La vida de Jesús Siordia está llena de alegría y amor incondicional: tiene 58 años de edad, y desde hace casi 10 está felizmente casado con Jeffrey Kapler, con quien reside en Calgary, Canadá.
Actualmente trabaja como estilista profesional, pero cuando vivía en su natal Guadalajara se dedicaba a manejar el Angels Club, uno de los bares más famosos de la escena gay local.
Hace unos días estuvo de visita en la Perla Tapatía y, a propósito del Día Internacional del Orgullo LGBT+, aceptó conceder una entrevista sobre los desafíos que lo llevaron a luchar por los derechos y la visibilidad de este colectivo.
“Yo desde muy chiquitito, te puedo decir que tendría 5 o 6 años, yo ya sentía atracción por los hombres. Yo veía a mis compañeritos de la escuela, a mis amiguitos de la cuadra, y yo sentía esa atracción por ellos, nunca fue algo escondido”, recuerda.
“En mi familia nunca me cuestionaron ‘oye, ¿por qué eres así?’, o ‘¿por qué eres amanerado?’, nunca tuve ese rechazo ni ese repudio”.
Sin embargo, aunque en su hogar nunca lo regañaron por su orientación sexual, tampoco hablaron abiertamente del tema con él, pues en ese entonces seguía siendo un gran tabú.
Debido a eso, la primera persona con la que pudo abrirse fue un compañero de la escuela, cuando tenía unos 9 o 10 años de edad.
“Resultó que él era gay y pues nos hicimos cómplices”, afirma, “éramos unos vaguillos, nos íbamos a Plaza del Sol, no ligábamos, pero sabíamos que allí en Plaza del Sol había esas cosas”.
La situación se fue complicando conforme transcurrieron los años y tuvo que ser fuerte para seguir adelante.
“Hubo cierto bullying en la escuela, recuerdo muy bien un festival del Día de Madres que hicimos como la Vecindad del Chavo, y recapitulando un poquito, el profesor a mí me dio el papel de La Chilindrina, y fue así como en forma de bullying, entonces desde ahí, en quinto grado, se me quedó La Chilindrina, ese fue mi sobrenombre en mi clase.
“Pero como siempre he sido como muy light en esas cosas, no lo tomé en cuenta, ni me afectó emocionalmente, ni físicamente, ni nada”.
Fue cuando Jesús tenía 15 años, aproximadamente, que tuvo una experiencia que le cambió la vida: saliendo de la secundaria una persona lo ligó en la calle, y, sin saber, sirvió de vínculo para que más adelante conociera a un hombre mayor que se convirtió en su primer amor.
“Yo entré (a la comunidad) con muy buen pie porque la persona que me introdujo al ambiente era una persona en buena posición de todo, económica y social, y todo eso también me llevó a ser la persona que soy hoy”.

Época de desafíos

Jesús, en tus años de juventud, ¿qué implicaba pertenecer a la comunidad LGBT+?
Fue difícil, me acuerdo muy bien que había el bar La Copa de Leche, en Avenida Juárez, y en ese entonces el Gobierno estatal era como muy represor, entonces, si había fiestas, siempre eran fiestas underground, y por ejemplo, si alguien decía dónde había fiesta, había redadas, llegaba la Policía, te cargaban y se llevaban a todo mundo.
Cuando empezó a haber toda esa persecución, el punto de reunión era La Copa de Leche, tipo 10:00, 11:00 de la noche, y entonces ahí era el secreto a voces, dónde iba a ser la fiesta el sábado, y había veces que hasta se movía la fiesta en dos o tres lugares porque no era seguro. Te metían a la cárcel por faltas administrativas y al día siguiente pagabas una multa y te dejaban salir.

Si comparamos la situación que imperaba hace unas décadas con lo que se vive actualmente, ¿cómo crees que ha cambiado la forma en que la sociedad ve a la comunidad LGBT+?
Sigue habiendo mucha homofobia, pero creo que ahorita ya está superabierto, en aquella época había 5 por ciento de aceptación y ahorita estamos hablando de un 80 por ciento o más de aceptación, ahorita la gente ya tiene derechos, bueno, yo ahorita, donde vivo, si alguien me hace el fuchi, yo tomo evidencias, voy y te meto una demanda por discriminación, aquí igual puede pasar, ya tenemos derechos que antes no existían para nada.

¿Qué ha sido lo más difícil que has experimentado tú?
Cuando tuve una pareja aquí en México por 16 años y, (cuando falleció), no poder decidir yo por él para enterrarlo, reclamar su cuerpo, sacarlo de un hospital, de una terapia intensiva… tuve que ir a pedir permiso a su familia, que firmaran ellos su papel para que lo sacaran, y aún así yo tuve que pagar funeral, yo tuve que pagar todas las cuentas de hospital, yo tuve que hacer todo, y nunca tuve un derecho.
Aunque había un testamento pelearon por el testamento y yo no tuve derecho a nada porque en ese tiempo, te estoy hablando de hace 20 años, no tenías derecho a nada, eso ha sido para mí lo más difícil.
Mis derechos yo los busco y los exijo, pero no pude, no pude.

El Angels Club. En estas fotos de Archivo, captadas en 2003, se aprecian algunos detalles de las instalaciones y ambiente del célebre bar.

Todo un hit

En Guadalajara, Jesús Siordia es una figura reconocida gracias al impacto y éxito que tuvo su negocio, el Angels Club.
Este emblemático lugar abrió sus puertas el 17 de junio de 1996 en la Zona Rosa de Guadalajara, y en aquella época fue todo un parteaguas que generó visibilidad y aceptación para la comunidad LGBT+.
“Duró años esplendorosos”, recuerda Jesús, “inauguramos con el grupo Kairo, que estaba en el número uno de las listas de popularidad, y la gente decía ‘¿cómo van a traer a Kairo a un bar gay?’, y después al siguiente año trajimos a Magneto, después a Mercurio, y después a Gustavo Lara, que cantaba ‘A la Sombra de los Ángeles’, ese era nuestro himno para cerrar el bar.
“Me gustaba el hecho de que estuviera en una zona nice, una zona bonita de Guadalajara, me imaginaba obvio que podía tener éxito, pero no la magnitud del éxito que tuvo, ni lo que pudimos hacer”.

Las claves de su fama

+ Siempre contaron con artistas de renombre y popularidad.
+ La mayoría de la gente que asistía era joven.
+ Tenían muchas áreas privadas o VIP con un acceso especial para las personalidades.
+ Fue uno de los primeros lugares de México en tener baños mixtos.
+ Había afterparty: cerraban a las 5:00 de la mañana y volvían a abrir a las 6:00 de la mañana, por lo que era el sitio de reunión por excelencia para los desvelados que querían seguir divirtiéndose.
+ Tocaban música que Jesús traía de sus viajes, por ejemplo, abrían la pista con la canción “Carnaval de París”, que posteriormente fue el tema oficial de la Copa Mundial de la FIFA Francia 1998.
+ Algunos años después de su apertura ampliaron las instalaciones, por lo que contaban con áreas de música electrónica y música pop, lobby bar, baños, lounge bar y restaurante.

Punto por punto

Urgencias a resolver

Para Jesús, en la comunidad LGBT+ hay tres tópicos que requieren atención inmediata: el primero es que falta más educación en todos los aspectos, pero sobre todo en las cuestiones sexual y emocional.
El segundo es que también se necesita más unidad, porque dentro del colectivo hay mucha discriminación, y el último es que hay que generar conciencia sobre las enfermedades venéreas, porque las personas están perdiéndoles el miedo.

El primer paso

“Si tú no te aceptas como tal, estás perdido; yo sé que en nuestra sociedad mexicana somos de doble moral, inclusive hay mucha gente casada, con hijos, y tienen su doble vida, y eso es malo, malo para la persona, malo para tu entorno familiar, malo inclusive si tú tienes sentimientos por una persona de tu mismo sexo porque no eres leal, entonces es lo que tienes que hacer, acéptate tú contra viento y marea para que puedas ser feliz”.

¿Por qué conmemorar el Pride?

“Porque tenemos que seguir siendo visibles, todo esto se desencadenó de una masacre, de un problema en Nueva York, entonces venimos hablando de muchísimos años, pero eso es importante, que siga la gente viendo quiénes somos, no somos personas de tercer mundo, yo trabajo, yo aporto a la sociedad, genero trabajo y genero economía, entonces, ¿por qué es importante?, para que la gente siga siendo visible y diga ‘aquí estoy’, ‘yo produzco’, ‘yo hago aunque yo sea lo que sea'”.

Consejo de vida

“Había un dicho hace muchos años que decía ‘cuéntaselo a quien más confianza le tengas’, deberían de contárselo a quien más confianza le tengan, y si no, busquen ayuda, ahorita ya hay mucha ayuda psicológica, muchos centros de salud que te pueden ayudar y canalizar y decirte ‘esto está pasando contigo, cuídate, protégete, vamos a terapia’.
“¿Qué es lo que quieres?, ¿quieres ser gay, bisexual, pansexual, transexual?, OK, pero busca esa ayuda, porque si no la buscas, nunca, nunca vas a ser feliz”.

Su mensaje a la sociedad

“Cuando yo abrí mi negocio, abrimos mucho camino, mucho respeto, mucha tolerancia, inclusive llegué yo a tener entrevistas con la Presidencia Municipal, con el Gobernador, porque pedíamos esa ayuda; ahorita, ¿qué le podemos decir a toda la gente tapatía?, que ya se dejen de mocherías, ya estamos en el siglo 21, desgraciadamente mucha gente sigue con esa mochería de ‘somos los machos mexicanos’, ‘somos los que representamos la fuerza’, y tienen que empezar a entender que ya todo evolucionó.
“Si tienes un hijo/a, lo que más tienes que hacer es aceptarlo para que en tu entorno familiar sean felices […], porque si no, el día de mañana, ahorita hay mucha depresión, entonces, si yo estoy pasando por una depresión porque mi familia no me acepta, pues me suicido o tengo otros problemas, es decir, desencadeno otras cosas.
“Si la gente empieza a abrir esos sentidos a la aceptación y el respeto, creo que son parte esencial para que la gente entienda qué es lo que necesita la comunidad, la gente, sus hijos, no podemos tapar el Sol con un dedo, tú desde que estás viendo a tus hijos crecer estás viendo cuál es el camino que van a querer tomar, y por más que los quieras meter a un retiro o tratamiento psicológico no van a cambiar porque eso ya viene dentro de ti”.

Información: Jimena de la O. Fotos de sesión: Yliana Domínguez. Locación de la sesión:  Presidente Intercontinental Guadalajara.