Marcelo Pérez, sacerdote reconocido por su activismo contra la violencia en la región de Los Altos de Chiapas, fue asesinado a balazos frente a sus allegados minutos después de oficiar una misa en el barrio de Cuxtitali, en San Cristóbal de las Casas.
El párroco de origen tsotsil y quien se dirigía hacia otro evento en el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, fue atacado después de las 8:00 horas por un sujeto, el cual fue detenido después.
El líder religioso murió al interior de su camioneta Ford Titanium, color blanca.
LA DESPEDIDA
En el Templo Nuestra Señora de Guadalupe, a unos 3 kilómetros de distancia de donde fue asesinado, el padre Marcelo Pérez fue despedido por sus feligreses entre llantos y lamentos.
El sacerdote hablaba con paciencia, no tenía miedo, algunos decían que era muy atrevido"
Una mujer indígena que no paraba de llorar contó que el cura la había invitado a participar en una marcha de septiembre pasado, donde le aseguró que siempre velaría por su sufrimiento.
BÚSQUEDA DE PAZ
El homicidio se registró 38 días después de que el clérigo, oriundo del Municipio de San Andrés Larráizar, participó, el pasado 13 de septiembre, en la marcha por la paz en Tuxtla Gutiérrez para exigir un alto al narcotráfico, sus nexos con políticos, las desapariciones forzadas, desplazamientos de pobladores y la destrucción del medio ambiente.
Desde hace 20 años, señalaba en eventos públicos, en entrevistas y durante misas esa violencia, venta de drogas, asaltos, robos y plagios en lugares como Simojovel, Chenalhó y Pantelhó.
La religión tiene mucho que ver para la construcción de una vida más digna en los pueblos, cuando la Iglesia se calla, sufre el pueblo, pero cuando se vuelve la voz de las víctimas, de los pobres, entonces se levanta el pueblo para que se construya la paz"
EL MACHETE
En julio de 2022, el sacerdote Pérez fue notificado por la Fiscalía estatal de ser el presunto responsable de la desaparición de decenas de personas a través de un grupo de autodefensa llamado ‘El Machete’, el cual surgió para combatir al crimen organizado, en específico a “Los Herrera”.
En ese momento, el padre católico rechazó la acusación, lo cual fue respaldado por organizaciones sociales que recordaron que desde hace años éste contaba con el respaldo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por varias amenazas de muerte y hostigamiento debido a su activismo.
EL RECLAMO
El asesinato fue condenado por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), así como la Compañía de Jesús en México, y también la organización de derechos Humanos Frayba, las cuales coincidieron en la exigencia a las autoridades de parar el terror que ha sembrado el crimen organizado en la zona.
Los homicidios, desapariciones y desplazamientos forzados tienen a la población sometida al terror, sin que hasta el momento se instrumente una estrategia de intervención integral que permita el inicio de un proceso sostenido de pacificación, que garantice la vida y la seguridad de las personas"