Éxito profesional

Cuando acababa de lanzar su libro “La Magia de la Persuasión”, a principios de 2019, tuvo la oportunidad de presentarlo no sólo al público externo, sino también al interno, es decir, con los administrativos y vendedores de las diferentes tiendas en las que se iba a distribuir. En este caso, transmitió sus conocimientos a empleados de una tienda departamental. 

“La verdad fue muy bonito porque además de que les ayudaba a ellos a entender lo que estaban vendiendo, también fue una forma padre de darles herramientas para mejorar su vida”. 

Agradece a su alma máter

Pamela regresó a la Universidad Anáhuac México para dar un curso de persuasión en ventas a todas las personas encargadas de promover las carreras dentro de la institución.

“Fue muy padre porque es una de las mejores universidades de este País y, poderles dar herramientas para comunicar de forma asertiva y persuasiva el gran valor que ofrece con sus planes de estudio y de formación, fue una manera de retribuir a todo lo que ellos me dieron”.

2 + 2 = 4

Esta sesión fotográfica es uno de los momentos más felices de la consultora en imagen junto a su esposo, Tony Gebara, y sus hijos, Doménica y Emiliano. 

 “Lograr esta foto fue un milagro de los dioses, pero cuando la vimos nos volteamos a ver y pensamos que valió la pena, porque este momento queda para toda la vida. Qué bendición ya tener a mi familia completa”.

Recarga energía

Tras meses de encierro debido a la pandemia mundial, Pamela  viajó con unos amigos a un rancho en Michoacán, donde se encuentra esta laguna que es de puro barro. Decidió alejarse un poco para sentarse, admirar el paisaje y meditar.

 “En ese momento me di cuenta de lo importante que era mantener una paz interna cuando hay un caos externo y que nosotros somos capaces de construir nuestra propia experiencia y de elegir la narrativa con la que vivimos cada situación”.

Triste adiós

Cuando tenía 8 años de edad, sus papás compraron una casa en Cuernavaca, con la intención de disfrutarla los fines de semana. Para ella, este hogar la vio crecer durante varias etapas, incluso, cuando regresó con su familia. Pero es este árbol lo que realmente la dejó marcada, ya que su papá lo sembró en el momento en el que llegaron.

“Fue un árbol que literalmente creció con nosotros y que fue testigo de toda esa historia. Esta foto la tomamos porque vendimos la casa hace unos meses a una familia que también es lindísima; fue un proceso súper difícil, porque básicamente sientes que estás transfiriendo toda tu historia, pero el poder tomarnos esa foto nos dejó darle gracias a ese árbol que fue nuestro testigo de las experiencias y las vivencias que tuvimos ahí”.

Su ídolo

En este recuerdo acompañaba a su más grande maestra de vida, su mejor amiga, cómplice y aliada: su mamá, Elena Zetina, en su cumpleaños. Se trató de una fiesta que hizo en su casa en la que la alegría fue la protagonista del evento.

“Ella ha sido siempre un ejemplo para mí de optimismo. Le decimos ‘La Sonajita’ porque en verdad alegra la vida a quien se le pone enfrente y yo tengo el gran orgullo y la fortuna de llamarle madre”.

De sus personas favoritas

Cuando sus padrinos, Rafael y Patacha, adoptaron como su hija a Pamela, puesto que ellos no tuvieron hijos, fallecieron por diferencia de un año y medio hace menos de cinco años, lo cual fue un golpe muy fuerte para ella. Por ello, cuando fueron a sacar las pertenencias de su casa, la escritora tomó una camisa de él y una blusa de ella que le recordaban mucho a ellos. Lo que hizo fue dárselas a una persona que los convirtió en ositos elaborados con tela, los cuales acompañan en sus hijos en momentos memorables.

“Es como una manera de tenerlos cerquita y poder abrazarlos. Le regalé uno a Emiliano y un osito a Doménica, me quede yo con uno y luego le di otros a sus hermanos. Esta foto es muy significativa, porque podríamos decir que hay ahí cuatro de mis angelitos, de mis seres más amados”.

Apoyo total

Su esposo, Tony Gebara, procura acompañarla en sus presentaciones y conferencias, convirtiéndose en uno de sus mayores admiradores profesionales.

Grandes amistades

En esta reunión estuvo con dos de sus mejores amigas, sus hermanas por elección, Andrea Colín y Eleonora Rivero, que fueron acompañadas de sus esposos, personas que también considera increíbles. Es por ello que, tanto Andrea, como Andrés Sotelo, su esposo, se convirtieran en los padrinos de su pequeño, Emiliano. 

Siempren juntos

Hace unos años estuvo con su familia materna lista para partir la rosca de reyes, para ella, es importante estar con ellos, ya que la considera sus raíces y sus alas. En la actualidad, en tiempos de pandemia, se han mantenido unidos de formas diversas, pero no ha dejado de sentirlos cerca aunque.

 “Fue muy divertida esa ocasión porque yo estaba embarazada de Emiliano y les decía: ‘¿En qué nos parecemos la rosca de Reyes y yo?, en que las dos tenemos un niño adentro”. La verdad es que los amo y somos una familia súper unida”.