El arranque
El amor de Ernesto por las motocicletas surgió cuando era muy joven, pero fue hasta los 26 años que cumplió el sueño de tener su propia moto, una pequeña y ruidosa Islo Honda 90 que aprendió a manejar junto a su compadre Ulises Rivera durante emocionantes escapadas a Tapalpa.
La libertad, la adrenalina y el placer de detenerse en cualquier lugar para disfrutar del paisaje fueron elementos que lo cautivaron desde el primer momento.
Esta emoción se convirtió después en un asunto familiar: su esposa, María Luisa Ramírez, fue su compañera de viajes por muchos años, sentada como pasajera en sus travesías, abrazada a él.
Juntos, criaron a cinco hijos que también se unieron a esta afición, y más tarde, sus nietos empezaron a mostrar curiosidad por el motociclismo, perpetuando así este legado sobre dos ruedas.
Motos y memorias
A lo largo de los años, Ernesto ha montado diversas motocicletas. Mientras su primer “potro” tenía tan solo 8 caballos de fuerza, su moto actual es una potente BMW modelo R 1250 GS Adventure, con 136 caballos de fuerza, la cual alcanza velocidades por arriba de los 200 kilómetros por hora. Esta moto le permite seguir explorando el mundo, aunque reconoce que, con el tiempo, ha tenido que moderar su velocidad. A pesar de ello, sigue disfrutando de esta actividad, lo cual sorprende a algunas personas.
“No estás chiquito para seguir con ese hobby”, cuenta que le han dicho.
“Los que me conocen, saben que soy motociclista de toda la vida”, afirma al respecto, “cada quien opina lo que quiera, pero les digo: ‘soy eso, y haz lo que tú quieras'”.
Las experiencias de Ernesto sobre dos ruedas no se limitan a las carreteras mexicanas: sus viajes lo han llevado a lugares espectaculares, lo mismo en Europa que en América.
Por ejemplo, cuenta que en Perú recorrió los mil 200 kilómetros que separan a Tumbes de la capital, Lima. Recuerda con cariño y admiración la belleza de las Líneas de Nazca, los jeroglíficos en las montañas y las bahías llenas de vida marina.
Pero no todo ha sido un paisaje idílico, también ha enfrentado desafíos inesperados. Una vez, en el camino que une a Italia con Austria, se vio atrapado en una tormenta de nieve… ¡en pleno septiembre!
Y en otra ocasión, en Susten Pass, Suiza, las condiciones climáticas extremas lo obligaron a buscar refugio cuando la nieve cubrió por completo su moto. Estos momentos, aunque peligrosos, quedaron grabados en su memoria como lecciones de vida.
Un GPS en la mente
Para Ernesto, la motocicleta es más que un vehículo, es una extensión de su espíritu aventurero. Su vasto conocimiento geográfico, nutrido por su amor por la aviación, le permite orientarse con facilidad en cualquier lugar.
“Siempre tienes que saber dónde estás”, afirma, un principio que aplica tanto en el aire como en la carretera.
“Mi conocimiento del mundo es muy grande, tengo un mapa en mi cabeza, ubico en donde estoy siempre. Eso te lo da mucho la aviación, porque sabes siempre dónde está el norte y el sur”.
Este saber lo ha compartido a través de sus bitácoras de viajero, donde documenta sus aventuras de manera jocosa, dejando un legado escrito para sus seres queridos.
Darle servicio a la máquina
Mantenerse activo en una práctica tan exigente no es fácil, pero Ernesto no cree en secretos milagrosos. Atribuye su resistencia al simple hecho de seguir disfrutando de lo que ama.
Aunque reconoce que las facultades físicas disminuyen con el tiempo, sigue cuidando su cuerpo con terapias físicas semanales, acuaeróbics y caminatas de 4 a 5 kilómetros.
Su dieta también juega un papel importante. Comienza el día con una bebida de agua caliente, limón, sal y bicarbonato, seguido de un licuado de manzana y fruta picada.
El desayuno incluye huevos y media orden de panela, mientras que en la comida prefiere pescado, pollo o camarones, evitando la carne roja. Prácticamente no cena, y mantiene al mínimo el consumo de alcohol, además de que no fuma.
Legado en dos ruedas
Para Ernesto es natural que sus nietos compartan su interés por las motocicletas, aunque no les incita activamente a seguir sus pasos. Sin embargo, con 52 años de experiencia, está listo para ofrecer consejos cuando sea necesario, como la importancia de tener buen control de la moto y mantener los sentidos alerta.
Sus nietos, como Valentina, Patrick y Bernardo, lo ven con admiración y cariño. Para ellos, su abuelo no solo es un aventurero, sino un maestro que les ha enseñado a disfrutar de la vida con valentía y alegría. A pesar de los riesgos, no pueden evitar sentirse emocionados por las historias y lecciones que les ha transmitido.
“La adrenalina que te produce la moto te permite sentir la libertad”, así resume Ernesto Ramírez Godoy su filosofía de vida, una vida que ha abrazado con pasión y coraje. A sus 78 años, sigue siendo un ejemplo de que la edad es solo un número, y que la verdadera juventud reside en el espíritu.
Toma nota
Ernesto comparte estas características de las motos para quienes contemplen tener una:
Pros
+ Te mueves mucho más rápido que con un automóvil.
+ Tienes la facilidad de integrarte al paisaje.
+ Ahorras combustible.
+ En las carreteras te sientes libre como un pájaro.
Contras
+ Es muy peligrosa.
+ El tripulante debe ser capaz de prever y controlar sus ímpetus de velocidad.
+ Implica un riesgo mayor, todo puede pasar.
+ Si no controlas tus emociones, el miedo te puede paralizar.
Respuesta rápida
La mejor moto: BMW R 1250 GS Adventure, BMW 1250 RT y BMW K 1600 GTL.
El trayecto más bello: Guadalajara a Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, más de 10 mil kilómetros de camino.
La carretera a evitar: Michoacán frontera con Guerrero, tierra caliente.
No salgas sin: equipo completo.
No gastes en: equipaje excesivo.
Cuidado con: el mantenimiento de la misma moto, presión de las llantas, los frenos y las luces.
El mejor aliado: tener claridad de a qué destino vas.
Testimonios
“Mi abuelo es muy aventurero y ha viajado a muchos lugares, me emociona que sea motociclista y me gustaría manejar motos algún día como él. Gracias por ser mi abuelo, te quiero”.
Valentina Valdepeña
“(Mi abuelo) es divertido y buena onda. Me cae muy bien que sea motociclista, me enseñó a andar en cuatrimoto, me gusta cómo me enseñó. Y me gustaría aprender algún día a manejar moto de dos ruedas. Te quiero mucho, eres un gran abuelo”.
Patrick Riggen
“Yo creo que (mi abuelo) es una persona feliz, trabajadora, divertida, y se me hace un buen abuelo porque nos da todas las oportunidades que tenemos. Me gusta que haya trabajado para conseguir lo que tiene y que nos lo haya compartido. A veces me da cierto miedo de que mi abuelo sea motociclista, piensas que le puede pasar algo, ya tuvo un accidente y no quiero perderlo. Algún día me gustaría ir de viaje con mi abuelo en moto”.
Bernardo Ramírez
Información: Club Redacción. Fotos: Renee Pérez