El ex boxeador no sólo decidió conseguir un tigre, se lanzó por tres. Según medios internacionales, mientras estaba en la cárcel, en 1992, cumpliendo una condena por violación, el llamado “Terror del Garden” supo que podía comprar cualquier tipo de animal, por lo que buscó la forma de tener tres tigres blancos. Cada uno, aseguran, le costó unos 48 mil euros, casi un millón de pesos.
Finalmente, Tyson se vio forzado a deshacerse de una de las bestias, a la que había llamado Kenia, después de que ésta le arrancó el brazo a una mujer.