LE GUSTABA AYUDAR
Fernando Ruiz Flores era el menor de cinco hermanos y recién se había graduado como técnico en enfermería. Aspiraba a ser médico, pero todo se vino abajo tras el ataque mortal del sábado 19 de junio.
“A mí no me interesa quién haya sido ni qué grupo ni nada, yo lo que exijo es justicia porque mi hijo era un muchacho con futuro, trabajador, estudioso y respetuoso de toda la gente y de todos”, dijo su madre Pánfila Flores.
En medio del llanto, la mujer recordó que a su hijo “le gustaba ayudar y servir a quien podía, por eso él quería estudiar enfermería y después licenciarse como médico”.
EL DÍA DEL ATAQUE
El 19 de junio, un comando a bordo de por lo menos tres vehículos asesinó a civiles que se encontraban a su paso en diferentes colonias en Reynosa, entre ellas Almaguer, Lampacitos, Unidad Obrera y Bienestar, todas ubicadas al noroeste de la Ciudad.
El saldo fue de 15 personas asesinadas y cuatro sicarios abatidos.
El padre de Fernando, Jaime Ruiz Martínez, recordó la sangrienta escena en la que encontró a su hijo.
“Fernando era de los últimos, estaba tirado y allí donde estaba mi hijo estaba otro muchacho compañero suyo, también muerto, mi hijo estaba como a 3 o 4 metros y también estaba tirada una señora que mataron inocentemente, estaba esperando el transporte”, relató.
'LA FRONTERA ES UN INFIERNO'
La madre de Fernando exigió a la Alcaldesa Maki Ortiz Domínguez, al Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y al Presidente Andrés Manuel López Obrador atender la creciente violencia en la entidad.
“Les exijo a las autoridades que pongan atención aquí en la frontera porque es un infierno lo que están haciendo, mi hijo murió como si fuera un delincuente y no era un delincuente, era una gente trabajadora y honrada”, señaló.