Flashazos de cámaras, las caras de asombro de los asistentes, una multitud devorando con la mirada: Ralph Lauren debe estar acostumbrado a esta clase de momentos. Al fin y al cabo, los diseñadores de moda han de vivir la experiencia de las pasarelas.

Sin embargo, sobre el escenario, montado a un costado del Lago de Como, en Italia, no se encuentra una de las prendas creadas por el neoyorquino, sino una de sus posesiones más exuberante y, muy seguramente, una de las más valiosas: su Bugatti Type 57SC Atlantic Coupe.

Es 2013, y un Lauren en traje azul marino y gafas de sol recibe el premio al mejor auto del emblemático Concorso d’Eleganza Villa d’Este, un galardón que no sólo reconoce el perfecto estado del vehículo, sino también su excesiva rareza en el mundo automotriz. Pues éste, pertenece al selecto grupo de los 3 ejemplares que sobreviven del 57 SC Atlantic.

En total, se produjeron sólo 4 unidades a mediados de la década de los 30. Por aquel entonces, Bugatti se ostentaba como una de las marcas de deportivos y de vehículos de competencia con mayor renombre. El 57 SC Atlantic venía a demostrar esa exclusividad, un proyecto nada tomado a la ligera.

Su fabricación fue minuciosamente supervisada por Jean Bugatti, hijo del fundador de la compañía, quien buscaba fabricar un deportivo imponente y elegante. El 57 SC Atlantic resultó en un coche de cofre alargado bajo el que se ubicaba un 8 cilindros en línea; la parte trasera era rematada por una caída ovalada, y una aleta dorsal remachada recorría a lo largo la poderosa silueta.

“El auto más bello del mundo”, habría de llamar Lauren al 57 SC Atlantic, no sin cierto sesgo.

Específicamente el suyo es el segundo 57 SC Atlantic fabricado.

Lleva el número de chasís 57591 y originalmente fue adquirido por un abogado llamado Richard B. Pope, en 1938, quien además de entusiasta de los Bugatti parecía disfrutar en extremo el manejar su exquisito ejemplar. A lo largo de 3 décadas que poseyó al Atlantic, lo condujo por poco más de 60 mil kilómetros.

Tras una serie de cambios de dueños, Lauren se hizo con éste en 1988, momento para el cual el vehículo había ya pasado por múltiples trabajos de pintura y de reparaciones poco cuidadosas. El diseñador decidió que era necesario un proceso de restauración profunda que requirió que el 57 SC fuese completamente desmontado.

A lo largo de 3 años, cada pieza original fue tratada por especialistas para ser recuperada y lucir como recién salida de la fábrica. Antes de que la restauración concluyera, en 1990, el auto llegó al Concurso de Elegancia de Pebble Beach y lo ganó. Veintitrés años más tarde fue cuando llegó al Concorso d’Eleganza Villa d’Este. El 57 SC Atlantic deslumbró.

Con un valor que se estima ronda los 40 millones de dólares, el Bugatti es resguardado en la cochera de Lauren, un inmueble conocido como DAD Garage, en Westchester County, en Nueva York, donde Porsches, Ferraris y Mercedes conviven en los perfectamente bien iluminados pasillos. En esta cámara del tesoro, la joya de carrocería negra descansa.