Con la pandemia y la necesidad de usar tanques de oxígeno, la delincuencia encontró otro nicho para cometer fraudes y estafas.
A finales de enero, la Profeco sumaba seis negocios suspendidos en Jalisco, la Ciudad de México y el Estado de México, además de otros 10 sancionados por anomalías en la venta, ya sea por tratarse de oxígeno industrial, tanques a medio llenar, o por abusos en los precios.