojos / mira cariñoso / flores que me dio tímidas / inclinan la cabeza / La montaña guardo impasible / rumores y ecos de voces perdidas / y las nubes la coronan / somnolientas en el cielo / El viento / viajero cansado se detiene / contempla las distancias y suspira / bajo el árbol dorado / con sus ramas ardientes / los sombrea de Sol / La tarde es eterna y amarillo.
De la serie Album de familia, de Salvador Diaz
Una gotita
Esther M. Allison (Huacho, 1918-Lima, 1992)
Una gotita, apenas. / Trémulo asombro. / La toca de repente / el Sol, / y ya no es agua, sino oro. / Mi soledad, contigo.
Después de la lluvia, Gerardo Cantú
La tarde
Alfonso Junco (Monterrey, 1896-Ciudad de México, 1974)
Allá atrás la empinada serranía / húndese donde el astro rey fastuosamente / y orlan su alta y encendida frente / luminosos celajes. Muere el día. // Aparece la luna, blanca y fría // como disco de plata refulgente, / y, como lirio, surge en el oriente / Venus, que con encajes se atavía. // Dora el Sol moribundo, de la aldea / las casitas, y el bosque solitario / que el viento pena susurrando orea; // y sobre el viejo y triste campanario, / un alegre muchacho se recrea / en dar las campanadas del rosario.
Después de la lluvia, Gerardo Cantú
Sol de Monterrey
Alfonso Reyes (Monterrey, 1889-Ciudad de México, 1959)
No cabe duda: de niño, / a mí me seguía el Sol. // Andaba detrás de mí / como perrito faldero; / despeinado y dulce, / claro y amarillo: / ese sol con sueño / que sigue a los niños. // Saltaba de patio en patio, / se revolcaba en mi alcoba. / Aun creo que algunas veces / lo espantaban con la escoba. / Y a la mañana siguiente, / ya estaba otra vez conmigo, / despeinado y dulce, / claro y amarillo: / ese Sol con sueño / que sigue a los niños.
Saltaba de patio en patio, / se revolcaba en mi alcoba. / Aun creo que algunas veces / lo espantaban con la escoba. / Y a la mañana siguiente, / ya estaba otra vez conmigo, / despeinado y dulce, / claro y amarillo: / ese sol con sueño / que sigue a los niños. // (El fuego de mayo / me armó caballero: / yo era el Niño Andante, / y el sol, mi escudero.)
Todo el cielo era de añil; / toda la casa, de oro. / ¡Cuánto sol se me metía / por los ojos! / Mar adentro de la frente, / a donde quiera que voy, / aunque haya nubes cerradas, / ¡oh cuánto me pesa el sol! / ¡Oh cuánto me duele, adentro, / esa cisterna de sol / que viaja conmigo!
Yo no conocí en mi infancia / sombra, sino resolana. / Cada ventana era sol, / cada cuarto era ventanas. / Los corredores tendían / arcos de luz por la casa. / En los árboles ardían / las ascuas de las naranjas, / y la huerta en lumbre viva / se doraba. / Los pavos reales eran / parientes del sol. La garza / empezaba a llamear / a cada paso que daba. / Y a mí el sol me desvestía / para pegarse conmigo, / despeinado y dulce, / claro y amarillo: / ese sol con sueño / que sigue a los niños.
Cuando salí de mi casa / con mi bastón y mi hato, / le dije a mi corazón: / -¡Ya llevas sol para rato!- / Es tesoro —y no se acaba: / no se me acaba – lo gasto. / Traigo tanto sol adentro / que ya tanto sol me cansa.- / Yo no conocí en mi infancia / sombra, sino resolana.
El Sol iluminando nuestro mundo, Yolanda Garza
Reloj de Sol
Gabriel Zaid (Monterrey, 1934)
Hora extraña. No es / el fin del mundo / sino el atardecer. / La realidad, / torre de pisa, / da la hora / a punto de caer.
Pensamientos junto a la ventana, Enrique Cantú
Un lago de Sol
Minerva Margarita Villarreal (Montemorelos, 1957-Monterrey, 2019)
Yo solo me perdí / de mano de la sombra / donde no llega el Sol / ni nubes / ni pájaros / ni se acercan los hombres / mis huesos / se hacen nudo / y mis dientes se quiebran / y nada quiero / si no veo el Sol / ni pasan las nubes / ni la saliva pasa / no respiro el aire / ni oigo los pájaros / ni ruidos / y me voy secando / sediento / sediento / porque el valle es un lago de Sol / agitado por la ola de las campanas / y a esa constelación / me lleva / el solo Sol / de la jeringa / Su torrente // que alivia / y vuela
Serie Diarios de Viaje y Desplazamientos, de Salvador Díaz
Escuchabas
Xorge González (Monterrey, 1952-1997)
a Lety Herrera
I
Escuchabas la noche / y escribías / porque tus ojos / -quieras o no- / detenían el Sol de nuestro valle // no eres nueva / eres la continuidad / de la palabra escondida
II
Escuchabas el día / eras brote / corrías todas las calles / y les dabas / el justo nombre / sabías / el interior de la tierra / cuna inmensa / eras oído / y estabas floreciendo
Sol en las montanas, Saskia Juárez